Panamá
Radicales cambios en controles migratorios
- Jaime Figueroa Navarro
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Para aquellos que viajamos con frecuencia, indistintamente del destino, en tiempos recientes hemos afincado drásticas medidas de controles establecidas por las autoridades para erradicar el juegavivo en la oleada de inmigración ilegal que hasta estos momentos se había cobijado bajo una política generalizada de laissez faire.
En el istmo, hasta momentos recientes, hemos sido callados cómplices de olas migratorias de cientos de miles de personajes que atravesaban las selvas del Darién para continuar rumbo hacia el norte, algunos de ellos afincándose en Panamá como destino secundario, sin control ni conocimiento de su historial policivo lo que ha permitido convertirnos en refugio de criminales y personas non gratas para la comunidad.
Por otro lado, existen serias fallas en las medidas de control de aquellos pasajeros que entran al país a través de los aeropuertos con un visado de turistas, pero que sobrepasan los 90 días permitidos a partir de su ingreso. A pesar de la existencia de redadas frecuentes por las autoridades, a falta de severas penas, la práctica continua.
Los países más afectados por la migración ilegal han iniciado una serie de medidas para controles más evidentes. Como ejemplo, Estados Unidos exige a sus ciudadanos la presentación de licencias de conducir estatales de sus ciudadanos, identificadas con una estrella que certifica que son ciudadanos de ese país, o en su defecto un pasaporte. Extraña mucho que un país tan metódico en sus controles, aún no emita un documento de identidad nacional o cédula de identidad biométrica tal cual es costumbre en Panamá.
Todo esto, hasta este momento, también se presta a errores en el masivo movimiento humano en los aeropuertos más importantes del mundo. Como ejemplo, mi esposa y yo acostumbramos a disfrutar de cruceros anuales para visitar diversas geografías. El 11 de noviembre de 2022, abordamos el crucero Norwegian Sun en Miami con destino final Lisboa, Portugal. Nuestro primer puerto de entrada a la esfera Schengen que cubre los países de la Unión Europea, fue el puerto de Praia da Vitoria en las islas Azores donde nuestros pasaportes no fueron sellados como medida de control migratorio, como tampoco fue ese el caso en Islas Canarias, Gibraltar, Cádiz ni Lisboa. El meollo se presentó en el aeropuerto de Barajas en Madrid al pasar control migratorio de salida de la zona Schengen hacia Panamá.
Al revisar nuestros pasaportes el agente de migración nos comunicó que "habíamos violado los trámites legales y seríamos trasladados a un calabozo temporal mientras se tramitaba la extradición hacia Panamá". El último sello de entrada a la zona Schengen fue el 2 de diciembre de 2021 en Roma, por lo que supuestamente llevábamos casi un año en la zona violando así nuestra estancia permitida de 90 días.
A Dios gracias contaba con amplia evidencia fotográfica y documental de los dos viajes, siendo el primero otro crucero en diciembre 2021 desde Roma, desembarcando en Miami, donde si constaba el sellado de entrada y salida emitido por las autoridades de Estados Unidos. A pesar de que le costó mucho al testarudo oficial aceptar su error, ante las estupefactas miradas de los otros pasajeros en la larga fila, finalmente nos liberó de aquella horrible vivencia, para posteriormente correr desenfrenadamente para llegar a nuestra puerta de embarque exactamente un minuto antes del cierre del vuelo.
Ahora si, supuestamente las autoridades europeas están tomando cartas más estrictas en este asunto, a través de la implementación del nuevo sistema de registro de entrada y salida que ya entró en vigor a partir del 12 de octubre, anterior a la implementación del sistema ETIAS el último trimestre de 2026. ¡No vaya a ser que nuestro próximo cruce del charco finalice en un obscuro calabozo aeropuertario!
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