Cuida tus plantas de los hongos y bacterias
Publicado 2003/05/31 23:00:00
- Yovanska Spadafora
Al igual que las personas, las plantas también evidencian en su exterior la existencia de alguna enfermedad. Estos síntomas son alteraciones en el funcionamiento o estructura del vegetal, bien como causa de la acción de agentes productores de enfermedades, tales como hongos, bacterias o virus, o bien se presentan problemas determinados debido a su ubicación y tratamiento.
Es sabido que ciertas condiciones de humedad y temperatura favorecen la aparición de estructuras de hongos y bacterias, pero los virus sólo son visibles con la utilización de un microscopio electrónico, por lo que a simple vista no presentan una patología. De todas formas, los hongos poseen numerosas formas de manifestación, a través de las cuales podemos detectar su presencia sobre la planta enferma.
Entre los signos que se observan comúnmente en las enfermedades causadas por hongos están los mohos y las bacterias. Los primeros pueden ser de diferentes tipos y a continuación explicamos cómo se aprecian algunos de los más comunes, según nos explicó Lucy Goldoni de Jardínes Tropicales, especialistas en jardinería y mantenimiento de plantas.
Fusarium. Es común hallar sobre el cuello de algunas plantas, como los claveles, un moho blanco o blanco rosado que denuncia la posible presencia de estos hongos, que son los que provocan que nuestras plantas se marchiten. Puntuaciones negras, que se aprecian sobre manchas foliares o de otros órganos. Clorosis, es como una especie de fieltro de diversos colores.
Oídio. Cuando aparece este hongo se observa sobre la cara superior de las hojas de las plantas afectadas, un fieltro blanquecino que se desprende fácilmente al rasparlo con los dedos, dejando bajo sí una mancha amarillenta clorótica, como consecuencia del impedimento de la fotosíntesis y de la absorción de nutrientes por parte del hongo. Bajo condiciones favorables, el mencionado fieltro se manifiesta sobre otros órganos de la planta.
Mildiu. En esta enfermedad aparece un fieltro levemente grisáceo en el envés de la hoja. Dicho fieltro, a diferencia de lo que ocurre en el oidio, no se desprende al rasparlo. Con este hongo, el síntoma de la mala salud de nuestra planta se manifiesta con la aparición de manchas pardas sobre la cara superior de la hoja.
Roya. Para saber si nuestras plantas están afectadas por la presencia de este hongo deberemos fijarnos en el envés de las hojas. Si advertimos la presencia de pequeñas erupciones en el envés, denominadas pústulas (que pueden presentar diversos colores), y en el haz de la hoja se ve una clorosis en correspondencia con la
pústula del envés, es que el hongo roya está actuando. Fumagina. Sobre el haz foliar se deposita una costra oscura semejante al hollín, que está constituida por estructuras de hongos que se nutren de secreciones azucaradas producidas por cochinillas y pulgones. Dicha costra impide la fotosíntesis y la transpiración normal, originando síntomas de clorosis y necrosis debajo de la costra.
Según nos comenta Goldoni, la solución en todos estos casos está en la aplicación de los fungicidas y en las pulverizaciones que podemos realizar sobre nuestras plantas. Además, debemos hacer un uso apropiado de estos tóxicos y elegir el más adecuado para nuestras plantas en función de la patología que presente, además de seguir escrupulosamente las instrucciones de uso de cada uno de ellos.
Aunque Goldoni refiere el hongo de puntos negros como los más comunes en nuestro país, de todas formas, debemos de estar atentos para poder detectar lo antes posible, cualquiera de ñps síntomas explicados anteriormente y poder actuar a favor de la salud de nuestro jardín.
Es sabido que ciertas condiciones de humedad y temperatura favorecen la aparición de estructuras de hongos y bacterias, pero los virus sólo son visibles con la utilización de un microscopio electrónico, por lo que a simple vista no presentan una patología. De todas formas, los hongos poseen numerosas formas de manifestación, a través de las cuales podemos detectar su presencia sobre la planta enferma.
Entre los signos que se observan comúnmente en las enfermedades causadas por hongos están los mohos y las bacterias. Los primeros pueden ser de diferentes tipos y a continuación explicamos cómo se aprecian algunos de los más comunes, según nos explicó Lucy Goldoni de Jardínes Tropicales, especialistas en jardinería y mantenimiento de plantas.
Fusarium. Es común hallar sobre el cuello de algunas plantas, como los claveles, un moho blanco o blanco rosado que denuncia la posible presencia de estos hongos, que son los que provocan que nuestras plantas se marchiten. Puntuaciones negras, que se aprecian sobre manchas foliares o de otros órganos. Clorosis, es como una especie de fieltro de diversos colores.
Oídio. Cuando aparece este hongo se observa sobre la cara superior de las hojas de las plantas afectadas, un fieltro blanquecino que se desprende fácilmente al rasparlo con los dedos, dejando bajo sí una mancha amarillenta clorótica, como consecuencia del impedimento de la fotosíntesis y de la absorción de nutrientes por parte del hongo. Bajo condiciones favorables, el mencionado fieltro se manifiesta sobre otros órganos de la planta.
Mildiu. En esta enfermedad aparece un fieltro levemente grisáceo en el envés de la hoja. Dicho fieltro, a diferencia de lo que ocurre en el oidio, no se desprende al rasparlo. Con este hongo, el síntoma de la mala salud de nuestra planta se manifiesta con la aparición de manchas pardas sobre la cara superior de la hoja.
Roya. Para saber si nuestras plantas están afectadas por la presencia de este hongo deberemos fijarnos en el envés de las hojas. Si advertimos la presencia de pequeñas erupciones en el envés, denominadas pústulas (que pueden presentar diversos colores), y en el haz de la hoja se ve una clorosis en correspondencia con la
pústula del envés, es que el hongo roya está actuando. Fumagina. Sobre el haz foliar se deposita una costra oscura semejante al hollín, que está constituida por estructuras de hongos que se nutren de secreciones azucaradas producidas por cochinillas y pulgones. Dicha costra impide la fotosíntesis y la transpiración normal, originando síntomas de clorosis y necrosis debajo de la costra.
Según nos comenta Goldoni, la solución en todos estos casos está en la aplicación de los fungicidas y en las pulverizaciones que podemos realizar sobre nuestras plantas. Además, debemos hacer un uso apropiado de estos tóxicos y elegir el más adecuado para nuestras plantas en función de la patología que presente, además de seguir escrupulosamente las instrucciones de uso de cada uno de ellos.
Aunque Goldoni refiere el hongo de puntos negros como los más comunes en nuestro país, de todas formas, debemos de estar atentos para poder detectar lo antes posible, cualquiera de ñps síntomas explicados anteriormente y poder actuar a favor de la salud de nuestro jardín.
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