Dorindo Cárdenas, una historia marcada con las huellas de su música
Publicado 2000/07/01 23:00:00
Uno de los principales logros alcanzados por una de las más grandes estrellas típicas en Panamá, es sin duda, haber permanecido en los primeros lugares de popularidad durante casi cinco décadas. Es conocido como el "Poste de macano negro" y su espíritu para promover nuestras raíces a través de la música no tiene límites. Su nombre: Dorindo Cárdenas.
Conocer a este representante del folclor es quedar impresionado por la agilidad y fuerza que transmite, pero su mayor secreto para mantenerse en forma es una combinación equitativa de su carrera y su vida personal.
Dorindo es un amante de la naturaleza y la cría de ganado es su mayor distracción. El trabajar en sus fincas, localizadas en el distrito de Tonosí es la actividad que separa a la estrella del acordeón que conocemos, del hombre sencillo y trabajador. Pero sobre todas las cosas están sus 10 hijos, los cuales son la fuente inspiradora para seguir deleitando a los seguidores de su música.
JUVENTUD: EPOCA DE ORO
En un tono nostálgico, recuerda que a sus siete años, y siendo el segundo de ocho hermanos, realizaba trabajos de agricultura junto a su padre, pues debía colaborar con el sustento familiar.
Cuenta que fue poco lo que pudo dedicarle al estudio, primero por que el trabajo era lo primordial en su hogar, y segundo, en aquella época las regiones cercanas a Agua Buena de Los Santos, no contaban con escuelas.
Cuando era un chico de apenas 12 años adquiere su primer violín, que se convirtió en un compañero inseparable, el cual tocaba en presentaciones y fiestas para ganarse unos B/.3.00. El tiempo transcurrió y no fue hasta el 25 de julio de 1957 cuando comienza su carrera como acordeonista.
El "Poste de Macano Negro" cuenta, como anécdota, que su primer acordeón lo compró en un acto al que había sido invitado a tocar el violín, en el evento, otro de los músicos por cuestiones económicas se lo ofrece y Dorindo decide adquirirlo. El resto es historia, Cárdenas no cesaba de practicar y entonar melodías con su nuevo instrumento. Logra conformar su conjunto, en un inicio denominado Aguilas Istmeñas, pero debido a las críticas de sus seguidores, quienes le incitaban a cambiar el nombre del grupo por uno más regionalista, surge "El orgullo santeño".
Como uno de sus logros está haber elevado el renombre de los conjuntos típicos y con ello las tarifas por presentación. Recuerda que cuando inició formalmente el grupo, hablar de B/.50.00 representaba una cifra muy elevada, sin embargo, el sacrificio valió la pena.
Hoy la tarifa de los más destacadas acordeonistas cobran entre B/.1,000 hasta B/.3,000 por presentaciones.
SUS RECURSOSO Y TRISTEZAS
Sus grandes hazañas son marcadas por los éxitos que ha recopilado en sus canciones, tales como el "El Solitario", "Manizaleña", "El Festival de la Mejorana", entre otros, lo que le ha permitido mantener a lo largo de los años fieles seguidores.
Sin embargo, ciertos momentos le empañan la vida. Cuenta que en 1968, específicamente en un baile durante las Fiestas de la Mejorana en Guararé, sus admiradores lo abandonaron, para asistir al festival que se estaba escenificando con Alfredo Escudero, precisamente frente a su presentación.
"Pasaron muchos días para que pudiera recuperarme de ese duro golpe", dijo.
NUEVA PRODUCCION
Se levantó y siguió cosechando éxitos, actualmente, "Dorindo Cárdenas, más allá del año 2,000", es su nueva producción. Entre las composiciones está: "Sufrimiento", "Sigo buscándote", "La envidia mata", "Cómo me gustas", entre otras, las cuales son compartidas con la voz del solista y bajista Milton Saucedo.
Al preguntarle su opinión sobre los nuevos conjuntos típicos que han surgido en los últimos años, como el de Samy y Sandra Sandoval, no dudo en elogiarlos, sin embargo, opina que las innovaciones que se están implementando a la música típica son para fines comerciales , desviando así el sentido propio del folclor.
Para Dorindo, el conjunto Plumas Negras, ha tenido suerte y se han mantenido adelante por su valentía.
Con cierta tristeza, recordó al fallecido Victorio Vergara, que para él hace mucha falta del ambiente típico, por su gran versatilidad en las teclas del acordeón.
Dorindo Cárdenas es y seguirá siendo uno de los principales exponentes y creyentes de que el folclor panameño es el regalo más hermosos que nuestros antecesores nos han legado para que lo conservemos, los disfrutemos y los transmitamos.
BIOGRAFIA
Dorindo Cárdenas, nace el 14 de febrero de 1936, en la comunidad de Agua Buena, de Los Santos. Es el segundo de ocho hijos del hogar formado por Peregrino Cárdenas y Clementina Gutiérrez de Cárdenas (Q.E.P.D.), criado humildemente con muchas privaciones y sacrificios, pero con muchas ganas de sobresalir y progresar.
Desde la temprana edad de seis años ya mostraba interés por la música especialmente el violín. Sus estudios los realizó en la Escuela Sabana Grande, logrando el primer puesto de honor.
A los 7 años, Dorindo logra hacer un canje, cambiar algunos huevos por un violín. Es así que inicia su largo periodo como artista. Logra a tan sólo 12 años amenizar bailes en comunidades cercanas.
Sin embargo, tiempo después, con 20 años, se vincula con el acordeón, y no fue hasta el 25 de julio de 1957 que se instala formalmente con su conjunto. De este periodo surgieron interpretaciones como "Santiago de Los Anastacios", "Olvidemos el pasado" y "Festival de Guararé".
