Socialismo, comunismo y democracia
Publicado 2007/02/03 00:00:00
- Toronto
Tres ideologías diferentes en filosofía y aplicación.
Llama la atención el cambio político que han tenido algunos países hermanos de América Latina en relación al sistema democrático que recomendó, desde su independencia, el Libertador Simón Bolívar.
¿A qué se debe ese cambio en su política, a pesar que el sistema democrático ha sido el tradicional y el más conveniente para sus naciones dentro del carácter y la idiosincrasia de sus poblaciones. ¿Por qué entonces Cuba, Venezuela, Bolivia, Brasil, Uruguay, Ecuador, Nicaragua, Argentina, Chile, México, entre dicho y quién sabe cuántos más en el futuro, han cambiado sus sistemas políticos, a pesar que han sido elegidos bajo el democrático con testigos foráneos?
Opino que ese cambio drástico y "peligroso" entre nuestros hermanos latinos se debe a la frustración, la falta de credibilidad y la desconfianza que han creado los políticos tradicionales y los grupos privilegiados de esos países en detrimento de las clases marginadas, bajo la creencia de que sus naciones han sido hacienda privada de ellos y que el Estado es el centro de sus operaciones.
Los recursos naturales de cada país, que deben ser para el beneficioso de sus pueblos, los explotan para sus intereses personales y políticos; los fondos públicos, los altos salarios y posiciones relevantes están repartidas entre lo que forman la alta burocracia estatal, familiar y social; es decir, todo está concentrado en beneficio de las castas sociales, económicas y políticas en cada país, sin considerar y respetar a la mayorías.
Ese sistema político lo han venido sufriendo esos países según las circunstancias y las influencias externas de sus gobiernos. Por ejemplo, lo caro que están pagando los políticos tradicionales y sus seguidores en Venezuela por su conducta de frustración que dio margen a que Chávez alcanzara el poder mediante el voto popular. Ahora están en el dilema de no saber cuál va a ser el destino de sus país, igual pasará con otras naciones.
Es lamentable esa situación donde a nadie deben culpar, sino a ellos mismo al no saber poner en práctica a tiempo, las hazañas, pensamiento y reconocimientos de aquellos grandes hombres de la historias, como aquel que dijo "Vale la pena que ustedes den algo de lo bueno, a que mañana tengan que dar todo, por lo malo que hicieron".
De ese destino de algunos países hermanos no estamos exentos nosotros, si no miramos a tiempo el deber humano y patriótico con los demás panameños, y más con los marginados.
Sabemos que la democracia es el sistema más conveniente para los hombres y las naciones libres del mundo. Sin embargo, no sabemos apreciarla y conservarla.
Nos dicen los gobiernos y los políticos que en Panamá vivimos en democracia. En qué democracia vivimos, si la corrupción se mantiene y sigue en aumento, la delincuencia, el crimen y el juega vivo están intactos; el desempleo y la pobreza extrema cada vez es mayor; los privilegios, alto salarios y posiciones relevantes son para los privilegiados de la burocracia social, política, económica y familiar.
Si los políticos y las clases privilegiadas no cambian su conducta llegaremos al mismo estado que tienen otros países. Durante los períodos electorales pudiera salir del montón un loco con nombre y apellido diferente, con un eslogan que cale dentro de la sociedad, y aprovecharse de la frustración del pueblo en contra de los malos políticos y salir electo como presidente.
En qué democracia vivimos, si la corrupción se mantiene y sigue en aumento.
¿A qué se debe ese cambio en su política, a pesar que el sistema democrático ha sido el tradicional y el más conveniente para sus naciones dentro del carácter y la idiosincrasia de sus poblaciones. ¿Por qué entonces Cuba, Venezuela, Bolivia, Brasil, Uruguay, Ecuador, Nicaragua, Argentina, Chile, México, entre dicho y quién sabe cuántos más en el futuro, han cambiado sus sistemas políticos, a pesar que han sido elegidos bajo el democrático con testigos foráneos?
Opino que ese cambio drástico y "peligroso" entre nuestros hermanos latinos se debe a la frustración, la falta de credibilidad y la desconfianza que han creado los políticos tradicionales y los grupos privilegiados de esos países en detrimento de las clases marginadas, bajo la creencia de que sus naciones han sido hacienda privada de ellos y que el Estado es el centro de sus operaciones.
Los recursos naturales de cada país, que deben ser para el beneficioso de sus pueblos, los explotan para sus intereses personales y políticos; los fondos públicos, los altos salarios y posiciones relevantes están repartidas entre lo que forman la alta burocracia estatal, familiar y social; es decir, todo está concentrado en beneficio de las castas sociales, económicas y políticas en cada país, sin considerar y respetar a la mayorías.
Ese sistema político lo han venido sufriendo esos países según las circunstancias y las influencias externas de sus gobiernos. Por ejemplo, lo caro que están pagando los políticos tradicionales y sus seguidores en Venezuela por su conducta de frustración que dio margen a que Chávez alcanzara el poder mediante el voto popular. Ahora están en el dilema de no saber cuál va a ser el destino de sus país, igual pasará con otras naciones.
Es lamentable esa situación donde a nadie deben culpar, sino a ellos mismo al no saber poner en práctica a tiempo, las hazañas, pensamiento y reconocimientos de aquellos grandes hombres de la historias, como aquel que dijo "Vale la pena que ustedes den algo de lo bueno, a que mañana tengan que dar todo, por lo malo que hicieron".
De ese destino de algunos países hermanos no estamos exentos nosotros, si no miramos a tiempo el deber humano y patriótico con los demás panameños, y más con los marginados.
Sabemos que la democracia es el sistema más conveniente para los hombres y las naciones libres del mundo. Sin embargo, no sabemos apreciarla y conservarla.
Nos dicen los gobiernos y los políticos que en Panamá vivimos en democracia. En qué democracia vivimos, si la corrupción se mantiene y sigue en aumento, la delincuencia, el crimen y el juega vivo están intactos; el desempleo y la pobreza extrema cada vez es mayor; los privilegios, alto salarios y posiciones relevantes son para los privilegiados de la burocracia social, política, económica y familiar.
Si los políticos y las clases privilegiadas no cambian su conducta llegaremos al mismo estado que tienen otros países. Durante los períodos electorales pudiera salir del montón un loco con nombre y apellido diferente, con un eslogan que cale dentro de la sociedad, y aprovecharse de la frustración del pueblo en contra de los malos políticos y salir electo como presidente.
En qué democracia vivimos, si la corrupción se mantiene y sigue en aumento.

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