Revolución Dule y fuerza de identidad
Publicado 2000/03/06 00:00:00
- Juan Pérez Archibold
La Revolución Dule, constituye un hecho fundamental realizado desde y por los kuna. Los sabios kunas concluyen que la fuerza motivadora de la Revolución Dule, fue el territorio donde vivir con seguridad, dignidad y mantener viva la cultura, lengua e historia desde el ser Dule.
El Kuna se considera Dule, palabra kuna de raíz dula (ser vivo) varón y mujer perfecto cuando se sirve a la comunidad desde la casa (Nega), primer nombre del hogar. La identidad del Kuna está signada con respecto a la Casa-comunidad, representación simbólica del universo. Denota pertenencia e identidad.
Ayer soñé con Inaquintipilele, Nele Kantule, Nugelipe, Narasgunyai y muchos otros y otras que no los pude identificar. Eran abuelitos y abuelitas kunas. Tenían perfecto dominio de sí mismos. Venían tarde ya, de la selva, de un arduo trabajo. Los abuelos se deshicieron un rato de los sacos de cacao que traían y tomaron su descanso.
Inaquintipilele, se recostó en una gran piedra, sacó granos de cacao y me entregó uno por uno. Desde lejos escuché un sordo resonar de gritos armónicos, voces recónditas identificando símbolos, luchas y dignidad. Estaba el pueblo kuna celebrando "inna suit", chicha brava en conmemoración de la revolución Dule de 1925.
Miré con respeto al abuelo entrado en años. El se levantó y me preguntó: ¿En qué se diferencia el maíz kuna y el de Colombia ? Le contesté con mi cara de frustración e ignorancia que no sabía. El anciano me miró lastimosamente y dijo: La diferencia es que el grano kuna, tiene historia milenaria y el de Colombia es débil y poco resistente, porque se alimentó de abonos químicos.
El viejo kuna respiró profundo, exhaló la última fuerza hacia mí y expresó: Ese maíz colombiano son ustedes, los que crecen y se educan sin ninguna resistencia cultural.
Desperté y estaba en mi hamaca. Había soñado.
Inaquintipilele, dirigente espiritual político y abuelo del sueño, sabiamente intuyó que "el amor a Paba, a la cultura son fuerzas que mueven a amar y luchar por la tierra", esto es, vivir de acuerdo al enfoque fundamental de la vida Kuna; la solidaridad y comunidad.
Con este enfoque a través del tiempo, se hizo famosa la escena del mito contado a través de la historia de un Dule que viaja con golondrinas (en la mentalidad Kuna mensajeros de las enfermedades y de la muerte), y en su guarida aprende a vivir como ellos; descubre cómo piensan y por qué transmiten enfermedades a los seres humanos.
Este Dule, al cabo de un tiempo, se escapa y vuelve a su pueblo Kuna para contar lo que ha visto, sentido, oído y ayudó así trazar junto a la comunidad planes y estrategias de educación para fortalecer su identidad.
Esta historia, proclamada en las reuniones diarias es de los mensajes fuertes y profundos de la educación desde el hogar de una familia Kuna. Todos los jóvenes kunas hemos recibido este mensaje alrededor del fogón en las madrugadas.
Sin embargo, el sistema educativo panameño ni nuestras estructuras educativas funcionan para crear conciencias de defensa de la sociedad Kuna. Nos hemos desmovilizados nos hemos quedado enquistados en el sistema centralista.
El sistema educativa actual debe preguntarse: en cómo fortalecer la visión del mundo, donde el techo de la Casa sea el universo combado; cómo ser Kuna, desde las aulas universitarias, desde las cocinas de los restaurantes de cinco estrellas, desde las panaderías y frente a la computadora e Internet.
Para aumentar la fuerza de la identidad se nos exige una educación intercultural que no sea meramente en traducir poemas y textos en español al idioma kuna ni mucho menos intentar acoplar el idioma Kuna al idioma español utilizando sus métodos y contenidos. Tampoco, traducir historietas de Cristóbal Colón, Vasco Núñez de Balboa y la gramática española a la lengua Kuna.
En este contexto, las prioridades para promover la efectiva educación intercultural de los indígenas deben ser solidaridad y democratización que respete, promueva y sirva de base para una real modernización de la educación.
