Banano sancochado, la comida indígena
Publicado 2003/03/23 00:00:00
- Guatemala
Difícil de entender, por qué tanta desnutrición y pobreza extrema en lugares bendecidos por Dios. Extensiones ilimitadas de tierras fértiles, ríos repletos de pescados y camarones y un clima como pocos en el mundo.
Este lugar se llama Cricamola, situado en las montañas de la Comarca Ngöbe Buglé, en lo que antes era territorio de la provincia de Bocas del Toro, pero que fue segregado para convertirlo en comarca en marzo de 1997, bajo la administración del expresidente de la República, Ernesto Pérez Balladares.
Un estilo de vida pausado y pasivo, sin grandes esfuerzos de lograr grandes cosas, lo importante, el diario comer. Un breve recorrido da la idea clara de la situación que atraviesan, principalmente niños, niñas y mujeres, quienes en su gran mayoría deben salir todos los días en busca de un poco de verdura, (banano, dachín, ñame u otros), la niña con su madre, que va con una cabeza de banano, que servirá por lo menos para paliar el hambre del día.
Más inexplicable aún, que el poco dinero que algunos logran, lo utilizan para comprar banano que es botado por la empresa bananera y recogido por algunos propietarios de camiones que lo empacan y lo venden por sacos.
La fruta es transportada unas tres horas y media, desde Changuinola hasta Chiriquí Grande; al llegar, se realiza la venta por el orden de B/ 1.00 y B/ 1.25 cada saco, posteriormente es embarcado en botes con motor fuera de borda y transportados otras dos horas hasta Bisira y tres horas más hasta Kankintú. Luego de tal distancia, el saco de banano aumenta hasta B/ 3.00. Uno de los primeros lugares donde se cultivó el banano, es precisamente Cricamola, pero ahora hay que llevarlo desde Changuinola.
El problema se agrava porque no todos tienen la facilidad de comprar un saco de banano, así que cuando algún político realiza una reunión en el lugar, la mayoría de los habitantes logran por lo menos durante uno o dos días, darse una buena comida de banano sancochado con un pedazo de carne. La foto muestra la ardua labor de pelar cientos de bananos, trabajo a cargo de mujeres del pueblo.
Otro grupo se dedica a cocinar en enormes pailas comunes, que durante mucho tiempo han permanecido frías como el clima, y que al fin son negreadas por el fuego de un fogón.
Como si fuera poco el dilema, una creciente del río, registrada en el mes de diciembre del 2002, dio cuenta de los pocos sembradíos del lugar (arroz, plátano, maíz, yuca, ñame y dachín) así como animales entre ellos, gallinas, vacas, cerdos, pavos, etc., desaparecieron entre las aguas que inclusive, se llevaron un enorme puente ubicado en la comunidad de Kankintú.
Este lugar se llama Cricamola, situado en las montañas de la Comarca Ngöbe Buglé, en lo que antes era territorio de la provincia de Bocas del Toro, pero que fue segregado para convertirlo en comarca en marzo de 1997, bajo la administración del expresidente de la República, Ernesto Pérez Balladares.
Un estilo de vida pausado y pasivo, sin grandes esfuerzos de lograr grandes cosas, lo importante, el diario comer. Un breve recorrido da la idea clara de la situación que atraviesan, principalmente niños, niñas y mujeres, quienes en su gran mayoría deben salir todos los días en busca de un poco de verdura, (banano, dachín, ñame u otros), la niña con su madre, que va con una cabeza de banano, que servirá por lo menos para paliar el hambre del día.
Más inexplicable aún, que el poco dinero que algunos logran, lo utilizan para comprar banano que es botado por la empresa bananera y recogido por algunos propietarios de camiones que lo empacan y lo venden por sacos.
La fruta es transportada unas tres horas y media, desde Changuinola hasta Chiriquí Grande; al llegar, se realiza la venta por el orden de B/ 1.00 y B/ 1.25 cada saco, posteriormente es embarcado en botes con motor fuera de borda y transportados otras dos horas hasta Bisira y tres horas más hasta Kankintú. Luego de tal distancia, el saco de banano aumenta hasta B/ 3.00. Uno de los primeros lugares donde se cultivó el banano, es precisamente Cricamola, pero ahora hay que llevarlo desde Changuinola.
El problema se agrava porque no todos tienen la facilidad de comprar un saco de banano, así que cuando algún político realiza una reunión en el lugar, la mayoría de los habitantes logran por lo menos durante uno o dos días, darse una buena comida de banano sancochado con un pedazo de carne. La foto muestra la ardua labor de pelar cientos de bananos, trabajo a cargo de mujeres del pueblo.
Otro grupo se dedica a cocinar en enormes pailas comunes, que durante mucho tiempo han permanecido frías como el clima, y que al fin son negreadas por el fuego de un fogón.
Como si fuera poco el dilema, una creciente del río, registrada en el mes de diciembre del 2002, dio cuenta de los pocos sembradíos del lugar (arroz, plátano, maíz, yuca, ñame y dachín) así como animales entre ellos, gallinas, vacas, cerdos, pavos, etc., desaparecieron entre las aguas que inclusive, se llevaron un enorme puente ubicado en la comunidad de Kankintú.
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