Violando las normas
Miraba ayer la acción del Municipio de San Miguelito, que demolió unas estructuras que tenían años de estar violando las normas en este sector de la capital y que desde luego afectaban a servidumbre.
Me parece muy atinado el proceder de las autoridades, porque muchas zonas de la capital y otras provincias del país están invadidas por negocios que en su mayoría operan al margen de la ley. Están sobre las aceras peatonales o en la servidumbre, afectando el libre tránsito de las personas y de los autos.
Es un buen paso el que están dando en los municipios de San Miguelito y Panamá, para recuperar las áreas comunes y sancionar a los infractores de las normas que están establecidas, pero que siempre hay ciudadanos que se arriesgan a violarlas.
Los operativos deben continuar y en las horas de la noche para sacar de circulación a personas que tienen en su mayoría puestos de comidas ambulante y que no están en regla y se apoderan de cualquier esquina, para y servidumbre para instalar estos negocios.
Ya en área de la Calzada de Amador, se dio un operativo hace unos días y se señalizó que en los alrededores de la fuente no se permite la venta de todo tipo de mercancía y comida, pero adivinen, de nuevo regresaron los vendedores.
Es una lástima que el césped lo han destruido por completo y los pisos están machados de aceite y carbón. Además del mal aspecto que tiene el lugar principalmente en las noches. Esta es una de las áreas turísticas más atractivas que tenemos en la capital y la impresión que se llevan los visitantes no es la mejor.
Poco a poco hay que acabar con esas malas prácticas y toda persona que quiera establecer un negocio lo haga de la forma correcta y en lugares habilitados para ello. También reitero que estos vendedores son la competencia desleal para los que pagan empleados, alquilan locales y tienen todos sus permisos en regla.
En el sector de Amador llegan todas las semanas cruceros, es una de las caras de la ciudad y debemos todos cuidarla y mantenerla impecable, para que los turistas se llevan una buena impresión a su llegada y salida del país. Nadie puede estar por encima de la ley ni pretender que porque tiene muchos años operando ilegalmente se deben mantener.