Transformación.
‘Viejos verdes’: crisis de la edad mediana
Hay hombres maduros con mujeres jóvenes de las que se puede decir que “puede ser su padre o su abuelo”. Hay casos en los que la
Hay hombres maduros con mujeres jóvenes de las que se puede decir que “puede ser su padre o su abuelo”.
Hay casos en los que la relación es matrimonial, pero en otros no lo es.
A este tipo de hombres los conocen como “viejos verdes”, que aunque sea una frase burlesca y estigmatizante, se entiende como una descripción de una inestable o paupérrima condición, aunque se trata de una frase que, en sus orígenes, denota el carácter de personas que están llenos de vigor y lozanía, lo cual, en esencia, sería de considerarse como muy positivo.
Cabe destacar que también hay “viejas verdes”.
Fisiológicamente hablando, los hombres, con respecto a las mujeres, son más proclives y excitables con respecto al deseo sexual. Cuando el hombre llega a la edad mediana, entre 40 y 60 años, entra en una "crisis" de deseos magnificados.
No es que en las mujeres no suceda esto, pero, estadísticamente hablando, entre los hombres es más común. Es un asunto de diseño natural.
Así nos hizo Dios. Esto es así, sin pasar por alto otros factores extrínsecos e intrínsecos que influyen en esta tendencia o condición.
Todos los seres humanos sufren desgaste, trastornos y transformaciones, especialmente por causa del envejecimiento, por lo que es de comprender la necesidad de afecto, comprensión, cariño, amor y placer, y no que se les trate indebidamente.
Los hombres no deben sentirse mal o miserables por causa de que les gusten o atraigan las mujeres, sin embargo, hay una serie de parámetros morales y espirituales que se deben observar y seguir para evitar debacles emocionales, familiares, matrimoniales y sanitarios.
Es difícil determinar lo genuino y la conveniencia de una relación sentimental entre una persona madura con una joven, debido a que, en muchos casos, una gran parte de las motivaciones de estas relaciones giran en torno a la lujuria o intereses monetarios, sin dejar de mencionar aspectos emocionales, mentales y sicológicos que no fueron tratados o edificados oportuna y adecuadamente.
El asunto se complica si hablamos de aquellos casos de delitos sexuales en los que los agresores son hombres maduros o ancianos y las víctimas son menores de edad o mujeres jóvenes.
A los que se encuentran en esta etapa, son de aquellos que creen en y aprecian los valores morales y espirituales, y no saben cómo manejar este asunto, les exhorto a que no duden en buscar ayuda espiritual y profesional.
Abogado y locutor.
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