Tumbas indígenas profanadas
Publicado 2000/07/30 23:00:00
- Irasema Muñoz
La provincia de Coclé sigue perdiendo todo el legado de nuestros antepasados, ante la indiscriminada "huaquería" que han detectado las autoridades.
Para los entendidos, estos patrimonios históricos deberían ser conservados en museos nacionales, pero al parecer a las autoridades encargadas no les interesa.
En el distrito de Natá, específicamente en los alrededores del Parque Arqueológico de El Caño y en toda el área de los cañaverales de la empresa CALESA, se encuentra una gran cantidad de tumbas indígenas, igual a las del Sitio Conte, ubicado muy cerca de la zona.
Según informes logrados por personas que pidieron reserva de sus nombres, existen en Natá varias bandas que se dedican a la huaquería, es decir, a saquear las tumbas de los indios, donde encuentran piezas de oro, vasijas de barro, monolitos, metates, esqueletos y puntas de lanzas indias.
Además se ha reportado el caso de cuatro personas, muy conocidas en Natá, que en la actualidad de dedican a este ilícito, y otros muchos que se han retirado por temor a ser castigados y en algunas ocasiones han logrado cantidades enormes de dinero con la venta de las piezas halladas en las huacas.
Trabajadores de las empresas que se dedican al trabajo de la caña han asegurado que en ocasiones se encuentran huecos en los terrenos, y proceden a taparlos. Sin embargo, agregan, los presuntos delincuentes abren otros, siempre buscando piezas de valor.
En todos estos terrenos se observan pedazos de vasijas de barro, puntas de lanzas de piedra, pedazos de monolitos y restos de huesos humanos.
Los sitios más frecuentados por los huaqueros son "Don Goyo", La Habana y Las Margaritas, todos ubicados en los cañaverales.
Para localizar las piezas, los huaqueros utilizan un "chuzo" de metal que la punta tiene una especie de cono redondeado, que introducen en la tierra blanda. Con el mismo palpan hasta dar con un objeto. Al sacar el instrumento se puede observar si tiene restos de arcilla.
Por otra parte, los dueños de las empresas siempre han sentido temor de que el Estado les exija estas tierras y las declare como parte del patrimonio histórico, tal como ocurrió con el área del Parque Arqueológico de El Caño.
Toda la verdad se traduce en que estos lugares parecen un cementerio indio, y cuando el río se desborda, saca a la superficie gran cantidad de restos que forman parte de las tumbas.
El mercado por excelencia se encuentra en la provincia de Veraguas, aunque a veces se venden en otras provincias, incluso en el extranjero.
Los precios se estipulan entre B/.100 y B/.10 mil. Con una sola llamada se puede hacer el contacto en Veraguas y el huaquero viaja a entregar la mercancía.
Incluso se ha reportado que existe un mercado negro en el extranjero, a través del internet.
Lo que se exhibe en el Museo de Coclé parece ser la más mínima representación de esta riqueza de incalculable valor. Muchas de las piezas que se hallan en las huacas se pierden a diario, ante la mirada impávida de nuestras autoridades.
Para los entendidos, estos patrimonios históricos deberían ser conservados en museos nacionales, pero al parecer a las autoridades encargadas no les interesa.
En el distrito de Natá, específicamente en los alrededores del Parque Arqueológico de El Caño y en toda el área de los cañaverales de la empresa CALESA, se encuentra una gran cantidad de tumbas indígenas, igual a las del Sitio Conte, ubicado muy cerca de la zona.
Según informes logrados por personas que pidieron reserva de sus nombres, existen en Natá varias bandas que se dedican a la huaquería, es decir, a saquear las tumbas de los indios, donde encuentran piezas de oro, vasijas de barro, monolitos, metates, esqueletos y puntas de lanzas indias.
Además se ha reportado el caso de cuatro personas, muy conocidas en Natá, que en la actualidad de dedican a este ilícito, y otros muchos que se han retirado por temor a ser castigados y en algunas ocasiones han logrado cantidades enormes de dinero con la venta de las piezas halladas en las huacas.
Trabajadores de las empresas que se dedican al trabajo de la caña han asegurado que en ocasiones se encuentran huecos en los terrenos, y proceden a taparlos. Sin embargo, agregan, los presuntos delincuentes abren otros, siempre buscando piezas de valor.
En todos estos terrenos se observan pedazos de vasijas de barro, puntas de lanzas de piedra, pedazos de monolitos y restos de huesos humanos.
Los sitios más frecuentados por los huaqueros son "Don Goyo", La Habana y Las Margaritas, todos ubicados en los cañaverales.
Para localizar las piezas, los huaqueros utilizan un "chuzo" de metal que la punta tiene una especie de cono redondeado, que introducen en la tierra blanda. Con el mismo palpan hasta dar con un objeto. Al sacar el instrumento se puede observar si tiene restos de arcilla.
Por otra parte, los dueños de las empresas siempre han sentido temor de que el Estado les exija estas tierras y las declare como parte del patrimonio histórico, tal como ocurrió con el área del Parque Arqueológico de El Caño.
Toda la verdad se traduce en que estos lugares parecen un cementerio indio, y cuando el río se desborda, saca a la superficie gran cantidad de restos que forman parte de las tumbas.
El mercado por excelencia se encuentra en la provincia de Veraguas, aunque a veces se venden en otras provincias, incluso en el extranjero.
Los precios se estipulan entre B/.100 y B/.10 mil. Con una sola llamada se puede hacer el contacto en Veraguas y el huaquero viaja a entregar la mercancía.
Incluso se ha reportado que existe un mercado negro en el extranjero, a través del internet.
Lo que se exhibe en el Museo de Coclé parece ser la más mínima representación de esta riqueza de incalculable valor. Muchas de las piezas que se hallan en las huacas se pierden a diario, ante la mirada impávida de nuestras autoridades.
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