"Pusillus grex (pequeño rebaño)"
Publicado 2003/02/16 00:00:00
- José Pineda
En el transitar de nuestra Iglesia Católica en nuestro ambiente descristianizado e inmerso en una confusión existencial pluralista, dos sentimientos normalmente suelen surgir: un optimismo a veces desbordado cuando comprobamos admirados la respuesta del pueblo bajo, sencillo y espeso a participar masivamente en eventos como la famosa e insuperable (a pesar de conatos adversos por competir) procesión de Don Bosco. Quedamos sin palabras cuando grupos de nuestros campesinos anualmente concurren a Atalaya o cuando un grupo plural de jóvenes se dan cita con el Padre Segundo Familiar Cano en Monagrillo. Y pensamos todavía no todo está perdido, aun cuando los frutos de estas participaciones no sean fácilmente medibles ni visibles, al menos con inmediatez.
En otras oportunidades y con más frecuencia domina cierto desánimo cuando ocurren los escándalos sexuales y deserciones en las filas del clero, cuando asesinan a un sacerdote que se preparaba para celebrar la Eucaristía y luego se distorsiona todo y se quiere confundir en aras de que todo es permitido para la defensa, tratando de enlodar famas honorables, cuando nuestros reporteros en un alarde de la tan llorada libertad de expresión se regodean difundiendo pornografía agresiva como quien pone una pica en Flandes, porque su credo es "el morbo", ciertamente nos invade cierto pesimismo cuando nuestro actuar en nada tiene que ver con lo que decimos que creemos y pecamos de incoherentes, y a ciencia y paciencia presenciamos el progresivo deterioro de tantos ingredientes religiosos y morales que hacen nuestra vida ciudadana. Y al final pareciera que el pesimismo dominara y como que es hora de rendirse... y admitir la derrota. Oigamos, por otro lado, cómo se expresa del primer mundo un profesor de Sagrada Escritura del AT de Frankfurt:
"No podemos negar que nuestras iglesias cada vez más están vacías (Alemania). Tampoco podemos negar que disminuyen las vocaciones a la vida religiosa. La práctica religiosa es cada vez menor en cada vez mayores capas de la población y como consecuencia, de todo este panorama se apodera de los creyentes una difusa e incomoda sensación del desánimo. Tal es la perfección que podemos tener cuando echamos una ojeada a la situación de la Iglesia. Se entiende, claro está de la Iglesia del así llamado primer mundo. Porque en los países del así llamado tercer mundo la vitalidad de las comunidades cristianas es mucho mayor".
Veo en esta alusión "el llamado tercer mundo" claramente aplicable a nosotros y a una vitalidad que aunque no es "plus quam" perfecta es vitalidad. Si tenemos en cuenta la respuesta superior a las expectativas a convocatorias e invitaciones a cursos de Biblia, cursos de catequesis tradicional, cursos de Catequesis Familiar, cito las palabras para el caso del Reverendo Van Quatem:
"Afirmando que la masiva participación en el curso básico que se dio del 3 al 7 de febrero, es producto también de que las experiencias que ya se están llevando a cabo en varios lugares, que están dejando frutos y eso llama la atención. Lo que contagia a otras comunidades que están interesadas por ese nuevo método de catequesis". Reiteró que fueron superadas con creces las expectativas que se tenían ya que al inicio sólo se habían inscrito formalmente 80 personas, pero al iniciarse la primera jornada llegaron al curso casi 300 personas provenientes de 40 parroquias.
Oportunas, asimismo, y orientadoras fueron las palabras del Señor Arzobispo con ocasión del cambio de directiva de la Campaña de Promoción Arquidiocesana (CPA) cuando expresó que percibía en muchos de los seglares un sentimiento como de que estamos perdiendo terreno y que como no estamos a la altura de las exigencias de los tiempos que vivimos.
El, por su parte, comentaba que hechos reales del progreso de los que no comparten nuestras creencias, no eran para alarmarse, ya que sí tenemos una visión del desarrollo histórico de la iglesia católica y no podemos negar que la presencia de la fe católica sea sentida en los últimos rincones de la República y de la provincia. Luego el mismo hecho de tener seglares laicos interesados en integrarse en grupos para ayudar de una manera u otra las finanzas para el mantenimiento de su obra evangelizadora, es un avance en nuestra iglesia. Es un signo nuevo e indicador de que vamos incorporando valiosos elementos que dan su tiempo y su vida a la causa de la fe desde sus puestos de influencia.
Amén del hecho innegable de las respuestas de la comunidad creyente a los esfuerzos de la CPA (Campaña de Promoción Arquidiocesana) con doble fase, evangelizadora y de solidaridad además del Fondo de Apostolado y la Fundación Pro Fe que con mucho esfuerzo intentan ir creando estructuras financieras para colaborar con la misión evangelizadora de nuestra iglesia, evangelizando al mismo tiempo en los sitios de trabajo de tantos que anhelan continuar su formación y no disponen de tiempo.
