¿Biotecnología para matar al mosquito?
Publicado 2005/04/04 23:00:00
- Ricardo Goncebat
El sistema inmunológico del mosquito es lo bastante potente como para eliminar el parásito que causa la malaria.
MUCHAS SON las estrategias que se ensayan para derrotar al hasta ahora imbatible anófeles hembra, que con su picadura trasmite la letal malaria a millones de personas.
No sólo busca a sus víctimas en las ciudades, aldeas y chozas bañadas por los tórridos y húmedos calores de los trópicos y pone sus larvas en zonas pantanosas, charcas, lagunas y ríos someros de los entornos selváticos, en los países en vías de desarrollo.
Gracias a su singular resistencia, el mosquito anófeles empezó a viajar y durante el verano, en algunos aeropuertos europeos, como los de Zúrich, París o Amsterdam, se han detectado casos de paludismo, enfermedad también conocida como malaria, causados por este insecto.
"Aunque son brotes circunstanciales, el paludismo, transmitido por el anófeles, ha llegado a los aeropuertos y zonas circundantes de ciudades occidentales", explica el doctor Manuel Corachán, presidente de la Sociedad Española de Medicina Tropical.
El insecto viaja en los aviones procedentes de las zonas tropicales, oculto en algún compartimiento y se mantiene en las inmediaciones del aeropuerto. "Ha llegado a sobrevivir en la Toscana italiana", señala Corachán.
Para derrotar a este insecto de pocos milímetros de largo, que viene desafiando todas las campañas para erradicarlo, se ensayan distintas estrategias, que van desde el simple control natural hasta la más avanzada biotecnología.
El Consejo para la Investigación Médica de India ha puesto en marcha varios proyectos piloto en los que mosquitos que transmiten la enfermedad casi han sido erradicados, gracias a un pez "come-malaria" que devora las larvas de los mosquitos. Un programa similar lo está implementado la Universidad de Kosin, en algunas plantaciones de arroz de Corea del Sur.
El método consiste en "sembrar" peces que se alimentan con las larvas de los mosquitos en las lagunas y ríos donde los anófeles ponen sus huevos.
Según el doctor V. P. Sharma, impulsor de esta iniciativa, la introducción de peces como el "guppy" es una de las razones que explican la reducción de los índices de malaria en India, donde el Banco Mundial financia el uso de este pez en 100 municipios.
El uso de peces era un método tradicional de control de la malaria, hasta que comenzaron a utilizarse insecticidas como el DDT.
Pero los mosquitos desarrollaron una resistencia a muchos de estos químicos, y los peces han regresado.
Es mucho más barato "plantar guppys" en aguas confinadas que fumigar.
Otros científicos creen que es posible modificar la respuesta inmunológica de los mosquitos que causan la malaria para impedir que la enfermedad se transmita a los seres humanos.
Investigadores del Laboratorio Europeo de Biología Molecular han descubierto que el Anopheles gambie, uno de los más comunes trasmisores del mal en África, produce cuatro proteínas: dos matan al parásito de la malaria y dos lo protegen.
La investigadores identificaron dos proteínas, que parecen proteger al parásito de la malaria, cuando se desarrolla en el interior del mosquito, descubriendo que cuando los genes que las producen fueron desactivados, los mosquitos destruyeron el 97% de los parásitos de malaria.
Para detener al "anofeles" se utilizan desde simples redes mosquiteras o sustancias repelentes, hasta fumigaciones a gran escala mediante pesticidas como el DDT, pero a larga siempre vuelve con su letal carga parasitaria.
Se ha hecho resistente al DDT y en algunos casos como Centroamérica, a todos los tipos de insecticidas, por lo que vuele a aparecer.
El "anófeles" no sólo produce graves problemas sanitarios en los países en vías de desarrollo, sino que también aumenta su endémica pobreza y frenan su desarrollo, al consumir un gran parte de sus recursos económicos para combatir la enfermedad.
Es un insecto al que puede considerarse inteligente, fuerte y adaptable, ya que ha efectuado auténticas proezas como la de volar dos kilómetros sobre un río. En algunos casos ha cambiado su conducta para evitar los insecticidas.
Para matar los mosquitos se han rociado las paredes interiores de las casas con insecticidas, ya que se posan en ellas para descansar después de chupar la sangre a las personas y raspan sus patas traseras contra la superficie exponiéndolas al veneno.
Pero, después de un tiempo, los mosquitos comenzaron a chupar menos sangre para llevar menos peso y así poder seguir volando fuera de las casas.
