"Yair Recanati: un análisis sobre Israel"
Publicado 1999/09/15 23:00:00
- Carlos Christian Sánchez C.
La convulsionada región del Oriente Medio vuelve a ser noticia obligada de los medios, cuando en este mes de septiembre se ha logrado un acuerdo para la liberación de 199 prisioneros palestinos, la conclusión de la retirada de las tropas judías de Cisjordania, además del anuncio norteamericano, convocando a una "minicumbre" entre los jerarcas árabe-israelí, para aplicar el Pacto de Wye River.
Aparte de lo anterior, en estas fechas también se celebra la llegada del Año Nuevo Hebreo, el 5760 de la Historia Judía y el Yom Kippur. Los más de cinco millones de personas que habitan el Estado de Israel, al igual que los cientos de miles que viven fuera del Oriente Medio, de seguro pedirán al Creador Divino, la tan esperada paz con los Estados árabes vecinos.
Israel estrena un nuevo gobierno, escogido en mayo pasado. El laborista Ehud Barak se convirtió en primer ministro y ganó cerca de dos tercios de las curules del parlamento. Por ello, para comprender la situación política de esa zona, logramos contactar meses atrás al diplomático Yair Recanati, quien funge como Embajador del Estado de Israel en Panamá. En esos momentos se había generado una similar expectativa por la nueva administración laborista; de allí que comentamos la postura política hebrea sobre la problemática.
Al conocerse la victoria arrolladora de Ehud Barak del Partido Laborista, en los comicios israelíes del pasado 17 de mayo, muchas fueron las interrogantes sobre el futuro inmediato de la nación hebrea y el proceso de paz en el Oriente Medio. Ese día, millones de israelíes eligieron un nuevo gobierno y renovaron el Kneset (Parlamento) por los próximos cuatro años. Según Recanati, las elecciones en su país representaron "el ejemplo de que Israel es el único Estado del Medio Oriente que efectúa una elección democrática para elegir a sus gobernantes". El triunfo del Laborismo, de tendencia social demócrata, significó la voluntad expresada libremente en las urnas.
El simbolismo se observó en las elecciones en Israel. Ehud Barak acudió a la tumba de Yitzak Rabin, el primer ministro asesinado en 1995, en señal de tributo a su trayectoria. Claramente trató demostrar que él es la continuación del programa de gobierno de Rabin y del Laborismo por rescatar el proceso de paz.
Por ello, el gran reto de Barak es la relación con el mundo árabe, más importante que el trasfondo político interno israelí. "El pueblo de Israel votó por Barak, porque se pedía un cambio en la forma de manejar las relaciones con los palestinos, Siria y El Líbano, que son los tres elementos más importantes para negociar la paz con los Estados árabes. Estoy seguro que el primer paso que efectuará Ehud Barak es continuar las pláticas con los palestinos, en los acuerdos tomados por los gobiernos de Rabin y Shimon Peres. Con respecto a Siria, existe disponibilidad del nuevo gobierno de negociar con esa nación árabe, aunque los sirios desean continuar encuentros diplomáticos en el punto dejado hasta 1996", menciona el embajador.
Continuó diciendo el diplomático que hay posibilidades de un acuerdo que establezca territorios por paz. Incluso, Ehud Barak prometió en su campaña electoral que se retiraría del El Líbano, en el plazo de un año, ya que él tiene en mente un proyecto sobre ese asunto. Aclaró que Israel ocupa una franja en el sur de El Líbano, "para asegurar la vida cotidiana de los ciudadanos israelíes que viven en el norte del Estado Judío, ante la amenaza de los bombardeos de las guerrillas musulmanas. No habrá retirada israelí si no hay seguridad para la población hebrea", enfatizó.
En cuanto a las relaciones entre Panamá y el Estado de Israel, S.E. Recanati señaló que "hay cierta similitud en los procesos eleccionarios que se dieron últimamente en ambos países y se refirió al proceso electoral panameño en donde fue observador internacional. Felicitó también a Panamá y a su pueblo por estos comicios tan democráticos. Expresó también que las magníficas relaciones existentes entre los dos países, junto con los proyectos de cooperación internacional que viene desarrollando Israel, continuarán en la Presidencia de la señora Mireya Moscoso.
