Niños reciben clases sentados en el suelo
Publicado 2003/08/14 23:00:00
- Guatemala
En pleno año del centenario, niños y niñas de la escuela de Débora en Changuinola, Bocas del Toro, reciben clases sentados en el suelo. No pueden ser más elocuentes las fotografías, un pedazo de cartulina es utilizado por los niños para no ensuciar tanto el uniforme.
Atentos escuchan a la maestra, a cada rato hay que moverse porque se les duermen las nalguitas, el duro piso de tierra no les permite afirmar bien el cuaderno cuando se está en días soleados, pero cuando llueve, ni pensar en sacar el libro o los cuadernos.
Como si fuera poco, las paredes de uno de los salones fueron construidas con bambú, el calor sofocante a causa del sofocante el sol, causa mareos o dolor de cabeza, pues el zinc está a pocos pies de distancia sobre la cabeza de los niños y los maestros, que son nueve en total y la matrícula es de 200 niños.
Otro problema que padecen es que el basurero está situado a escasos cinco metros del aula de los niños, y más cerca aún del improvisado comedor construido con pencas y madera rústica.
Los alumnos en su mayoría descalzos, provenientes de familias pobres, tienen que tomar los alimentos mientras espantan las moscas. Emilia de Beker, presidenta de la Asociación de Padres de Familia, dijo que desde el lunes 4 hasta este miércoles, realizaron un paro precisamente para exigir la construcción de nuevas aulas.
La excusa de los funcionarios del Ministerio de Educación siempre ha sido que no hay tierras para la construcción, sin embargo, luego del paro enviaron algunos técnicos y descubrieron que a unos metros hay un globo de terreno de más de 10 hectáreas que pertenecen al Estado, pero que era ocupado por algunos ganaderos.
Los padres de familia exigieron la salida de estos ganaderos y limpiaron parte del lugar para evitar la permanencia del ganado.
En aproximadamente 20 días los técnicos regresarán para dar una repuesta definitiva en cuanto al grave problema dijo la dirigente. También sentenció que de no darse repuesta positiva, nuevamente procederían a protestar y esta vez no en el apartado lugar, sino que se irían a la ciudad de Changuinola con todos y los alumnos.
La comunidad de Débora, tiene un censo demográfico de aproximadamente 800 habitantes, está situado cerca al área fronteriza de Guabito, una pésima carretera de piedra y a unos 30 minutos de camino desde la ciudad de Changuinola.
Casi un 90% de los mayores de edad trabajan en las fincas bananeras de la Bocas Fruit Co., los servicios básicos como agua y luz, llega a estos hogares por un acuerdo laboral con la transnacional bananera.
Atentos escuchan a la maestra, a cada rato hay que moverse porque se les duermen las nalguitas, el duro piso de tierra no les permite afirmar bien el cuaderno cuando se está en días soleados, pero cuando llueve, ni pensar en sacar el libro o los cuadernos.
Como si fuera poco, las paredes de uno de los salones fueron construidas con bambú, el calor sofocante a causa del sofocante el sol, causa mareos o dolor de cabeza, pues el zinc está a pocos pies de distancia sobre la cabeza de los niños y los maestros, que son nueve en total y la matrícula es de 200 niños.
Otro problema que padecen es que el basurero está situado a escasos cinco metros del aula de los niños, y más cerca aún del improvisado comedor construido con pencas y madera rústica.
Los alumnos en su mayoría descalzos, provenientes de familias pobres, tienen que tomar los alimentos mientras espantan las moscas. Emilia de Beker, presidenta de la Asociación de Padres de Familia, dijo que desde el lunes 4 hasta este miércoles, realizaron un paro precisamente para exigir la construcción de nuevas aulas.
La excusa de los funcionarios del Ministerio de Educación siempre ha sido que no hay tierras para la construcción, sin embargo, luego del paro enviaron algunos técnicos y descubrieron que a unos metros hay un globo de terreno de más de 10 hectáreas que pertenecen al Estado, pero que era ocupado por algunos ganaderos.
Los padres de familia exigieron la salida de estos ganaderos y limpiaron parte del lugar para evitar la permanencia del ganado.
En aproximadamente 20 días los técnicos regresarán para dar una repuesta definitiva en cuanto al grave problema dijo la dirigente. También sentenció que de no darse repuesta positiva, nuevamente procederían a protestar y esta vez no en el apartado lugar, sino que se irían a la ciudad de Changuinola con todos y los alumnos.
La comunidad de Débora, tiene un censo demográfico de aproximadamente 800 habitantes, está situado cerca al área fronteriza de Guabito, una pésima carretera de piedra y a unos 30 minutos de camino desde la ciudad de Changuinola.
Casi un 90% de los mayores de edad trabajan en las fincas bananeras de la Bocas Fruit Co., los servicios básicos como agua y luz, llega a estos hogares por un acuerdo laboral con la transnacional bananera.
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