Panamá
Una auditoría para hablar claro, alto y sin rodeos
- Roderick R. Gutiérrez Pérez
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- Especialista en Gestión y Planificación Ambiental y Presidente de la Cámara Minera de Panamá
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En nuestro Panamá, tierra de gente trabajadora y de un canal que une al mundo, estamos acostumbrados a hacer las cosas bien y a enfrentar los retos con berraquera. Hoy, nuestro país se encuentra ante una oportunidad de oro, no solo por el cobre que yace en nuestras montañas, sino por la oportunidad de demostrar que podemos gestionar nuestros recursos con inteligencia, transparencia y para el bien de todos. Hablemos claro y sin rodeos sobre la auditoría integral de Cobre Panamá.
Mucha gente oye la palabra "auditoría" y se imagina algo complicado, un enredo de papeles que nadie entiende. Pero la realidad es mucho más sencilla. Imagínese que usted va a hacerse un chequeo médico completo, de esos que mandan a hacer una vez al año. El doctor no se conforma con preguntarle "¿cómo te sientes?", sino que le manda a hacer exámenes de sangre, radiografías, pruebas de fuerza para ver el cuadro completo: cómo estabas antes, cómo estás ahora y qué necesitas para estar saludable en el futuro. Bueno, esta auditoría es exactamente eso: un examen médico completo y a fondo para el proyecto Cobre Panamá, no para buscar un culpable, sino para tener un diagnóstico claro y asegurar la "salud" del proyecto y, más importante aún, la de nuestra sociedad, nuestra economía y medio ambiente.
O véalo de esta otra forma: es como cuando uno manda a construir su casa. Usted no le da la plata al constructor y se desaparece. No, señor, usted está encima, y al final contrata a un ingeniero independiente para que revise que las columnas estén fuertes y que todo se haya hecho como decían los planos. Esa revisión es la auditoría. Los "planos" aquí son los más de 370 compromisos del Estudio de Impacto Ambiental de 2011, que son la tarea que la mina prometió cumplir.
Para un trabajo tan importante, no se podía llamar a cualquiera. Se necesitaba un árbitro con credibilidad, uno que no jugara para ninguno de los dos equipos. Por eso el gobierno muy atinadamente, contrató a SGS, una empresa que es como la FIFA de las inspecciones a nivel mundial. Ellos han hecho este tipo de trabajos en los proyectos más complejos del planeta, desde minas en Australia hasta pozos petroleros en el Mar del Norte. No vienen a echar cuentos; vienen con sus científicos, sus equipos y su experiencia a medir, analizar y verificar. Su reputación depende de ser neutrales y precisos. Tener a SGS es una garantía de que los resultados serán serios, sin juega vivo de nadie.
Sin embargo, como en todo en la vida, nunca faltan los que gritan antes de que empiece el partido. Ya han salido algunos opositores a decir que la auditoría no sirve, que es una farsa. ¡Con todo respeto, dejémonos de cuentos! Desacreditar una auditoría técnica y científica antes de que se haya hecho el primer análisis es como gritar que un carro está dañado desde la otra acera, sin siquiera haberle abierto para intentar arrancarlo. ¡Eso no es serio! Es un intento de enredar la cancha y quitarle la confianza al pueblo panameño en sus propias instituciones.
Lo que el país pide a gritos son datos claros y certeza con transparencia, y eso es precisamente lo que esta auditoría nos va a dar. Resulta irónico y hasta sospechoso que algunos grupos que antes se rasgaban las vestiduras pidiendo una auditoría, ahora que se está haciendo con una firma de primer nivel, la critiquen sin tener un solo dato en la mano. Esto no ayuda a Panamá; esto solo busca crear un sancocho de dudas, erosionar la confianza y debilitar nuestra capacidad de tomar decisiones soberanas sobre lo que es nuestro.
Panamá, tiene que saber cómo gestionar sus recursos de forma responsable. No podemos darnos el lujo de tomar decisiones basadas en el miedo, la desinformación o la politiquería. Necesitamos ciencia, datos y hechos. Esta auditoría nos dará ese mapa claro que necesitamos. Nos dirá: "Miren, esto se hizo bien. Esto hay que mejorarlo. Y este es el camino a seguir para que las cosas se hagan como Dios manda". Con ese informe en mano, el Gobierno y el país entero podrán tomar las mejores decisiones para el futuro. Este es un momento para la madurez y la unidad.
Es hora de poner los puntos sobre las "íes" y avanzar, porque gestionar bien nuestros recursos significa más oportunidades para nuestra gente, más desarrollo para nuestras comunidades y un futuro más próspero para los niños y jóvenes que vienen detrás de nosotros. Y eso, al final del día, es lo único que de verdad importa.
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