Panamá
Venido de la tierra de Pablo Neruda a Panamá
- Virgilio Correra
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Sobre Panamá cualquier cosa que se invente o diga en el mundo, todo el universo está de acuerdo a unanimidad.

Sobre Panamá cualquier cosa que se invente o diga en el mundo, todo el universo está de acuerdo a unanimidad, que es un lugar de tránsito, por donde transita media humanidad, toda vez que Panamá fue ubicada por todos los dioses unidos y en consenso del Más Allá en el lugar más adecuado del planeta Tierra, en la superficie privilegiada del continente latinoamericano, para servir de paso y/o tránsito temporal.
Ahora en septiembre [2023] se cumplen 80 años del paso de Neruda por Panamá, según lo hace constar Rodrigo Miro. Una ocasión para Claudio en celebrar esa fecha en un acto cultural de su noble Academia musical.
Pareciera que la residencia secundaria del Más Allá está ubicada a lo largo del Canal de Panamá. Por eso Panamá es la Meca de la Cristiandad, aunque se porten mal sus lugareños, al final serán perdonados por todos los dioses del Universo. Una especie de bula divina universal.
Panamá es la capital de la magia y de los espejismos más acertados de toda la humanidad antes y después de 1492. Es un misterio o un milagro, aunque aún no lo hemos podido descifrar. Un acertijo eterno. ¿O es una caja de Pandora del Más Allá? Aún no lo sabemos.
En este escrito vamos a referirnos a Panamá como el hub de los crisoles de razas más exquisitos y los crisoles de culturas más recónditos, mixtos y espléndidos, antes visto en ¾ de siglo de nuestra existencia y rodando por el mundo que es "muy ancho y ajeno", como hemos sido: un gran aventurero bien formado en el continente viejo.
Resulta que hace pocos fuimos al teatro EN CÍRCULO alojado en una de las barriadas de clase media próspera cerca de la avenida TRANSISTMICA.
Allí asistiendo a la velada de nuestros nietos Regina y Juan Diego, nos topamos con un magistral profesor chileno, un artista completo y además un ser humano por excelencia, por su talento y sus dotes innatos musicales y de comunicación social humana.
Claudio García de origen chileno por su acento simbólico y real, dirige una escuela moderna musical para brindarle alegría a las niñas y niños panameños junto a sus padres, abuelos, a sus familias y amigos en general.
El espectáculo se inició con una confesión sincera y espectacular, Claudio se presentó con su hija Danixia García, nacida en Panamá, que vino al mundo con sus dotes musicales y una propensión marcada en emplear sus aptitudes neuronales, para así interpretar el piano y cualquier otro instrumento musical.
El espéculo duró varias horas, fue intenso, populoso, eran niños inclusivos productos del crisol de razas que es Panamá. Allí estaba bien representada la evolución social de un nuevo Panamá, que mostraba sus huellas digitales inherentes al siglo nuevo en que nos encontramos ahora.
Claudio nos mostró el sendero de la evolución de Panamá por mejores caminos inclusivos y de fraternidad, libertad e igualdad. Incluso nos vaticinó convencido "que el futuro de Panamá está en nuestras nuevas generaciones, el impulso del cambio lo hacemos nosotros como una trascendencia de la vida que heredamos a nuestros hijos, nietos y bisnietos".
El espectáculo fue brillante, imposible de aburrirse, con solo mirar la disciplina en el escenario, cada acto estaba bien calculado por Claudio y su grandioso equipo (todos verdaderos panameños): su secreto era de coordinar la tesis, la antítesis y lograr la síntesis y todo le salía bien.
La improvisación era parte del espectáculo en todo momento, aunque desde luego estaba sujeta a la astucia, a la seguridad y sobre todo a la paciencia general.
El éxito de ese gran equipo es administrar debidamente la paciencia ante la impaciencia. Una lucha disimulada entre el bien y el mal, en donde en cada segundo el bien vence al mal. Por eso el espectáculos recorría nuestro torrente sanguíneo en cada segundo del acto.
Didáctico y académico, cada fracción de cada set era explicado con lógica y razonamiento. No había error en cada explicación, siempre se confundía la alegría con la razón, dejándonos entrever la integración compuesta de procesos complicado entre entes excluidos, que llenaban sus espacios mágicos, pero al final con una inclusión harmónica llena de mucha satisfacción y éxito. El espectáculo seguía lleno de emoción y alegría.
En nuestra calidad de abuelo espectador, Claudio nos ofreció un sketch familiar inaudito: ver a nuestros nietos y sus amigas expresarse con éxito en un mini espectáculo sin remos y sueltos en las tablas, de aquel teatro periférico.
Claudio nos confesó cuando conversamos días atrás: "Mi vida cambió cuando llegué a Panamá, Pareciera que aquí estaba esperándome la corona que me había sido asignada por el Más Allá". Además de una corona también le estaba esperando una princesa, que es su bella y hermosa hija nacida en Panamá. De seguro que esa niña brillará un día en escenario protegidos por el Más Allá. Al menos el camino ya está diseñado. Felicitamos al rey Claudio como le dicen sus colaboradores y amigos.
Le deseamos éxito en su carrera profesional para que siga brindándole más alegrías a todos los niños y niñas de Panamá, con esa magia única de lograr siempre la integración social de una sociedad crisol de razas que es Panamá.
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