Casas adornadas por dentro y por fuera
Publicado 1999/12/23 00:00:00
- Alan Symes
Decorar la casa para la Navidad es algo más que una preocupación de temporada para muchos propietarios británicos. La tradición ancestral de adornar el salón con el árbol de Navidad, el espumillón, las bolas de colores y los globos, ha adquirido en los últimos años un nueva dimensión, incluso más competitiva, pues ha pasado a convertirse en una especie de concurso en el que, con planes y objetos preparados con muchos meses de antelación, cada propietario quiere convertir el exterior de la vivienda y el jardín en la envidia de sus vecinos y viadantes.
El encanto victoriano de la Navidad, que con frecuencia aparece en las tarjetas de felicitación, recibió un nuevo impulso el año pasado cuando el constructor Richard Joseph convirtió la fachada de su chalet de Marston Road, en Ilford, cerca de Londres, en una escena basada en las novelas del famoso novelista del siglo XIX Charles Dickens.
Este año no va a ser una excepción para los residentes de los alrededores de Londres. El frutero Les Fleming, de 51 años, que vive en Lindisfarne Road, Dagenham, Essex y su cuñado Charlie Hutcherson, de 64 años, de Clayhall, Ilford, compiten entre sí para conseguir los más brillantes resultados. En vísperas del año 2000, las próximas Navidades volverán a ser más espectaculares que nunca.
Radios y televisores de todo el mundo se han ocupado de esa "actividad adornística" de los británicos. Skly One concede todos los años un premio a la casa mejor decorada, que el año pasado recibió precisamente Les Fleming por su extraordinaria inventiva, que podemos ver en la foto.
Sin embargo, Independent Television concedió su premio al rival de Les, Charlie, que construyó una fachada de castillo de hadas delante de sus residencia, con su dragón y todo. Sin embargo, ni Les ni Charlie esperaban que sus decorados llegaran a tales alturas. Cuando el hijo de Les, Richard, de 26 años, estaba en Nueva Zelanda pasando las Navidades, quedo boquiabierto al ver que la casa decorada por su padre ocupaba la portada de una revista neozelandesa.
Durante todas las Navidades pasadas, miles de personas visitaron estas casas y demostraron su satisfacción haciendo generosas donaciones en las cajas instaladas al efecto. Aparte de la satisfacción de ver su trabajo reconocido, estos esforzados artistas navideños contribuyen así a diversas casa benéficas. En total, entre Les y Charlie consiguieron el año pasado 9.000 libras que entregaron a diversas instituciones infantiles, una de ellas encargada de un hospital para niños terminales en Londres y otra que organiza vacaciones para jóvenes discapacitados.
Les ha declarado : "El año pasado tuvimos mucho éxito. Vinieron incluso excursiones en autobús. Teníamos un Santa Claus en un trineo tirado por renos, grandes cantidades de nieve artificial con 40 muñecos, pero lo que más llamó la atención fue el nacimiento que construimos en el garaje. Mi familia y mis amigos ayudaron a colocarlo y luego nos vestimos a Papa Noel por turnos. Una noche había 400 personas delante de la casa".
Les instaló incluso un buzón para los niños dejaran sus cartas a Papá Noel. Recogió unas 1.500, que contestó una por una. También se le ocurrió una al azar. Era de dos hermanas, que recibieron en su casa a Papá Noel con los regalos que habían pedido.
Los planes decorativos son tan ambiciosos que es esencial trabajar en equipo para conseguir los resultados que la gente espera: "Toda mi familia ayuda: mi mujer Gillian, mis dos hijos. Gillian cose todos los vestidos y nos gastamos unas 3.000 libras en comprar todo el material necesario", añade.
"Nos gusta hacerlo y nos pasamos todo el año preparándonos. Yo soy minusválido, pues tengo un problema de columna, por lo que además estoy semi-jubilado. Eso me deja más tiempo para preparar la decoración. Cuando veo lo bien que lo pasan los niños y el dinero que conseguimos para fines benéficos, sé que vale la pena. A lo largo de todo el año recibimos incluso cartas de agradecimiento, que suponen para nosotros una gratificación y un estímulo".
El encanto victoriano de la Navidad, que con frecuencia aparece en las tarjetas de felicitación, recibió un nuevo impulso el año pasado cuando el constructor Richard Joseph convirtió la fachada de su chalet de Marston Road, en Ilford, cerca de Londres, en una escena basada en las novelas del famoso novelista del siglo XIX Charles Dickens.
Este año no va a ser una excepción para los residentes de los alrededores de Londres. El frutero Les Fleming, de 51 años, que vive en Lindisfarne Road, Dagenham, Essex y su cuñado Charlie Hutcherson, de 64 años, de Clayhall, Ilford, compiten entre sí para conseguir los más brillantes resultados. En vísperas del año 2000, las próximas Navidades volverán a ser más espectaculares que nunca.
Radios y televisores de todo el mundo se han ocupado de esa "actividad adornística" de los británicos. Skly One concede todos los años un premio a la casa mejor decorada, que el año pasado recibió precisamente Les Fleming por su extraordinaria inventiva, que podemos ver en la foto.
Sin embargo, Independent Television concedió su premio al rival de Les, Charlie, que construyó una fachada de castillo de hadas delante de sus residencia, con su dragón y todo. Sin embargo, ni Les ni Charlie esperaban que sus decorados llegaran a tales alturas. Cuando el hijo de Les, Richard, de 26 años, estaba en Nueva Zelanda pasando las Navidades, quedo boquiabierto al ver que la casa decorada por su padre ocupaba la portada de una revista neozelandesa.
Durante todas las Navidades pasadas, miles de personas visitaron estas casas y demostraron su satisfacción haciendo generosas donaciones en las cajas instaladas al efecto. Aparte de la satisfacción de ver su trabajo reconocido, estos esforzados artistas navideños contribuyen así a diversas casa benéficas. En total, entre Les y Charlie consiguieron el año pasado 9.000 libras que entregaron a diversas instituciones infantiles, una de ellas encargada de un hospital para niños terminales en Londres y otra que organiza vacaciones para jóvenes discapacitados.
Les ha declarado : "El año pasado tuvimos mucho éxito. Vinieron incluso excursiones en autobús. Teníamos un Santa Claus en un trineo tirado por renos, grandes cantidades de nieve artificial con 40 muñecos, pero lo que más llamó la atención fue el nacimiento que construimos en el garaje. Mi familia y mis amigos ayudaron a colocarlo y luego nos vestimos a Papa Noel por turnos. Una noche había 400 personas delante de la casa".
Les instaló incluso un buzón para los niños dejaran sus cartas a Papá Noel. Recogió unas 1.500, que contestó una por una. También se le ocurrió una al azar. Era de dos hermanas, que recibieron en su casa a Papá Noel con los regalos que habían pedido.
Los planes decorativos son tan ambiciosos que es esencial trabajar en equipo para conseguir los resultados que la gente espera: "Toda mi familia ayuda: mi mujer Gillian, mis dos hijos. Gillian cose todos los vestidos y nos gastamos unas 3.000 libras en comprar todo el material necesario", añade.
"Nos gusta hacerlo y nos pasamos todo el año preparándonos. Yo soy minusválido, pues tengo un problema de columna, por lo que además estoy semi-jubilado. Eso me deja más tiempo para preparar la decoración. Cuando veo lo bien que lo pasan los niños y el dinero que conseguimos para fines benéficos, sé que vale la pena. A lo largo de todo el año recibimos incluso cartas de agradecimiento, que suponen para nosotros una gratificación y un estímulo".
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