No sólo busca a sus víctimas en las ciudades, aldeas y chozas bañadas por los tórridos y húmedos calores de los trópicos y pone sus larvas en zonas pantanosas, charcas, lagunas y ríos someros de los entornos selváticos, en los países en vías de desarrollo.
Gracias a su singular resistencia, el mosquito anófeles empezó a viajar y durante el verano, en algunos aeropuertos europeos, como los de Zúrich, París o Amsterdam, se han detectado casos de paludismo, enfermedad también conocida como malaria, causados por este insecto.
"Aunque son brotes circunstanciales, el paludismo, transmitido por el anófeles, ha llegado a los aeropuertos y zonas circundantes de ciudades occidentales", explica el doctor Manuel Corachán, presidente de la Sociedad Española de Medicina Tropical.
El insecto viaja en los aviones procedentes de las zonas tropicales, oculto en algún compartimiento y se mantiene en las inmediaciones del aeropuerto. "Ha llegado a sobrevivir en la Toscana italiana", señala Corachán.
Para derrotar a este insecto de pocos milímetros de largo, que viene desafiando todas las campañas para erradicarlo, se ensayan distintas estrategias, que van desde el simple control natural hasta la más avanzada biotecnología.
El Consejo para la Investigación Médica de India ha puesto en marcha varios proyectos piloto en los que mosquitos que transmiten la enfermedad casi han sido erradicados, gracias a un pez "come-malaria" que devora las larvas de los mosquitos. Un programa similar lo está implementado la Universidad de Kosin, en algunas plantaciones de arroz de Corea del Sur.
El método consiste en "sembrar" peces que se alimentan con las larvas de los mosquitos en las lagunas y ríos donde los anófeles ponen sus huevos.
Según el doctor V. P. Sharma, impulsor de esta iniciativa, la introducción de peces como el "guppy" es una de las razones que explican la reducción de los índices de malaria en India, donde el Banco Mundial financia el uso de este pez en 100 municipios.
El uso de peces era un método tradicional de control de la malaria, hasta que comenzaron a utilizarse insecticidas como el DDT.
Pero los mosquitos desarrollaron una resistencia a muchos de estos químicos, y los peces han regresado.
Es mucho más barato "plantar guppys" en aguas confinadas que fumigar.
Otros científicos creen que es posible modificar la respuesta inmunológica de los mosquitos que causan la malaria para impedir que la enfermedad se transmita a los seres humanos.
Investigadores del Laboratorio Europeo de Biología Molecular han descubierto que el Anopheles gambie, uno de los más comunes trasmisores del mal en África, produce cuatro proteínas: dos matan al parásito de la malaria y dos lo protegen.
La investigadores identificaron dos proteínas, que parecen proteger al parásito de la malaria, cuando se desarrolla en el interior del mosquito, descubriendo que cuando los genes que las producen fueron desactivados, los mosquitos destruyeron el 97% de los parásitos de malaria.
Para detener al "anofeles" se utilizan desde simples redes mosquiteras o sustancias repelentes, hasta fumigaciones a gran escala mediante pesticidas como el DDT, pero a larga siempre vuelve con su letal carga parasitaria.
Se ha hecho resistente al DDT y en algunos casos como Centroamérica, a todos los tipos de insecticidas, por lo que vuele a aparecer.
El "anófeles" no sólo produce graves problemas sanitarios en los países en vías de desarrollo, sino que también aumenta su endémica pobreza y frenan su desarrollo, al consumir un gran parte de sus recursos económicos para combatir la enfermedad.
Es un insecto al que puede considerarse inteligente, fuerte y adaptable, ya que ha efectuado auténticas proezas como la de volar dos kilómetros sobre un río. En algunos casos ha cambiado su conducta para evitar los insecticidas.
Para matar los mosquitos se han rociado las paredes interiores de las casas con insecticidas, ya que se posan en ellas para descansar después de chupar la sangre a las personas y raspan sus patas traseras contra la superficie exponiéndolas al veneno.
Pero, después de un tiempo, los mosquitos comenzaron a chupar menos sangre para llevar menos peso y así poder seguir volando fuera de las casas.
La picadura del anófeles trasmite cuatro especies diferentes de parásitos, los cuales producen distintos tipos de malaria o paludismo, desde la más benigna o "vivax", hasta la maligna y letal "falciparum". Enfermedades que son muy extendidas, ya que la padecen más de 300 millones de personas.
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