Referéndum y realidad nacional
Publicado 2006/11/01 00:00:00
- Humberto E. Ricord
Las presiones y la propaganda en que el Gobierno y, sobre todo, la ACP invirtieron..., sólo pudieron obtener en las urnas una pobre representación.
NADIE PUEDE, legítimamente, considerarse triunfador en el referéndum del 22 de octubre, por razón de los propios resultados. En primer término, nada menos que un 57 % de la población convalidada para votar, optó por un innegable abstencionismo, creemos que por muy fuertes razones y descreimientos. Muchos prefirieron ver un partido de fútbol ese día.
El Gobierno y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), que invirtieron mucho dinero, lo mismo que sus adlátares comerciantes y propietarios, para que ganara el voto SI, que sólo obtuvieron 705,144, que fue el 77.80%, de los votos emitidos por el total de votantes, pues la otra parte fue votantes con el NO, o sean 201,247(el 22.20 %) un porcentaje muy bajo, entre todos los votos depositados. ¿A qué se debieron estas inesperadas cifras, de abstención, de SI y de NO? Brevemente, expresamos nuestra opinión. Mediante su abstención, al no votar una mayoría apreciable de la población existente, hizo a un lado su filiación política y nos parece que quiso mostrar su decepción con las situaciones vividas por el país en todos los ámbitos, desde muchos años a esta parte.
Creemos que por los grandes déficits sociales que prevalecen en toda la vida panameña, un conglomerado que llega al 57% de la población nacional votante, consideró inútil y sin sentido ir a las urnas, porque cualquier voto que se diera, aún en cantidades, no haría variar las condiciones enormemente deplorables en que vive la sociedad panameña, lo que colinda con un verdadero fracaso, como sociedad, como país, sobre todo en los servicios públicos, en la situación de la economía nacional, en la educación pública y privada, etc., etc.
Las presiones y la propaganda en que el Gobierno y, sobre todo, la ACP invirtieron a todo lo largo del proceso, sólo pudieron obtener en las urnas una pobre representación la que no llegó siquiera a la mitad de la población capacitada para emitir el voto, minoría no despreciables, dado que carecían de toda clase de recursos.
El Referéndum de ampliación del Canal enfocado en toda su dimensión, fue un claro ejemplo de frustración y fracaso generales, y para auto engañarse con que "habían ganado", los del Gobierno y de la Autoridad del Canal pretextaron que era triunfante la mayoría de votos depositados. El Tribunal Electoral fue de la misma opinión y desde las ocho de la noche del mismo 22 le comunicó al Presidente Torrijos lo dicho: que "el voto SI había ganado", y que tal sería la posición oficial de la autoridad máxima en materia eleccionaria.
Sin embargo, esa posición olvidaba deliberadamente que la mayoría potencialmente votante no fue a las urnas (el 57 %).
Para nosotros, que imparcialmente hemos venido observando de cerca cómo ha funcionado el país desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en todos sus órdenes, el Referéndum no hizo más que poner de plano, con fuerte evidencia, la forma desastrosa como ha funcionado nuestra República, desde 1946 hasta el presente. A todo el país le sobran motivos y razones de gran descontento.
El oficialismo tuvo que apelar a la falacia de contar a la votación que antijurídicamente le favorecía, haciendo a un lado la realidad contundente de que la mayoría del pueblo que estaba calificado para votar, prefirió abstenerse, no ir a las urnas (mucho más de la mitad, el 57 %) y ese resultado de ausentismo descalificó al Gobierno, a la ACP y al Tribunal Electoral panameño con la cantidad proclamada por ellos de que "el voto Sí ganó el Referéndum". Un simple pretexto con el cual les apoyó desde las primeras horas de la noche del 22 de octubre, el sello oficial que al Referéndum le puso el Tribunal Electoral, con argumentos irreales y muy pobres, de que el voto SI obtuvo el triunfo en el referéndum mencionado, pues no obtuvo ni la mitad de los votantes potenciales (57%).
Amanecerá y veremos.
El Gobierno y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), que invirtieron mucho dinero, lo mismo que sus adlátares comerciantes y propietarios, para que ganara el voto SI, que sólo obtuvieron 705,144, que fue el 77.80%, de los votos emitidos por el total de votantes, pues la otra parte fue votantes con el NO, o sean 201,247(el 22.20 %) un porcentaje muy bajo, entre todos los votos depositados. ¿A qué se debieron estas inesperadas cifras, de abstención, de SI y de NO? Brevemente, expresamos nuestra opinión. Mediante su abstención, al no votar una mayoría apreciable de la población existente, hizo a un lado su filiación política y nos parece que quiso mostrar su decepción con las situaciones vividas por el país en todos los ámbitos, desde muchos años a esta parte.
Creemos que por los grandes déficits sociales que prevalecen en toda la vida panameña, un conglomerado que llega al 57% de la población nacional votante, consideró inútil y sin sentido ir a las urnas, porque cualquier voto que se diera, aún en cantidades, no haría variar las condiciones enormemente deplorables en que vive la sociedad panameña, lo que colinda con un verdadero fracaso, como sociedad, como país, sobre todo en los servicios públicos, en la situación de la economía nacional, en la educación pública y privada, etc., etc.
Las presiones y la propaganda en que el Gobierno y, sobre todo, la ACP invirtieron a todo lo largo del proceso, sólo pudieron obtener en las urnas una pobre representación la que no llegó siquiera a la mitad de la población capacitada para emitir el voto, minoría no despreciables, dado que carecían de toda clase de recursos.
El Referéndum de ampliación del Canal enfocado en toda su dimensión, fue un claro ejemplo de frustración y fracaso generales, y para auto engañarse con que "habían ganado", los del Gobierno y de la Autoridad del Canal pretextaron que era triunfante la mayoría de votos depositados. El Tribunal Electoral fue de la misma opinión y desde las ocho de la noche del mismo 22 le comunicó al Presidente Torrijos lo dicho: que "el voto SI había ganado", y que tal sería la posición oficial de la autoridad máxima en materia eleccionaria.
Sin embargo, esa posición olvidaba deliberadamente que la mayoría potencialmente votante no fue a las urnas (el 57 %).
Para nosotros, que imparcialmente hemos venido observando de cerca cómo ha funcionado el país desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en todos sus órdenes, el Referéndum no hizo más que poner de plano, con fuerte evidencia, la forma desastrosa como ha funcionado nuestra República, desde 1946 hasta el presente. A todo el país le sobran motivos y razones de gran descontento.
El oficialismo tuvo que apelar a la falacia de contar a la votación que antijurídicamente le favorecía, haciendo a un lado la realidad contundente de que la mayoría del pueblo que estaba calificado para votar, prefirió abstenerse, no ir a las urnas (mucho más de la mitad, el 57 %) y ese resultado de ausentismo descalificó al Gobierno, a la ACP y al Tribunal Electoral panameño con la cantidad proclamada por ellos de que "el voto Sí ganó el Referéndum". Un simple pretexto con el cual les apoyó desde las primeras horas de la noche del 22 de octubre, el sello oficial que al Referéndum le puso el Tribunal Electoral, con argumentos irreales y muy pobres, de que el voto SI obtuvo el triunfo en el referéndum mencionado, pues no obtuvo ni la mitad de los votantes potenciales (57%).
Amanecerá y veremos.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.