Ha representado a Panamá en países como Colombia, Costa Rica, New York y Venezuela. Además recibió la Orden Vasco Núñez de Balboa, en el Grado de Gran Comendador, igualmente ha ganado varios Búhos de Oro.
Conocer a este representante del folclor es quedar impresionado por la agilidad y fuerza que transmite, pero su mayor secreto para mantenerse en forma es una combinación equitativa de su carrera y su vida personal.
Dorindo es un amante de la naturaleza y la cría de ganado es su mayor distracción. El trabajar en sus fincas, localizadas en el distrito de Tonosí es la actividad que separa a la estrella del acordeón que conocemos, del hombre sencillo y trabajador. Pero sobre todas las cosas están sus 10 hijos, los cuales son la fuente inspiradora para seguir deleitando a los seguidores de su música.
JUVENTUD: EPOCA DE ORO
En un tono nostálgico, recuerda que a sus siete años, y siendo el segundo de ocho hermanos, realizaba trabajos de agricultura junto a su padre, pues debía colaborar con el sustento familiar.
Cuenta que fue poco lo que pudo dedicarle al estudio, primero por que el trabajo era lo primordial en su hogar, y segundo, en aquella época las regiones cercanas a Agua Buena de Los Santos, no contaban con escuelas.
Cuando era un chico de apenas 12 años adquiere su primer violín, que se convirtió en un compañero inseparable, el cual tocaba en presentaciones y fiestas para ganarse unos B/.3.00. El tiempo transcurrió y no fue hasta el 25 de julio de 1957 cuando comienza su carrera como acordeonista.
El "Poste de Macano Negro" cuenta, como anécdota, que su primer acordeón lo compró en un acto al que había sido invitado a tocar el violín, en el evento, otro de los músicos por cuestiones económicas se lo ofrece y Dorindo decide adquirirlo. El resto es historia, Cárdenas no cesaba de practicar y entonar melodías con su nuevo instrumento. Logra conformar su conjunto, en un inicio denominado Aguilas Istmeñas, pero debido a las críticas de sus seguidores, quienes le incitaban a cambiar el nombre del grupo por uno más regionalista, surge "El orgullo santeño".
Como uno de sus logros está haber elevado el renombre de los conjuntos típicos y con ello las tarifas por presentación. Recuerda que cuando inició formalmente el grupo, hablar de B/.50.00 representaba una cifra muy elevada, sin embargo, el sacrificio valió la pena.
Hoy la tarifa de los más destacadas acordeonistas cobran entre B/.1,000 hasta B/.3,000 por presentaciones.
SUS RECURSOSO Y TRISTEZAS
Sus grandes hazañas son marcadas por los éxitos que ha recopilado en sus canciones, tales como el "El Solitario", "Manizaleña", "El Festival de la Mejorana", entre otros, lo que le ha permitido mantener a lo largo de los años fieles seguidores.
Sin embargo, ciertos momentos le empañan la vida. Cuenta que en 1968, específicamente en un baile durante las Fiestas de la Mejorana en Guararé, sus admiradores lo abandonaron, para asistir al festival que se estaba escenificando con Alfredo Escudero, precisamente frente a su presentación.
"Pasaron muchos días para que pudiera recuperarme de ese duro golpe", dijo.
NUEVA PRODUCCION
Se levantó y siguió cosechando éxitos, actualmente, "Dorindo Cárdenas, más allá del año 2,000", es su nueva producción. Entre las composiciones está: "Sufrimiento", "Sigo buscándote", "La envidia mata", "Cómo me gustas", entre otras, las cuales son compartidas con la voz del solista y bajista Milton Saucedo.
Al preguntarle su opinión sobre los nuevos conjuntos típicos que han surgido en los últimos años, como el de Samy y Sandra Sandoval, no dudo en elogiarlos, sin embargo, opina que las innovaciones que se están implementando a la música típica son para fines comerciales , desviando así el sentido propio del folclor.
Para Dorindo, el conjunto Plumas Negras, ha tenido suerte y se han mantenido adelante por su valentía.
Con cierta tristeza, recordó al fallecido Victorio Vergara, que para él hace mucha falta del ambiente típico, por su gran versatilidad en las teclas del acordeón.
Dorindo Cárdenas es y seguirá siendo uno de los principales exponentes y creyentes de que el folclor panameño es el regalo más hermosos que nuestros antecesores nos han legado para que lo conservemos, los disfrutemos y los transmitamos.
BIOGRAFIA
Dorindo Cárdenas, nace el 14 de febrero de 1936, en la comunidad de Agua Buena, de Los Santos. Es el segundo de ocho hijos del hogar formado por Peregrino Cárdenas y Clementina Gutiérrez de Cárdenas (Q.E.P.D.), criado humildemente con muchas privaciones y sacrificios, pero con muchas ganas de sobresalir y progresar.
Desde la temprana edad de seis años ya mostraba interés por la música especialmente el violín. Sus estudios los realizó en la Escuela Sabana Grande, logrando el primer puesto de honor.
A los 7 años, Dorindo logra hacer un canje, cambiar algunos huevos por un violín. Es así que inicia su largo periodo como artista. Logra a tan sólo 12 años amenizar bailes en comunidades cercanas.
Sin embargo, tiempo después, con 20 años, se vincula con el acordeón, y no fue hasta el 25 de julio de 1957 que se instala formalmente con su conjunto. De este periodo surgieron interpretaciones como "Santiago de Los Anastacios", "Olvidemos el pasado" y "Festival de Guararé".
Ha representado a Panamá en países como Colombia, Costa Rica, New York y Venezuela. Además recibió la Orden Vasco Núñez de Balboa, en el Grado de Gran Comendador, igualmente ha ganado varios Búhos de Oro.
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