Panamá
Rudo golpe a la educación en Puerto Rico
Hoy se hacen múltiples actividades para conmemorar a los pequeños del hogar; las familias se reúnen y les entregan regalos; tejiendo lazos de unión con ellos.
- Carlos Pérez Morales
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- - Actualizado: 16/7/2023 - 12:00 am
Desde hace unos cuantos años celebramos en Panamá, el día del niño, cada tercer domingo del mes de julio. Recuerdo que en mi infancia se celebraba el primer día del mes de noviembre y en esa fecha se hacían actividades recreativas en todo el país. Disfrutaba cantar, bailar, montar bicicleta, patinar; era un día de diversión. ¡El día tenía algo especial! Los chicos disfrutábamos de actividades pequeñas que nos hacían sentir que ese día nos pertenecía.
Hoy se hacen múltiples actividades para conmemorar a los pequeños del hogar; las familias se reúnen y les entregan regalos; tejiendo lazos de unión con ellos. He conversado con algunos coetáneos y expresan que para ellos el día del niño se celebra aún -en sus recuerdos- el primero de noviembre. Pienso que más que una fecha específica lo que se evoca, en concreto, es el significado de esa memoria y lo especial que nos hacía sentir.
Dicho lo anterior, ¿has pensado que en el marco de celebración de este día debiésemos honrar también al niño interior, que aún vive en ti, que admiras y tal vez nunca se lo dijiste; y hoy has dejado atrás?
Hagamos una pausa para volverle a ver y sentir su presencia como un rayo de luz que siempre nos acompaña. Él es parte de nuestro interior y camina con nosotros, avanzamos juntos. Dirían algunos expertos, es parte importante de lo que somos en el presente.
Días previos a la publicación de este escrito ha circulado en redes sociales un filtro que a través de una inteligencia artificial transporta el rostro del que lo usa, en cuestión de milésimas de segundo a una olvidada juventud. Las personas que lo utilizan y registran su uso, se les iluminan sus ojos, a veces hasta se les escapa una lágrima, cuando vuelven a mirar al joven o niño que alguna vez fueron.
Ese experimento es realmente interesante, pues prueba que no importa los años que pasen ese niño vive en nosotros y provoca nostalgia volverlo a ver. Al interiorizar lo anterior, si ves a ese niño y te mira sonriendo haz hecho bien tu trabajo, si lo ves cabizbajo levanta su rostro, pues aún tienes una deuda pendiente con él y es la oportunidad de un reencuentro.
Recuerda lo que hacías y te gustaba en ese momento, es el vínculo que te conecta con lo que eres hoy, en otras palabras: tu esencia. El marcó el rumbo de tu vida. Aplaude sus hazañas y sus logros eleva su espíritu. Por eso que nadie enalteció por ese abrazo o beso que tal vez nadie le dio, por las lágrimas que solo enjugo o por las veces que se sobrepuso de algún golpe que la vida, inoportunamente, le dio. Hazlo por aquel que tembló de miedo o frío por las adversidades que su mente no podía manejar. Nadie lograra borrar las experiencias buenas o malas y son las que te atan a lo que eres hoy. En esta oportunidad abro un espacio para abrazar a ese niño interior y recordarlo por todo lo que te enseño para dar significado a lo que vives en el presente.
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