Un gárrulo mandadero
Cuán difícil se torna a veces entender la actuación de algunos políticos que llegan a escalar posiciones gracias a nuestros votos; acertados las pocas veces, equivocados la mayoría.
Me llama poderosamente la atención de uno, pero antes analicemos lo que RAE define como gárrulo: Pájaro que “chirría mucho”, dicho de una persona: “hablador, charlatán”; mandadero, en tanto, aquél que “hace mandados en conventos, cárceles o casas”.
Es común encontrar en oficinas públicas y privadas, individuos que lejos de apreciarse, rinden culto a la personalidad ajena; sin embargo son indispensables para las organizaciones; ayudan a las féminas, por ejemplo, cuando se les adelanta el ciclo y escasean los protectores, ellos van presurosos a adquirirlos o cuando por razones económicas ellas deban esconder el glamour, los mandaderos van a los kioscos “cuara y cuara” (del inglés quarter) a comprar patacones con carne, en fin cualquier imprevisto lo resuelve el mandadero.
Nunca imaginamos que al más alto nivel pudieran existir éstos. A finales de 2010 acudimos al Consejo Municipal por asuntos oficiales, participando de la sesión. En ese momento se abrió la jornada con la verificación del quórum, aprobación de la agenda, lectura del acta anterior, etc. Transcurrida la hora, apareció presuroso el H.C. Gálvez, entró pesadamente a su aposento, pidió la palabra para exigir la alteración del orden porque traía “bajo la manga” una resolución con la cual solicitaba investigación penal contra el Alcalde Vallarino por el supuesto manejo indebido de fondos dedicados a resolver el problema de la basura. Gálvez sacó del bolsillo un proyecto de resolución, leyéndolo con dificultad, al parecer por desconocer el contenido.
Al rato, sus colegas manifestaron repulsión, censurándole el mal mandado. La respuesta, una burda bufonada llamando “Bosquito” a cada colega opuesto a su pretendida intriga.
Iniciado el nuevo año, como Diputado, Gálvez sorprendió con otro mal mandado, tratando de convertir la Asamblea en un enorme tinglado. Su propuesta: La reelección inmediata. Por dicha, existen otros padres de la Patria más agudos de mente, quienes “antes que cantara el gallo”, lo estaban echando al agua.
Cual ave de mal agüero, ahora abanica la ruptura de la alianza. No externaré mi vaticinio sobre este lúgubre espectáculo, pero sí puedo prever su caída; la posibilidad que el electorado pase factura por distraer la atención en asuntos baladíes, inapropiados a su investidura es grande. Mi anticipada “condolencia política”.
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