¿Qué son las imágenes satelitales?
Publicado 2005/06/18 23:00:00
- REDACCION
Nuestro diario bregar transcurre generalmente sin que estemos conscientes que la mayoría de las actividades humanas guardan una relación espacial (de posición geográfica) con su entorno.
Cada día se están desarrollando y aplicando nuevas tecnologías para tratar de comprender estas relaciones y ayudarnos a administrar nuestros recursos y a ser más eficientes en nuestras actividades. Un problema puede ser muy complicado si no tomamos en cuenta lo que hay alrededor. ¿Quién no ha oído aquello que estamos abrumados viendo el árbol y no dedicamos tiempo para ver el bosque? Es necesario alejarnos para ver el bosque, pero para hacerlo, requeriremos de la tecnología para no perder detalle de sus componentes.
A esta tecnología le conocemos como sensores remotos.
Se llama sensores remotos a toda tecnología que ayuda a la obtención de información de un objeto a distancia con un instrumento que no está en contacto físico con el mismo.
Entre éstos están los radares, fotografías aéreas y fotografías satelitales.
Esta tecnología se desarrolló para misiones de espionaje y reconocimiento del campo enemigo sin ser descubiertos.
En la actualidad, muchas empresas están construyendo satélites comerciales pequeños, baratos y ágiles para hacer negocio con la información geoespacial, las actividades humanas y el entorno ecológico.
Países como Estados Unidos, India, Rusia, Israel, entre otros, disponen de una gran constelación de satélites comerciales que de manera permanente están mirando nuestras actividades en tierra. De allí que hay en el espacio más de 5,000 satélites artificiales orbitando alrededor de la Tierra a una altura entre los 700 y 800 kilómetros de distancia.
Algunos pocos que tienen un propósito mucho más generalizado, como seguir el clima del planeta, se localizan un poco más lejos en la llamada órbita geoestacionaria, a unos 35,000 kilómetros de altura.
Hace unos 40 años, casi todos los satélites que el ser humano enviaba al cosmos cumplían misiones meramente militares o científicas, pero en la actualidad estos aparatos se han convertido en aliados indiscutibles de las telecomunicaciones, la navegación aérea y marítima, el estudio de la meteorología, la agricultura y el ordenamiento urbano, entre otros campos.
La cantidad de datos, imágenes y sonidos digitales que estos aparatos captan desde las alturas son tan fieles y actualizados que cada día hay más personas interesadas en valerse de estas herramientas para hacer su trabajo.
Muchas actividades de medición que requieren desarrollarse desde el terreno (topografía, fotografía aérea, etc...) ya pueden ser reemplazadas por las capacidades de los satélites de alta resolución disponibles comercialmente. A medida que pasa el tiempo no podemos más que esperar que la tecnología satelital mejore y se convierta en parte integral de nuestras vidas.
Hoy en día, las fotografías satelitales proveen imágenes de gran exactitud y una vista panorámica mucho más amplia y económica que la que ofrecen las llamadas tomas aéreas (fotos tomadas desde aviones) u otras fuentes de datos geográficos.
Cada día se están desarrollando y aplicando nuevas tecnologías para tratar de comprender estas relaciones y ayudarnos a administrar nuestros recursos y a ser más eficientes en nuestras actividades. Un problema puede ser muy complicado si no tomamos en cuenta lo que hay alrededor. ¿Quién no ha oído aquello que estamos abrumados viendo el árbol y no dedicamos tiempo para ver el bosque? Es necesario alejarnos para ver el bosque, pero para hacerlo, requeriremos de la tecnología para no perder detalle de sus componentes.
A esta tecnología le conocemos como sensores remotos.
Se llama sensores remotos a toda tecnología que ayuda a la obtención de información de un objeto a distancia con un instrumento que no está en contacto físico con el mismo.
Entre éstos están los radares, fotografías aéreas y fotografías satelitales.
Esta tecnología se desarrolló para misiones de espionaje y reconocimiento del campo enemigo sin ser descubiertos.
En la actualidad, muchas empresas están construyendo satélites comerciales pequeños, baratos y ágiles para hacer negocio con la información geoespacial, las actividades humanas y el entorno ecológico.
Países como Estados Unidos, India, Rusia, Israel, entre otros, disponen de una gran constelación de satélites comerciales que de manera permanente están mirando nuestras actividades en tierra. De allí que hay en el espacio más de 5,000 satélites artificiales orbitando alrededor de la Tierra a una altura entre los 700 y 800 kilómetros de distancia.
Algunos pocos que tienen un propósito mucho más generalizado, como seguir el clima del planeta, se localizan un poco más lejos en la llamada órbita geoestacionaria, a unos 35,000 kilómetros de altura.
Hace unos 40 años, casi todos los satélites que el ser humano enviaba al cosmos cumplían misiones meramente militares o científicas, pero en la actualidad estos aparatos se han convertido en aliados indiscutibles de las telecomunicaciones, la navegación aérea y marítima, el estudio de la meteorología, la agricultura y el ordenamiento urbano, entre otros campos.
La cantidad de datos, imágenes y sonidos digitales que estos aparatos captan desde las alturas son tan fieles y actualizados que cada día hay más personas interesadas en valerse de estas herramientas para hacer su trabajo.
Muchas actividades de medición que requieren desarrollarse desde el terreno (topografía, fotografía aérea, etc...) ya pueden ser reemplazadas por las capacidades de los satélites de alta resolución disponibles comercialmente. A medida que pasa el tiempo no podemos más que esperar que la tecnología satelital mejore y se convierta en parte integral de nuestras vidas.
Hoy en día, las fotografías satelitales proveen imágenes de gran exactitud y una vista panorámica mucho más amplia y económica que la que ofrecen las llamadas tomas aéreas (fotos tomadas desde aviones) u otras fuentes de datos geográficos.
- Las tecnologías de sensores remotos tienen un potencial enorme para beneficiar actividades desarrolladas sobre grandes extensiones de tierra y que requieren ser monitoreadas en un solo momento específico.Con estos sensores , las compañías pueden obtener información específica acerca de los campos de cultivo en cualquier lugar del planeta, facilitan el control a larga distancia de operaciones de agricultura intensiva, reducen la mano de obra en las parcelas y eliminan la posibilidad que los productores tomen decisiones de manera independiente.
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