Antigüedades despiertan interés entre compradores
- José Alberto Chacón (jose.chacon@epasa.com)
A simple vista pareciera que entre un montón de piezas de decoración, muebles antiguos, discos de acetato, artículos oxidados, juguetes, monedas y todo tipo de “chécheres”, no hubiera valor alguno.







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A simple vista pareciera que entre un montón de piezas de decoración, muebles antiguos, discos de acetato, artículos oxidados, juguetes, monedas y todo tipo de “chécheres”, no hubiera valor alguno.
- 70 por ciento de los compradores son personas de origen extranjero.
La doble labor de los locales que guardan objetos antiguos
- Las casas de colección no solo se dedican a ofertar artículos, sino que muchas veces ponen a disposición de museos, instituciones u organizaciones sin fines de lucro objetos históricos cuando ocurra una exposición de envergadura. Por ejemplo, la tienda Canal Zone de la Avenida B ha vendido varios artículos al Museo del Canal de Panamá. Entre esas piezas se encuentran varias planchas a vapor de los siglos XVIII y XIX.
Margot Fonteyn y su influencia en la Oficina de Correos y Telégrafos
- En 1992, un año posterior a la muerte de la famosa bailarina Margot Fonteyn, la oficina de Correos y Telégrafos de Panamá (Cotel) dedicó una serie de colección en honor a la mujer que alcanzó el título de prima ballerina absoluta y considerada una de las mejores exponentes del ballet clásico de su época. La relación sentimental que unía a la bailarina británica con la tierra canalera y con el exdiplomático y periodista Roberto ‘Tito’ Arias, promovió la iniciativa llevada a cabo por los administradores de los correos que pusieron a la venta varias de esas estampillas. En el cuadro de la izquierda, la diva se vistió de pollera para que el pintor italiano Pietro Annigoni la inmortalizara en un cuadro que hoy cuelga en la Royal Gallery de Londres. A la derecha, Fonteyn aparece ataviada con el atuendo de El Pájaro de Fuego, el ballet que la llevó a la cúspide.
Los objetos de carácter familiar también valen
- Arriba se ve una daga precolombina que fue encontrada hace 20 años en un patio de Balboa. Cuesta 40.000. Abajo, una moneda norteamericana de 1776 valorada en 90,000.
A simple vista pareciera que entre un montón de piezas de decoración, muebles antiguos, discos de acetato, artículos oxidados, juguetes, monedas y todo tipo de “chécheres”, no hubiera valor alguno. Pero para quienes se dedican a buscar este tipo de enseres, las antigüedades representan una actividad que va más allá del tamaño de una billetera.
Sin embargo, para considerar una pieza como un objeto antiguo, hay que tomar en cuenta diversos factores, incluso hay todo un debate entre los expertos en la materia sobre cuáles son esas características que valorizan el objeto.
En ese sentido, el restaurador Jaime Caballero plantea que para que una pieza sea considerada un objeto antiguo debe haber cumplido un siglo. “Toda aquella pieza que cumple o supera 100 años se denomina una antigüedad”, aseguró.
Pero para Hugo Bertrand, propietario de Casa Blanca Antiques & Designs, en Calle 50, en el caso de los muebles, cerámicas y otras piezas de decoración, estas no tienen que ser de años para que sean calificadas como verdaderas antigüedades. “Si un objeto de estos tiene 10 años ya es un antique. Esta regla surgió a partir de 1880, luego del nacimiento del estilo rococó. Como cada tendencia duraba poco tiempo, iban apareciendo estilos arquitectónicos y de diseños diversos que reemplazaban a los anteriores”, expresó Bertrand.
En tanto que para el historiador Vladimir Berrío Lemm, el coleccionismo se ha dividido en tres ramas: numismática (monedas), memorabilia (objetos varios) y filatelia (sellos postales). “La numismática y la memorabilia tienen ventaja sobre la filatelia porque de las dos primeras existen objetos, sean monedas, mapas o joyas de épocas anteriores al cristianismo. En cambio, la filatelia empezó en 1843”.
Para Virginia Tiffer, administradora de Canal Zone, un establecimiento de antigüedades en Avenida B, los panameños no son muy dados al tema de adquirir este tipo de objetos. Algunos, dice, acuden a llevar artículos para venderlos más que para comprar.
En cambio, los extranjeros son los que más llegan a su tienda donde se pueden encontrar planchas del siglo XIX o el casco y la cantimplora de un soldado americano muerto en combate durante la invasión de 1989. “Los más asiduos a las antigüedades son los estadounidenses, franceses, italianos, ingleses, argentinos o colombianos”, explica.
Pero estas tiendas no solo venden reliquias, sino que cada objeto allí colocado debe tener una historia que sirva literalmente de anzuelo para los clientes. “Al final, aparte de un buen precio, los clientes rebuscan y preguntan qué gran historia puedan contar de las cosas que les ofrecemos”.
Tiffer asegura que guarda con celo un casco similar a los que se usaban en el siglo XVI en la época de Vasco Núñez de Balboa. “Es tan original que la Embajada de España en Panamá me la solicitó para la conmemoración de los 500 años del descubrimiento del Mar del Sur el año pasado”.
Otra tienda que lo traslada a uno a épocas de antaño es Oro América, vecina de Canal Zone. Allí además de monedas, hay platería y oro. Su dueño, Mario Buelvas, asegura que tiene monedas de la época revolucionaria de Estados Unidos, una de la época romana, piezas napoleónicas y botellas de licores del siglo XIX.
Los numismáticos poseen una página en Facebook llamada Numismática Panameña. Allí se ofrecen monedas viejas y consejos sobre cómo identificar si una es falsa o verdadera. En este sentido, el comerciante explica que una moneda tiene que tener la fecha de emisión. “Si esta fue retocada, probablemente no es original”.
Por su parte, la Asociación Filatélica de Panamá (Asofilpa) se dedica a recolectar sellos postales sobre todo los de la era republicana y anterior a nuestra independencia. En la Oficina de Correos y Telégrafos de Panamá (Cotel) se conservan algunos de los más representativos. Vladimir Berrío, jefe de la oficina de Filatelia de Cotel, manifestó que producto de la invasión y los dos incendios que afectaron la antigua ciudad en el Casco Viejo ha mermado la colección nacional.
El valor del arte
En el caso de los que coleccionan muebles o cualquier tipo de obra de artes, sean esculturas o pinturas, el valor de lo antiguo se mezcla con el atractivo de quién fue el creador de la pieza. “Un cuadro de Alfredo Sinclair tiene más valor ahora que murió. Las ventas se disparan. De igual forma pasará con una obra de Botero cuando fallezca”, contó Itzela Vásquez, administradora de Casa Museo del Banco Nacional de Panamá.
Esta conocedora en temas de arte y conservación de obras mencionó que en muchas ocasiones una pieza pierde el valor si esta es restaurada. “Al final si yo quiero vender un artículo antiguo y lo he modificado, este perderá el valor sea de quien sea”. En algunas situaciones, los propietarios o expertos que estos consultan les recomiendan dejarlas tal cual. Esto se puede aplicar si se trata de un cuadro, una escultura o un instrumento musical. Pero si se habla de un mueble se puede considerar su arreglo siempre y cuando no sea tan visible.
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