Zappi, "el talibán arnulfista"
Publicado 2001/10/04 23:00:00
El señor Francisco Zappi ha escrito la semana pasada, en este mismo diario, un artículo que no nos causó ninguna sorpresa. Después de las declaraciones de Alberto Vallarino en las que hizo públicas sus intenciones de competir en unas primarias por la candidatura presidencial del Partido Arnulfista, era de esperarse que se convirtiera en blanco de mucha gente.
Los primeros que reaccionaron fueron los del PRD. Rigoberto Paredes le dedicó el programa durante toda la semana, Domplín también puso lo suyo. Al final buscaron a quien ellos consideraron un peso pesado ( ¿por qué será? ) y el mismo Toro Pérez Balladares salió a decir que lo que Alberto había expresado era una cartita al Niño Dios.
Después hicieron su aparición aquellos en el Partido Arnulfista que sienten amenazadas sus ambiciones políticas por una candidatura de Alberto Vallarino. Esos son los que dicen que el ingeniero Vallarino no está inscrito en el Partido Arnulfista y por lo tanto no puede ser candidato. Se les olvida mencionar que Alberto no se puede inscribir, mientras la dirigencia del partido no abra los libros. Mantener los libros cerrados en épocas "críticas" ha sido una estratagema muy efectiva en el pasado y sigue siéndolo todavía.
Y finalmente, aparecieron los talibanes como el señor Zappi. Este señor llama "oportunismo político" a lo que es una realidad categórica. Según él, la estrategia de Alberto Vallarino de intentar unir todas las fuerzas democráticas para enfrentar el PRD es malo. Yo no sé dónde estaba este señor durante las pasadas elecciones, pues precisamente eso mismo fue lo que preconizó--y con mucho éxito--la señora Mireya Moscoso.
En ese momento, la gran crítica que se le hizo a Alberto Vallarino era que ponía en peligro el triunfo de las fuerzas democráticas porque dividía a la oposición. Muchos han declarado después que aunque lo consideraban el mejor candidato no le veían posibilidades de ganar, y no queriendo que ganará el PRD, votaron por la señora Moscoso. Esto ocurría en un escenario político favorable, pues el PRD en el gobierno había tomado decisiones muy impopulares.
Ahora, con mayor razón, es preciso fomentar una coalición de fuerzas democráticas, pues el escenario político es desfavorable. El gobierno arnulfista ha acumulado un desgaste sorprendente. La gente se siente defraudada, el pueblo se siente desilusionado y las acciones de algunos funcionarios no ayudan a cimentar una buena imagen del gobierno.
En medio de todo este marasmo, una figura emerge en la conciencia de los ciudadanos como una posible opción salvadora. Esa figura, y así lo indican las encuestas, es el ingeniero Alberto Vallarino. Contrario a lo que sostiene el talibán Zappi, son los arnulfistas los que mayor simpatía sienten por el ex candidato presidencial y son los independientes los que le dicen que "con los arnulfistas ni de a vaina". Ello revela que Alberto tendrá que hacer un gran esfuerzo para atraer a los independientes a su coalición.
Lo que Alberto no puede hacer es defender lo indefendible. Para eso está la gente como el señor Zappi. Incondicionales y serviles, sin criterio y sin carácter para señalarle los errores a los poderosos. Si tan seguro está usted del rechazó que Alberto sufrirá de las grandes mayorías, por qué no espera el momento y entonces deja derramar toda su bilis sobre un hombre que lo único que ha querido es lo mejor para su país y para su partido. Yo por mi parte siempre le confiaré mi voto a Alberto Vallarino.
Los primeros que reaccionaron fueron los del PRD. Rigoberto Paredes le dedicó el programa durante toda la semana, Domplín también puso lo suyo. Al final buscaron a quien ellos consideraron un peso pesado ( ¿por qué será? ) y el mismo Toro Pérez Balladares salió a decir que lo que Alberto había expresado era una cartita al Niño Dios.
Después hicieron su aparición aquellos en el Partido Arnulfista que sienten amenazadas sus ambiciones políticas por una candidatura de Alberto Vallarino. Esos son los que dicen que el ingeniero Vallarino no está inscrito en el Partido Arnulfista y por lo tanto no puede ser candidato. Se les olvida mencionar que Alberto no se puede inscribir, mientras la dirigencia del partido no abra los libros. Mantener los libros cerrados en épocas "críticas" ha sido una estratagema muy efectiva en el pasado y sigue siéndolo todavía.
Y finalmente, aparecieron los talibanes como el señor Zappi. Este señor llama "oportunismo político" a lo que es una realidad categórica. Según él, la estrategia de Alberto Vallarino de intentar unir todas las fuerzas democráticas para enfrentar el PRD es malo. Yo no sé dónde estaba este señor durante las pasadas elecciones, pues precisamente eso mismo fue lo que preconizó--y con mucho éxito--la señora Mireya Moscoso.
En ese momento, la gran crítica que se le hizo a Alberto Vallarino era que ponía en peligro el triunfo de las fuerzas democráticas porque dividía a la oposición. Muchos han declarado después que aunque lo consideraban el mejor candidato no le veían posibilidades de ganar, y no queriendo que ganará el PRD, votaron por la señora Moscoso. Esto ocurría en un escenario político favorable, pues el PRD en el gobierno había tomado decisiones muy impopulares.
Ahora, con mayor razón, es preciso fomentar una coalición de fuerzas democráticas, pues el escenario político es desfavorable. El gobierno arnulfista ha acumulado un desgaste sorprendente. La gente se siente defraudada, el pueblo se siente desilusionado y las acciones de algunos funcionarios no ayudan a cimentar una buena imagen del gobierno.
En medio de todo este marasmo, una figura emerge en la conciencia de los ciudadanos como una posible opción salvadora. Esa figura, y así lo indican las encuestas, es el ingeniero Alberto Vallarino. Contrario a lo que sostiene el talibán Zappi, son los arnulfistas los que mayor simpatía sienten por el ex candidato presidencial y son los independientes los que le dicen que "con los arnulfistas ni de a vaina". Ello revela que Alberto tendrá que hacer un gran esfuerzo para atraer a los independientes a su coalición.
Lo que Alberto no puede hacer es defender lo indefendible. Para eso está la gente como el señor Zappi. Incondicionales y serviles, sin criterio y sin carácter para señalarle los errores a los poderosos. Si tan seguro está usted del rechazó que Alberto sufrirá de las grandes mayorías, por qué no espera el momento y entonces deja derramar toda su bilis sobre un hombre que lo único que ha querido es lo mejor para su país y para su partido. Yo por mi parte siempre le confiaré mi voto a Alberto Vallarino.

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