Más de mil habitantes de San Pablo Viejo ganan batalla ante incinerador
Unos mil residentes en el corregimiento de San Pablo Viejo, en el distrito de David, lograron evitar que en la comunidad se...
Una de las tantas protestas que realizaron los residentes en rechazo del incinerador de cadáveres. /Archivo
Unos mil residentes en el corregimiento de San Pablo Viejo, en el distrito de David, lograron evitar que en la comunidad se instalara un incinerador de cadáveres, el cual, según ellos, afectaría la salud, debido a las partículas que contaminarían el medioambiente.
Los habitantes lograron paralizar la obra mediante un amparo de garantías presentado ante el Tribunal Superior de Justicia, el cual fue acogido y deja sin efecto la resolución del Ministerio de Ambiente que permite la construcción y equipos del incinerador en el parque Las Acacias.
"La decisión del Tribunal Superior rectifica la decisión de las autoridades de los ministerios de Salud y de Ambiente que habían dado los permisos para esta obra que rechaza la comunidad y la cual pone en riesgo la salud de los residentes", indicó Erick Buttner, vocero de los moradores de San Pablo Viejo.
El dirigente recordó que desde un inicio ellos dijeron que no permitirían que la obra continuara y que se mantendrán vigilantes para que el Ministerio de Ambiente fiscalice el cumplimiento del amparo de garantías.
Explicó que las autoridades gubernamentales no escucharon la oposición que mantenía la comunidad y las reclamaciones de los residentes.
Durante la lucha que incluyó marchas, protestas en las instituciones de gobierno, "fuimos claros en decir que este proyecto es lesivo para la salud, porque todo incinerador genera partículas que contaminan el ambiente y causan afectaciones, las cuales pueden ocasionar la muerte", manifestó Buttner.
El dirigente manifestó que con la decisión del Tribunal Superior de Justicia, si la empresa quiere realizar este proyecto, tiene que efectuar otro estudio de Impacto Ambiental y la construcción, de aprobarla, sería en otro lugar.
Acotó que este proyecto afectaba de manera directa a varias comunidades, entre ellas El Robledal, Arboleda, Villa María y otras ubicadas alrededor del parque Las Acacias.
En tanto, Sergio Manuel Gómez Mendieta, residente en la comunidad de San Pablo y quien es biólogo y consultor ambiental, confirmó que el estudio de im pacto ambiental que presentó en su momento la empresa para el incinerador de cadáveres, no cumplía con los puntos que establece la ley para la realización del mismo.
El experto manifestó, además, que el incinerador es un contaminante, el cual afectaría la salud de los residentes, por lo que ya habían solicitado a las autoridades del Ministerio de Salud que no se diera el permiso para que se construyera el incinerador de cadáveres en este sector, ya que está rodeado de barriadas.
El incinerador es un proyecto del parque Las Acacias y sus propietarios aducían que se había cumplido con todo el proceso que exige la ley y que el establecimiento de este equipo no afectaría a la comunidad.