Opinión
Viajes: fórmula de la eterna juventud
Algo así fue el resultado de nuestro reciente quijoteo anual, esta ocasión un crucero de 20 días al norte de Europa y el Báltico.
- Jaime Figueroa Navarro
- /
- /
- - Publicado: 23/9/2024 - 12:00 am
No resulta un secreto que viajar es divertido. ¿Qué tal si te hace sentir y ver más joven? Nuestra columna semanal surge del planteamiento de Lilit Marcus, escritora de Viajes de CNN Digital Worldwide.
Resulta que una reciente pesquisa realizada por la Universidad Edith Cowan de Australia llegó a la conclusión que la entropía, el proceso del lento e inevitable deterioro, puede ser contrarrestado al viajar.
De acuerdo al planteamiento, muchas variables del viaje, tal cual conocer nuevas personas, dormir mejor, gozar de nuevas experiencias y experimentar actividades relajantes, ayudan a retrasar el envejecimiento prematuro.
"No solo trata de recreo y ocio el turismo," alude el autor del análisis Fangli Hu. "También puede contribuir a la salud mental y física de los viajeros."
Algo así fue el resultado de nuestro reciente quijoteo anual, esta ocasión un crucero de 20 días al norte de Europa y el Báltico, que nos trasladó a lo largo y ancho de 14 países. Agraciados por la ola de calor más intensa de la historia, nuestra peregrinación resultó en un ambiente con escasa diferencia en temperaturas al trópico y un mínimo de chubascos, lo que nos permitió en la mayoría de los casos, visitar los destinos con cobijos limitados.
Como sea que la estancia dentro del navío resultó abreviada por las diarias excursiones a los destinos, optamos por un camarote interior que nos permitió un profundo descanso por la ausencia de luz y ruidos, bienvenida terapia opuesta a nuestra acostumbrada vivencia en medio de la cárcel de concreto en que se ha convertido nuestra ciudad capital.
Nuestra vivencia fue reenforzada durante la primera mitad por la risueña compañía de Jonathan y Rita Kramer, gallarda pareja californiana, con quienes compartimos una naciente amistad. Durante el segundo segmento, nos acompañaron mi hija Patricia y su esposo Mateo, quienes nos inyectaron su efervescente entusiasmo y frescura primaveral.
Así pues, estuvimos tan inmersos en este soñar, que prácticamente olvidamos las necedades de preocupaciones y el cotidiano estrés, obligados a extensas caminatas durante nuestras salidas que complementaron nuestras visitas diarias al gimnasio para neutralizar los abundantes banquetes diarios a bordo del pródigo crucero.
La mayoría de los destinos eran primerizos en nuestro mundo, por lo que logramos captar a través del ojo mágico de nuestra cámara celular, nuevos y abundantes ángulos que alimentan el diccionario de nuestras vivencias, expandiendo de esa forma la sazón del alma.
Posterior al despegue de la aeronave al finalizar nuestra odisea en Estocolmo, capital de Suecia, nuestro vuelo de 4 horas de duración nos trasladó a Madrid, donde posterior a efímera escala abordamos el avión para el cruce trasatlántico de 10 horas y 45 minutos a Tocumen, que aunado al cambio de horario, se convirtió en la jornada más extensa de nuestra vida.
Ahora hacemos un paréntesis, descubriendo solo la cabeza del témpano, para en nuestras próximas columnas develar los íntimos detalles de cada una de nuestras 16 escalas, esperando no aburrirles en el recuento de esta vivencia que en efecto ha burbujeado nuestro ser, cual crío al descubrir los regalos de Santa Claus bajo el árbol de Navidad.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.