paciencia Solo quedan bien cuando se usa un paño húmedo.
Elegantes, pero dan más trabajo
Las persianas son elementos en los que se acumula mucho polvo y su limpieza no es sencilla. Sin embargo, si se tarda mucho en hacerlo, el asunto se complicará más.
Las persianas son elementos en los que se acumula mucho polvo y su limpieza no es sencilla. Sin embargo, si se tarda mucho en hacerlo, el asunto se complicará más.
A destacar
- En primer lugar, se debe tener cuenta el material del que están hechas las persianas. De esta forma, aplicará el producto necesario para mantenerlas en perfecto estado. Si tiene dudas, siempre consulte en el almacén donde planea comprar el producto de limpieza para no estropear el material y mantenerla durante mucho tiempo.
- Aproveche cuando tiene más de un día libre para hacer esta tarea porque requiere mucha paciencia. Lo ideal cuando hay varias persianas, es que las vaya limpiando poco a poco aunque le tome más tiempo, pues si lo hace el mismo día, el trabajo no quedará bien.
- Lo más duro es limpiar el exterior, porque es la parte que más acumula suciedad.
Las persianas son elementos en los que se acumula mucho polvo y su limpieza no es sencilla.
Sin embargo, si se tarda mucho en hacerlo, el asunto se complicará más.
Cómo limpiarlas
Muchas personas se preguntan ¿para qué limpiar frecuentemente si prácticamente no se ven? Este pensamiento es bastante erróneo, ya que si no se limpian al menos cada mes, puede acumularse tanta suciedad y polvo que terminarán por dañar el color y el estado de las persianas. Además, al abrir las ventanas, esta suciedad puede entrar a su hogar.
El primer paso para su limpieza será disponer de un plumero, aspiradora, una vaporeta (sistema especial de vapor para limpiar) un cubo con agua, jabón y dos paños.
Baje del todo la persiana para quitar el polvo y la suciedad, primero con el plumero y luego con la aspiradora. Una vez que se le haya pasado varias veces, se utilizará la vaporeta. En caso de que no tenga esta herramienta no pasa nada, pues se trata solo de un paso para profundizar la limpieza.
Si usa un paño, límpielas de arriba abajo, y luego con un paño mojado quite los “chorretones” de suciedad que se hayan escurrido. Cuando haya limpiado varias veces con el paño húmedo, séquela con el paño seco. Lo recomendable es que primero se limpie la parte interior de la persiana y después la parte exterior.
Consejos para limpiarlas
A la hora de limpiar la parte exterior se debe tener mucho cuidado. Por ello, lo mejor es ir bajándola poco a poco. Cuando no se alcance la parte más alta, utilice un palo y coloque un trapo en su extremo para facilitar la tarea. Quizás se necesite la ayuda de otra persona para que vaya subiendo y bajando la persiana. Lo ideal es que se suba en escalera.
En cuanto al secado, es recomendable utilizar siempre un paño suave. Debe secarse bien para no dejar manchas o huellas.
También debe limpiarse la correa, pues si no se hace, se terminará por estropear.
Otro consejo es limpiar las persianas antes de comenzar con la limpieza de los muebles y el suelo de las habitaciones, así evitará que el polvo y la suciedad entren y manchen el resto de las estancias.
En estos casos, lo indicado es trabajar con la aspiradora.

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