Una chica atormentada
El "envoltorio físico" es solamente lo que cubre tu ser real profundo, que es imagen y semejanza de Dios. Tu ternura y misericordia, tu capacidad de razonar y de amar, tu valentía y coraje, tu humildad y sinceridad, tu esperanza y perseverancia y la fuerza espiritual que enfrentará cualquier obstáculo ganando al final la batalla, eso es lo que te dará una belleza muy singular.
Una chica atormentada
Monseñor Emiliani, me siento acomplejada. Por las noches lloro pensando en mi suerte. Tengo quince años y estoy en el penúltimo año del colegio. Físicamente soy casi gorda y no muy alta. El acné en la cara no se me quita y aunque algunos dicen que tengo los ojos bellos, casi azules, me siento fea, horrible. Esta situación no la aguanto. Hay dos compañeras en mi clase que son las más populares del colegio. No hay muchacho que no pregunte por una o por la otra, o hagan comentarios de ellas en cualquier parte. Las invitan a todos lados y una de ellas ya está haciendo comerciales en una televisora regional por cable. No puedo dejar de compararme con ella y me siento muy mal. Los chicos no se fijan en mí, salvo alguno que otro que me dice algo por mis ojos. Envidio a las bonitas de mi clase y añoro ser como una cantante muy popular. Me deprimo fácilmente ahora. Mi mamá ya sabe de esto y me dice que no me preocupe, que lo que tengo que hacer ahora es estudiar y prepararme para la vida. Creo que no me entiende, o se hace la que no, o más bien sabe que soy fea y prefiere no hablar de eso. La estoy odiando últimamente. Pocas veces me llama algún chico por teléfono, salvo para cosas de estudio. Ninguno me ha invitado a salir a una fiesta, aunque no creo que mi papá me dejaría. Él no vive con nosotros, pero se mantiene muy al tanto y yo lo quiero mucho.
Estimada señorita, estás empezando a vivir y urge que te reconcilies con tu persona y te aceptes tal y como eres. El no ser delgada ni alta no te hace menos que nadie. La auténtica altura que debes medir es la de tus valores morales, tu fe en Dios, tu fuerza de voluntad y tus ganas de hacer algo por la humanidad.
El "envoltorio físico" es solamente lo que cubre tu ser real profundo, que es imagen y semejanza de Dios. Tu ternura y misericordia, tu capacidad de razonar y de amar, tu valentía y coraje, tu humildad y sinceridad, tu esperanza y perseverancia y la fuerza espiritual que enfrentará cualquier obstáculo ganando al final la batalla, eso es lo que te dará una belleza muy singular. No te acomplejes porque los chicos miran a estas dos compañeras como si fueran lo máximo. Cuando aprendan a ver con ojos iluminados por el Señor, verán la belleza interior tuya y de otras. Ya llegará el día en que alguien te valore así. Dedícate a tu oración, tus estudios, cultivar buenas amistades, vivir tu vida en familia, hacer deporte y ser lo mejor de ti misma. Yo creo que hay grandes mujeres que pueden estimularte a ser mejor, como Juana de Arco, Clara de Asís, Indira Gandhi, Teresa de Calcuta, Gabriela Mistral, Ana Frank y otras muchas. En ellas, el físico no era lo más importante, sino la inteligencia y el corazón. Y recuerda que Dios te ama, Él te llama "mi hija preciosa", se goza contemplando tu belleza interior, te bendice y con Él eres invencible.
Monseñor