Para una modernización de la educación indígena en el ámbito comunitario, es necesaria la acción colectiva de la comunidad para educar desde la identidad, pero, para eso es imprescindible la voluntad política de los gobernantes para adoptar medidas de carácter nacional y regional que den condiciones de posibilidad, porque de lo contrario seriamos ilusos en nuestras perspectivas del futuro para una educación intercultural.
El Kuna se considera Dule, palabra kuna de raíz dula (ser vivo) varón y mujer perfecto cuando se sirve a la comunidad desde la casa (Nega), primer nombre del hogar. La identidad del Kuna está signada con respecto a la Casa-comunidad, representación simbólica del universo. Denota pertenencia e identidad.
Ayer soñé con Inaquintipilele, Nele Kantule, Nugelipe, Narasgunyai y muchos otros y otras que no los pude identificar. Eran abuelitos y abuelitas kunas. Tenían perfecto dominio de sí mismos. Venían tarde ya, de la selva, de un arduo trabajo. Los abuelos se deshicieron un rato de los sacos de cacao que traían y tomaron su descanso.
Inaquintipilele, se recostó en una gran piedra, sacó granos de cacao y me entregó uno por uno. Desde lejos escuché un sordo resonar de gritos armónicos, voces recónditas identificando símbolos, luchas y dignidad. Estaba el pueblo kuna celebrando "inna suit", chicha brava en conmemoración de la revolución Dule de 1925.
Miré con respeto al abuelo entrado en años. El se levantó y me preguntó: ¿En qué se diferencia el maíz kuna y el de Colombia ? Le contesté con mi cara de frustración e ignorancia que no sabía. El anciano me miró lastimosamente y dijo: La diferencia es que el grano kuna, tiene historia milenaria y el de Colombia es débil y poco resistente, porque se alimentó de abonos químicos.
El viejo kuna respiró profundo, exhaló la última fuerza hacia mí y expresó: Ese maíz colombiano son ustedes, los que crecen y se educan sin ninguna resistencia cultural.
Desperté y estaba en mi hamaca. Había soñado.
Inaquintipilele, dirigente espiritual político y abuelo del sueño, sabiamente intuyó que "el amor a Paba, a la cultura son fuerzas que mueven a amar y luchar por la tierra", esto es, vivir de acuerdo al enfoque fundamental de la vida Kuna; la solidaridad y comunidad.
Con este enfoque a través del tiempo, se hizo famosa la escena del mito contado a través de la historia de un Dule que viaja con golondrinas (en la mentalidad Kuna mensajeros de las enfermedades y de la muerte), y en su guarida aprende a vivir como ellos; descubre cómo piensan y por qué transmiten enfermedades a los seres humanos.
Este Dule, al cabo de un tiempo, se escapa y vuelve a su pueblo Kuna para contar lo que ha visto, sentido, oído y ayudó así trazar junto a la comunidad planes y estrategias de educación para fortalecer su identidad.
Esta historia, proclamada en las reuniones diarias es de los mensajes fuertes y profundos de la educación desde el hogar de una familia Kuna. Todos los jóvenes kunas hemos recibido este mensaje alrededor del fogón en las madrugadas.
Sin embargo, el sistema educativo panameño ni nuestras estructuras educativas funcionan para crear conciencias de defensa de la sociedad Kuna. Nos hemos desmovilizados nos hemos quedado enquistados en el sistema centralista.
El sistema educativa actual debe preguntarse: en cómo fortalecer la visión del mundo, donde el techo de la Casa sea el universo combado; cómo ser Kuna, desde las aulas universitarias, desde las cocinas de los restaurantes de cinco estrellas, desde las panaderías y frente a la computadora e Internet.
Para aumentar la fuerza de la identidad se nos exige una educación intercultural que no sea meramente en traducir poemas y textos en español al idioma kuna ni mucho menos intentar acoplar el idioma Kuna al idioma español utilizando sus métodos y contenidos. Tampoco, traducir historietas de Cristóbal Colón, Vasco Núñez de Balboa y la gramática española a la lengua Kuna.
En este contexto, las prioridades para promover la efectiva educación intercultural de los indígenas deben ser solidaridad y democratización que respete, promueva y sirva de base para una real modernización de la educación.
Para una modernización de la educación indígena en el ámbito comunitario, es necesaria la acción colectiva de la comunidad para educar desde la identidad, pero, para eso es imprescindible la voluntad política de los gobernantes para adoptar medidas de carácter nacional y regional que den condiciones de posibilidad, porque de lo contrario seriamos ilusos en nuestras perspectivas del futuro para una educación intercultural.
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