Amistad
Una esperanza del futuro
El vínculo de las relaciones forma parte de nuestro caminar por este mundo. Necesitamos de los amigos como el aire que respiramos. Pero también requieren de
El vínculo de las relaciones forma parte de nuestro caminar por este mundo. Necesitamos de los amigos como el aire que respiramos. Pero también requieren de nuestro apoyo. No hay mayor satisfacción que sentirnos protegidos, valorados y comprendidos por nuestra propia comunidad. Por consiguiente, aplaudamos el día que la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el Día Internacional de la Amistad (30 de julio), con la idea de avivar estos lazos entre pueblos, países, culturas y personas. Precisamente, la resolución de dicha festividad, lo que hace es poner en valor actividades comunitarias encaminadas a fomentar la inclusión entre personas para promover algo tan vital como el diálogo.
La amistad no tiene un valor de resistencia, sino más bien es una de las cosas más importantes, puesto que imprime fuerza al deseo de vivir. Es evidente que tenemos que formular una nueva relación entre las personas y el mundo que nos circunda, desbordado por la pobreza, las desigualdades e inseguridades. Por eso, es fundamental que se establezcan alianzas para propiciar otro mundo más pacífico. Desde luego, los crímenes de derechos humanos no pueden ser objeto de amnistías ni impunidades. A propósito, la idea aristotélica de que "si los ciudadanos practicasen entre sí la amistad, no tendrían necesidad de la justicia", puede ayudarnos a reflexionar y, así, poder tomar una nueva conciencia de vida, basada sobre todo en la mesura.
Sin duda, el potencial de la amistad como esperanza de futuro tiene que priorizarse en los programas educativos y en todos los sectores de la cultura, de lo contrario seguiremos estando todos condenados a los conflictos, al rechazo y al desprecio de las personas más vulnerables. Se me ocurre pensar en los personajes inmortalizados por Miguel de Cervantes, don Quijote y Sancho Panza, que simbolizan la generosidad entre personas de diferentes caracteres, llegando a un entendimiento tan fuerte que don Quijote se "sanchifica" y Sancho se "quijotiza".
Tenemos, en todo caso, la responsabilidad de activar las miradas y de incentivar un espíritu de cooperación planetaria, que nos lleve a cultivar un núcleo de valores, el de los derechos humanos fundamentales, y no otros impuestos al arbitrio de cuantos tienen el poder. Es cuestión de mirar y ver lo que nos interesa. Eso sí, tómese su tiempo, lo mismo que para escoger un amigo.
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