El experto bíblico afronta toda esta problemática de que pareciera que todo sale mal y que esto se acaba relacionándolo con la idea bíblica del pequeño número, del pequeño rebaño con que Dios empieza siempre por realidades pequeñas y las hace crecer, cuando despojados de triunfalismos efímeros, humildemente tratamos de perseverar.
En otras oportunidades y con más frecuencia domina cierto desánimo cuando ocurren los escándalos sexuales y deserciones en las filas del clero, cuando asesinan a un sacerdote que se preparaba para celebrar la Eucaristía y luego se distorsiona todo y se quiere confundir en aras de que todo es permitido para la defensa, tratando de enlodar famas honorables, cuando nuestros reporteros en un alarde de la tan llorada libertad de expresión se regodean difundiendo pornografía agresiva como quien pone una pica en Flandes, porque su credo es "el morbo", ciertamente nos invade cierto pesimismo cuando nuestro actuar en nada tiene que ver con lo que decimos que creemos y pecamos de incoherentes, y a ciencia y paciencia presenciamos el progresivo deterioro de tantos ingredientes religiosos y morales que hacen nuestra vida ciudadana. Y al final pareciera que el pesimismo dominara y como que es hora de rendirse... y admitir la derrota. Oigamos, por otro lado, cómo se expresa del primer mundo un profesor de Sagrada Escritura del AT de Frankfurt:
"No podemos negar que nuestras iglesias cada vez más están vacías (Alemania). Tampoco podemos negar que disminuyen las vocaciones a la vida religiosa. La práctica religiosa es cada vez menor en cada vez mayores capas de la población y como consecuencia, de todo este panorama se apodera de los creyentes una difusa e incomoda sensación del desánimo. Tal es la perfección que podemos tener cuando echamos una ojeada a la situación de la Iglesia. Se entiende, claro está de la Iglesia del así llamado primer mundo. Porque en los países del así llamado tercer mundo la vitalidad de las comunidades cristianas es mucho mayor".
Veo en esta alusión "el llamado tercer mundo" claramente aplicable a nosotros y a una vitalidad que aunque no es "plus quam" perfecta es vitalidad. Si tenemos en cuenta la respuesta superior a las expectativas a convocatorias e invitaciones a cursos de Biblia, cursos de catequesis tradicional, cursos de Catequesis Familiar, cito las palabras para el caso del Reverendo Van Quatem:
"Afirmando que la masiva participación en el curso básico que se dio del 3 al 7 de febrero, es producto también de que las experiencias que ya se están llevando a cabo en varios lugares, que están dejando frutos y eso llama la atención. Lo que contagia a otras comunidades que están interesadas por ese nuevo método de catequesis". Reiteró que fueron superadas con creces las expectativas que se tenían ya que al inicio sólo se habían inscrito formalmente 80 personas, pero al iniciarse la primera jornada llegaron al curso casi 300 personas provenientes de 40 parroquias.
Oportunas, asimismo, y orientadoras fueron las palabras del Señor Arzobispo con ocasión del cambio de directiva de la Campaña de Promoción Arquidiocesana (CPA) cuando expresó que percibía en muchos de los seglares un sentimiento como de que estamos perdiendo terreno y que como no estamos a la altura de las exigencias de los tiempos que vivimos.
El, por su parte, comentaba que hechos reales del progreso de los que no comparten nuestras creencias, no eran para alarmarse, ya que sí tenemos una visión del desarrollo histórico de la iglesia católica y no podemos negar que la presencia de la fe católica sea sentida en los últimos rincones de la República y de la provincia. Luego el mismo hecho de tener seglares laicos interesados en integrarse en grupos para ayudar de una manera u otra las finanzas para el mantenimiento de su obra evangelizadora, es un avance en nuestra iglesia. Es un signo nuevo e indicador de que vamos incorporando valiosos elementos que dan su tiempo y su vida a la causa de la fe desde sus puestos de influencia.
Amén del hecho innegable de las respuestas de la comunidad creyente a los esfuerzos de la CPA (Campaña de Promoción Arquidiocesana) con doble fase, evangelizadora y de solidaridad además del Fondo de Apostolado y la Fundación Pro Fe que con mucho esfuerzo intentan ir creando estructuras financieras para colaborar con la misión evangelizadora de nuestra iglesia, evangelizando al mismo tiempo en los sitios de trabajo de tantos que anhelan continuar su formación y no disponen de tiempo.
El experto bíblico afronta toda esta problemática de que pareciera que todo sale mal y que esto se acaba relacionándolo con la idea bíblica del pequeño número, del pequeño rebaño con que Dios empieza siempre por realidades pequeñas y las hace crecer, cuando despojados de triunfalismos efímeros, humildemente tratamos de perseverar.
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