Cementerios: ¿sitios de descanso, brujería o romance?
Publicado 2000/05/14 23:00:00
- Vielka Cádiz Franco
Desde hace muchos años la humanidad ha dicho que cuando las personas mueren ha pasado a mejor vida y que descansarán en paz.
Esa situación resulta contradictoria en muchas regiones del país y específicamente en la provincia de Chiriquí, ya que en los últimos meses los cementerios se han convertido en sitios que cumplen múltiples funciones, pero menos la de un lugar de descanso.
La realidad es que morirse en este lugar del país, ya no representa un seguro para el descanso eterno, debido a que mientras algunas persones, escogen los cementerios para romances, otros lo hacen por vandalismo o con fines maléficos, como lo es de hacer brujerías.
La situación se ha tornado preocupante, que ya las personas temen que los restos de sus seres queridos sean extraídos de las sepulturas, para ser utilizados con malas inteciones.
En la geografía chiricana, los "jardines de paz" de Río Sereno, David, Puerto Armuelles y Finca Blanco, han sido objeto de actos violentos; sin embargo, hasta la fecha las autoridades no han logrado controlarlos.
Recientemente, moradores de la comunidad de Río Sereno, en el distrito de Renacimiento, denunciaron que unas 47 tumbas del Cementerio Municipal de esa región, habían sido profanadas.
En un principio la queja fue expuesta por el alcalde del área, Efraín Araúz Ríos, quien aseguró que en una ocasión se detuvo a dos sujetos profanando una tumba, sin embargo, las autoridades los dejaron en libertad, a pesar de que los involucrados se declararon culpables.
En esa ocasión , Araúz Ríos expresó que habían recibido diversos cuestionamientos de parte de los afectados; pero reiteró que ellos no estaban en la capacidad de solucionar la problemática, ya que por un lado imponían las leyes y por otro las violaban.
En este caso en particular, los afectados condenaron el proceder de la juez, al considerar que representa un aval para que los delincuentes continúen cometiendo tal infracción.
En esta ocasión, el descontento se basó en que existen individuos que se aprovechan de la oscuridad y la soledad del lugar, para romancear o destruir las criptas. Mientras que hay otros que con intentos de ganar dinero se dedican a ensuciar las sepulturas y robarse los arreglos florales, para que los dolientes nuevamente les paguen por arreglarlas y limpiarlas.
Es lastimoso ver como los campos santos no están a salvo de sinvergüenzas individuos que se aprovechan de la situación para cometer el más vil de los negocios.
Lo inaudito del caso, es que los malhechores no respetan siquiera los cementerios infantiles, pues ya se han presentado incidentes similares en Finca Blanco.
En este lugar un transeúnte denuncio que una tarde a la 1:30 p.m. al pasar cerca del cementerio observó como una mujer enterraba algunos objetos en una de las tumbas, luego abordó un pick up alejándose del lugar, lleno de curiosidad el testigo se acercó a la sepultura para desenterrar los objetos y encontró una botella cuyo interior contenía cabello y varias agujas entre otras cosas.
Ante esta situación los dolientes han solicitado a las autoridades efectuar las investigaciones del caso y condenar a los responsables, pues al violentar las sepulturas no sólo interrumpen el descanso de los muertos, sino que ponen el dedo en la herida de quienes sufren la ausencia de los seres queridos.
Lo que una vez fue motivo de respeto y símbolo de santidad, se ha convertido hoy en objeto de maldad y medio para satisfacer necesidades sexuales.
Esa situación resulta contradictoria en muchas regiones del país y específicamente en la provincia de Chiriquí, ya que en los últimos meses los cementerios se han convertido en sitios que cumplen múltiples funciones, pero menos la de un lugar de descanso.
La realidad es que morirse en este lugar del país, ya no representa un seguro para el descanso eterno, debido a que mientras algunas persones, escogen los cementerios para romances, otros lo hacen por vandalismo o con fines maléficos, como lo es de hacer brujerías.
La situación se ha tornado preocupante, que ya las personas temen que los restos de sus seres queridos sean extraídos de las sepulturas, para ser utilizados con malas inteciones.
En la geografía chiricana, los "jardines de paz" de Río Sereno, David, Puerto Armuelles y Finca Blanco, han sido objeto de actos violentos; sin embargo, hasta la fecha las autoridades no han logrado controlarlos.
Recientemente, moradores de la comunidad de Río Sereno, en el distrito de Renacimiento, denunciaron que unas 47 tumbas del Cementerio Municipal de esa región, habían sido profanadas.
En un principio la queja fue expuesta por el alcalde del área, Efraín Araúz Ríos, quien aseguró que en una ocasión se detuvo a dos sujetos profanando una tumba, sin embargo, las autoridades los dejaron en libertad, a pesar de que los involucrados se declararon culpables.
En esa ocasión , Araúz Ríos expresó que habían recibido diversos cuestionamientos de parte de los afectados; pero reiteró que ellos no estaban en la capacidad de solucionar la problemática, ya que por un lado imponían las leyes y por otro las violaban.
En este caso en particular, los afectados condenaron el proceder de la juez, al considerar que representa un aval para que los delincuentes continúen cometiendo tal infracción.
En esta ocasión, el descontento se basó en que existen individuos que se aprovechan de la oscuridad y la soledad del lugar, para romancear o destruir las criptas. Mientras que hay otros que con intentos de ganar dinero se dedican a ensuciar las sepulturas y robarse los arreglos florales, para que los dolientes nuevamente les paguen por arreglarlas y limpiarlas.
Es lastimoso ver como los campos santos no están a salvo de sinvergüenzas individuos que se aprovechan de la situación para cometer el más vil de los negocios.
Lo inaudito del caso, es que los malhechores no respetan siquiera los cementerios infantiles, pues ya se han presentado incidentes similares en Finca Blanco.
En este lugar un transeúnte denuncio que una tarde a la 1:30 p.m. al pasar cerca del cementerio observó como una mujer enterraba algunos objetos en una de las tumbas, luego abordó un pick up alejándose del lugar, lleno de curiosidad el testigo se acercó a la sepultura para desenterrar los objetos y encontró una botella cuyo interior contenía cabello y varias agujas entre otras cosas.
Ante esta situación los dolientes han solicitado a las autoridades efectuar las investigaciones del caso y condenar a los responsables, pues al violentar las sepulturas no sólo interrumpen el descanso de los muertos, sino que ponen el dedo en la herida de quienes sufren la ausencia de los seres queridos.
Lo que una vez fue motivo de respeto y símbolo de santidad, se ha convertido hoy en objeto de maldad y medio para satisfacer necesidades sexuales.
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