Colón. El Chagres no solo esconde una gran riqueza natural, sino también un patrimonio cultural
La aventura emberá en la Costa Atlántica
Aguas cristalinas, selvática vegetación tropical y un paisaje paradisiaco acompañan un encuentro con esta cultura. Sus tradiciones se centran en la preservación de su medioambiente y su comida es a base de pescado y plátano.
Enedelkis Magallón D
Cuando visites a los emberás te darás cuenta de que el silencio reina en esta comunidad, pero solo mientras no haya celebración de alguna festividad.
Es por ello que es fácil reconocer cuando hay un festín, en ese momento se escucha la música y el baile, sobre todo cuando llegan los turistas interesados en conocer su cultura.
En la aldea que queda situada en medio del lago Gatún un grupo de indígenas sale al escuchar el sonido de un bote.
El viaje en barco que sale desde el muelle del hotel Meliá Panamá Canal nos lleva a través de los bosques tropicales que forman parte del Parque Nacional Chagres, que es el más grande de los parques nacionales que protegen la cuenca del Canal de Panamá.
El grupo que da la bienvenida está encabezado por Tulio Rosales Júnior, quien maneja muy bien el idioma español e inglés y se expresa muy bien.
Él nos cuenta que los más pequeños están aprendiendo el idioma anglosajón también para comunicarse de mejor manera con los turistas.
Reconocen que el turismo es una forma de economía tan rentable como el cultivo de plátanos, por ello la bienvenida es la parte más importante.
El baile no se hace esperar. Varias mujeres salen en fila, ataviadas con faldones de colores con estampados de animales y flores.
En la parte superior algunas están descubiertas y otras lucen una blusa con adornos que parecieran ser monedas de plata, generalmente las llevan las más jóvenes.
La primera de la fila toca el tambor y todas giran en círculo dentro del rancho donde se presentan y donde hay tablones para sentar a los invitados. Todo un espectáculo.
La flor conocida como papo adorna sus cabezas.
Banquete
En la comunidad emberá te deleitarás con una alimentación bastante común en la mesa del panameño.
Se trata de pescado frito con patacones servidos en hoja de palma, una delicia que dejará a todos satisfechos.
En este lugar se aprende sobre sus costumbres y su relación con la naturaleza.
Rosales cuenta que la comarca fue establecida en el año 1983.
Emberá significa “¿eres indígena?”, y también “hombre del maíz”.
Actualmente son 35 mil habitantes y poseen su propio Gobierno. El presidente suele ser el cacique y este es escogido de manera democrática.
Cada 5 años, en vez de votar en secreto, los emberás lo hacen a la luz pública, cuando cada uno de ellos se coloca en la fila del candidato que prefiera.
La fila que tenga mayor cantidad de personas será la misma que hará ganar al próximo cacique. También realizan su propia asamblea cada cierto tiempo.
Los emberás estudian inglés y, según Rosales, este se va a establecer como un idioma más dentro de la comarca.
Artesanías
En la aldea hay artesanías a la venta. Los emberás son también conocidos como los mejores artesanos para tallar la madera de cocobolo, con la que se hacen figuras de aves silvestres y de animales, lo que una vez más demuestra su amor por la naturaleza.
Trabajan con la palma de marfil o con las semillas para hacer figuras de aves, mamíferos y serpientes.
Las mujeres, con la palma chunga, crean bellas cestas, la mayoría con trabajos de flores y animales utilizando solo colores naturales; además, hacen otros oficios, como chaquiras, collares, pendientes, pulseras y máscaras, que sirven como adorno en cualquier ocasión.
La botánica es otro de sus atractivos. El grupo tiene un amplio conocimiento de las plantas medicinales que existen en su entorno.
Tienes además la oportunidad de ser pintado con el tradicional jagua, un tinte natural que los indios usan para adornar su cuerpo.
No olvides llevar dinero en efectivo, repelente, zapatos con buena adherencia o botas y bloqueador.
Senderismo y cascadas
Otro paseo interesante es visitar alguna cascada cercana para tomar un refrescante baño.
En piraguas o canoas motorizadas, los indígenas realizan recorridos a sitios mágicos como Quebrada Bonita.
En este se realizan caminatas, rodeados de la espesa selva tropical y siguiendo el cauce de la corriente río arriba hasta llegar a una espectacular cascada de cristalinas aguas que parece surgir misteriosamente de las copas de los árboles.
En esta belleza natural podremos tomar un baño en la piscina natural que creó la naturaleza bajo el chorro de agua.
Los emberás son originarios de la provincia de Darién y del departamento de Chocó en Colombia.
En esta gira se aprende mucho, sobre todo que estos indígenas viven hoy día como cuando Vasco Núñez de Balboa pisó por primera vez tierras panameñas para convertirse en el primer europeo en ver el océano Pacífico en 1593.
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