Tatuajes naturales y sin dolor
Publicado 2005/12/24 00:00:00
- Heriberto Bernal V
La Jagua es utilizada por indígenas emberá, para tatuarse, hidratarse, y protegerse del sol.
NO HAY un indígena Emberá o Wuonaán que haya llegado a adulto y pueda decir: no me he pintado con jagua. Esta es una pintura natural negra, que es usada como medicina, lujo, bloqueador solar, tinte e hidratador de cabello.
Además es utilizada para los ritos religiosos, y para los famosos tatuajes naturales que están siendo muy cotizados por los latinos residentes, visitantes y turistas que llegan diariamente a la región.
Raúl Majoré, indígena usuario de la tradicional pintura, indicó que ya son muchas las personas que desean tatuarse con la jagua nativa de su cultura, porque los diseños son únicos, y no es necesario el uso de agujas para realizarlos.
Alegó que resulta más saludable para las personas, porque no se exponen a contagiarse de alguna enfermedad, y a los pocos días se borra.
Majoré manifestó que jóvenes y adultos están optando por tatuarse con jagua, diversos y modernos modelos que se aplican en unos pocos minutos sin ningún tipo de dolor, porque es impregnado con unos palitos que pasan por encima de la piel y que al secarse quedan las líneas completamente negras, que parecieran un tatuaje de verdad.
Para los indígenas, el tatuarse o pintarse es natural y es de mucha importancia, porque ven la jagua como una fruta símbolo de la cultura Emberá-Wounaán que los identifica.
Majoré señaló que actualmente los tatuajes se encuentran muy de moda, y en tiempo de carnavales, la mayoría de las personas de la región pagan por hacérselos.
Hay personas que no son indígenas que se interesan por aprender este nuevo método, para luego transportarse a diversos puntos de la ciudad capital y del interior del país para dedicarse a este negocio.
Resulta hasta rentable dedicarse a realizar tatuajes en el verano y principalmente
en tiempo de carnavales, porque tanto jóvenes como adultos les gusta lucirlos para ir a los paseos a las playas y ríos.
Las partes del cuerpo más tatuadas con esta pintura son las caderas, tobillos, cuello y ombligo en las mujeres; mientras que los hombres optan por tatuarse los brazos, pechos y manos, con dibujos exóticos.
Majoré dijo que tradicionalmente en el grupo indígena el uso de la jagua empieza cuando se tiene cinco años en adelante, sin embargo no hay ninguna norma que lo prohíba antes de esa edad y ya se puede observar a niños de dos años con el cuerpo todo pintado, pues sirve para evitar las picaduras de los insectos y para protegerlos del inclemente sol.
Puntualizó que por lo general su uso es extenso y también lo utilizan para pintarse el cabello e hidratarlo, así como para protegerlo de la caspa y de los piojos, que también se mueren con la jagua.
También se usa para las, fiestas y bailes, sin embargo los mayores usuarios son los brujos que tradicionalmente todos sus ritos para curar, casamientos, sacar espíritus lo hacen con el extracto de la Kipará (fruta de jagua) conocida en la lengua emberá.
Y para los amantes de los adornos, puede usarse para pintarlas, además de dibujar diversos diseños en los sombreros que son muy comprados por los turistas.
Además es utilizada para los ritos religiosos, y para los famosos tatuajes naturales que están siendo muy cotizados por los latinos residentes, visitantes y turistas que llegan diariamente a la región.
Raúl Majoré, indígena usuario de la tradicional pintura, indicó que ya son muchas las personas que desean tatuarse con la jagua nativa de su cultura, porque los diseños son únicos, y no es necesario el uso de agujas para realizarlos.
Alegó que resulta más saludable para las personas, porque no se exponen a contagiarse de alguna enfermedad, y a los pocos días se borra.
Majoré manifestó que jóvenes y adultos están optando por tatuarse con jagua, diversos y modernos modelos que se aplican en unos pocos minutos sin ningún tipo de dolor, porque es impregnado con unos palitos que pasan por encima de la piel y que al secarse quedan las líneas completamente negras, que parecieran un tatuaje de verdad.
Para los indígenas, el tatuarse o pintarse es natural y es de mucha importancia, porque ven la jagua como una fruta símbolo de la cultura Emberá-Wounaán que los identifica.
Majoré señaló que actualmente los tatuajes se encuentran muy de moda, y en tiempo de carnavales, la mayoría de las personas de la región pagan por hacérselos.
Hay personas que no son indígenas que se interesan por aprender este nuevo método, para luego transportarse a diversos puntos de la ciudad capital y del interior del país para dedicarse a este negocio.
Resulta hasta rentable dedicarse a realizar tatuajes en el verano y principalmente
en tiempo de carnavales, porque tanto jóvenes como adultos les gusta lucirlos para ir a los paseos a las playas y ríos.
Las partes del cuerpo más tatuadas con esta pintura son las caderas, tobillos, cuello y ombligo en las mujeres; mientras que los hombres optan por tatuarse los brazos, pechos y manos, con dibujos exóticos.
Majoré dijo que tradicionalmente en el grupo indígena el uso de la jagua empieza cuando se tiene cinco años en adelante, sin embargo no hay ninguna norma que lo prohíba antes de esa edad y ya se puede observar a niños de dos años con el cuerpo todo pintado, pues sirve para evitar las picaduras de los insectos y para protegerlos del inclemente sol.
Puntualizó que por lo general su uso es extenso y también lo utilizan para pintarse el cabello e hidratarlo, así como para protegerlo de la caspa y de los piojos, que también se mueren con la jagua.
También se usa para las, fiestas y bailes, sin embargo los mayores usuarios son los brujos que tradicionalmente todos sus ritos para curar, casamientos, sacar espíritus lo hacen con el extracto de la Kipará (fruta de jagua) conocida en la lengua emberá.
Y para los amantes de los adornos, puede usarse para pintarlas, además de dibujar diversos diseños en los sombreros que son muy comprados por los turistas.
La fruta de donde se extrae la tinta es conocida por los latinos como jagua y los árboles que producen ésta, pueden crecer hasta 40 metros de altura, pero desde pequeños tienen frutos aptos para su uso.
Este árbol existe en todo Darién, e incluso en las propiedades de los latinos son utilizados como cercas para adornar las casas, o sencillamente los cuidan para conservarlos como una tradición.
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