Concluimos aquel encuentro enfatizando el mensaje de esperanza que Ehud Barak y su futuro gobierno propiciaron para lograr disipar las asperezas entre árabes e israelíes; por ello, hay que aprovechar la nueva realidad política judía, en el afán de superar las discrepancias diplomáticas.
Aparte de lo anterior, en estas fechas también se celebra la llegada del Año Nuevo Hebreo, el 5760 de la Historia Judía y el Yom Kippur. Los más de cinco millones de personas que habitan el Estado de Israel, al igual que los cientos de miles que viven fuera del Oriente Medio, de seguro pedirán al Creador Divino, la tan esperada paz con los Estados árabes vecinos.
Israel estrena un nuevo gobierno, escogido en mayo pasado. El laborista Ehud Barak se convirtió en primer ministro y ganó cerca de dos tercios de las curules del parlamento. Por ello, para comprender la situación política de esa zona, logramos contactar meses atrás al diplomático Yair Recanati, quien funge como Embajador del Estado de Israel en Panamá. En esos momentos se había generado una similar expectativa por la nueva administración laborista; de allí que comentamos la postura política hebrea sobre la problemática.
Al conocerse la victoria arrolladora de Ehud Barak del Partido Laborista, en los comicios israelíes del pasado 17 de mayo, muchas fueron las interrogantes sobre el futuro inmediato de la nación hebrea y el proceso de paz en el Oriente Medio. Ese día, millones de israelíes eligieron un nuevo gobierno y renovaron el Kneset (Parlamento) por los próximos cuatro años. Según Recanati, las elecciones en su país representaron "el ejemplo de que Israel es el único Estado del Medio Oriente que efectúa una elección democrática para elegir a sus gobernantes". El triunfo del Laborismo, de tendencia social demócrata, significó la voluntad expresada libremente en las urnas.
El simbolismo se observó en las elecciones en Israel. Ehud Barak acudió a la tumba de Yitzak Rabin, el primer ministro asesinado en 1995, en señal de tributo a su trayectoria. Claramente trató demostrar que él es la continuación del programa de gobierno de Rabin y del Laborismo por rescatar el proceso de paz.
Por ello, el gran reto de Barak es la relación con el mundo árabe, más importante que el trasfondo político interno israelí. "El pueblo de Israel votó por Barak, porque se pedía un cambio en la forma de manejar las relaciones con los palestinos, Siria y El Líbano, que son los tres elementos más importantes para negociar la paz con los Estados árabes. Estoy seguro que el primer paso que efectuará Ehud Barak es continuar las pláticas con los palestinos, en los acuerdos tomados por los gobiernos de Rabin y Shimon Peres. Con respecto a Siria, existe disponibilidad del nuevo gobierno de negociar con esa nación árabe, aunque los sirios desean continuar encuentros diplomáticos en el punto dejado hasta 1996", menciona el embajador.
Continuó diciendo el diplomático que hay posibilidades de un acuerdo que establezca territorios por paz. Incluso, Ehud Barak prometió en su campaña electoral que se retiraría del El Líbano, en el plazo de un año, ya que él tiene en mente un proyecto sobre ese asunto. Aclaró que Israel ocupa una franja en el sur de El Líbano, "para asegurar la vida cotidiana de los ciudadanos israelíes que viven en el norte del Estado Judío, ante la amenaza de los bombardeos de las guerrillas musulmanas. No habrá retirada israelí si no hay seguridad para la población hebrea", enfatizó.
En cuanto a las relaciones entre Panamá y el Estado de Israel, S.E. Recanati señaló que "hay cierta similitud en los procesos eleccionarios que se dieron últimamente en ambos países y se refirió al proceso electoral panameño en donde fue observador internacional. Felicitó también a Panamá y a su pueblo por estos comicios tan democráticos. Expresó también que las magníficas relaciones existentes entre los dos países, junto con los proyectos de cooperación internacional que viene desarrollando Israel, continuarán en la Presidencia de la señora Mireya Moscoso.
Concluimos aquel encuentro enfatizando el mensaje de esperanza que Ehud Barak y su futuro gobierno propiciaron para lograr disipar las asperezas entre árabes e israelíes; por ello, hay que aprovechar la nueva realidad política judía, en el afán de superar las discrepancias diplomáticas.
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