Doctor Adán Rios Abrego: Un Embajador para la Salud
Publicado 1999/10/17 23:00:00
- El Gitano
Cuando lean esta noticia en la calle Pedro Obarrio del Chorrillo los vecinos se sentirán felices y orgullosos. Aquel muchacho que allá por los años sesenta caminaba, alegre y despreocupado, a pesar de su pobreza, por esas veredas chorrilleras ha recibido del Ministerio de Relaciones Exteriores el pasaporte diplomático que lo acredita como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Panamá para la Promoción de la Salud en Estados Unidos. En verdad, todos los panameños debemos sentirnos orgullosos que ese nombramiento diplomático haya recaído en una eminencia científica con un curriculum de 30 páginas y una persona de la calidad humana del doctor Adan Ríos.
Porque este médico panameño de brillante prestigio en entidades de reconocida fama internacional como el Centro Médico de Houston, Texas, uno de los centros oncológicos de mayor renombre en Estados Unidos y el mundo, quien reside en Houston, luchando contra el cáncer desde 1975, va a realizar un trabajo de primer orden en apoyo de los programas del Ministerio de Salud. Uno de esos programas tiene que ver con el flagelo del SIDA y tendrá como base de investigación el Instituto Conmemorativo Gorgas, donde en 1975 prestó servicios y en 1984 como consultor honorario.
El doctor Ríos fue uno de los primeros médicos en comprender en Estados Unidos que el SIDA, al principio mal interpretado como una dolencia exótica que sólo afectaba a grupos específicos de la sociedad, iba a convertirse con el transcurrir del tiempo en un flagelo de enormes y graves repercusiones a cualquier nivel.
Venciendo incomprensiones al principio, el doctor Ríos batalló en el génesis de una conciencia antiSIDA en Estados Unidos. Organizó conferencias científicas internacionales a las que acudieron pioneros en el descubrimiento del mal como el médico francés Luc Montaguier, quien viajó de Francia, respondiendo al llamado de Adan Ríos, dictó una charla memorable y al día siguiente tomó el avión de regreso a París. Había cruzado el Atlántico para apoyar la cruzada del panameño Adan Ríos.
Gracias a su amistad personal con el ex - campeón mundial peso pesado George Foreman, el pugilista hizo una importante donación al Centro Médico de Houston, Texas, para apoyar las investigaciones sobre el cáncer y el SIDA. En la ceremonia de entrega del cheque, Foreman dijo: "Me he subido a este ring porque me lo ha pedido Adán."
Como médico y como panameño al doctor Ríos le preocupa sobremanera el impacto del SIDA en la fuerza laboral. Menciona que cuando el canal pase a la administración panameña y se produzcan contactos humanos cotidianos entre extranjeros y nacionales. "El canal ha estado bajo un régimen ceñido a las regulaciones militares norteamericanas que restringían el contacto humano. Pero Panamá le dará una fisonomía civil al canal. Debemos prepararnos para prevenir los contagios que puedan producirse por ese contacto humano mediante programas de prevención, creando conciencia sobre los riesgos que acechan a los panameños", explicó el doctor Ríos.
Sobre el alcance de su nombramiento diplomático manifestó que "esta posición de Embajador me permitirá consolidar relaciones importantes en el campo científico y médico entre la República de Panamá y los Estados Unidos. A través de los años siempre ha existido un fuerte enlace entre las fuerzas de salud de nuestro país y Estados Unidos. De hecho el saneamiento de las áreas canaleras durante el inicio de la construcción del Canal de Panamá fue tal vez el factor más importante en lograr la culminación de esta importante obra. De allí, que aquéllos que hemos crecido a la sombra de ese gigantesco logro entendamos íntimamente la importante relación que existe entre la salud y el desarrollo económico de una región. Nuestra posición nos permitirá redoblar nuestros esfuerzos y nos dejará expandirlos en una medida importante. La educación médica y el desarrollo de programas de investigación constituyen también elementos importantes de esta labor. Finalmente haremos un esfuerzo muy especial por continuar dando a nuestro país la preeminencia que siempre ha gozado dentro del concierto de las naciones hermanas de la región en cuanto a salud se refiere, dando fiel cumplimiento al lema de nuestro escudo de armas, Promundi Beneficio. Este lema ha definido la esencia de un pueblo que, sin afán ni anhelo de poder, ha dedicado su existencia al servicio de la humanidad".
Conceptúa el doctor Ríos que "estos esfuerzos incluirán: la facilitación de la transferencia tecnológica, el intercambio de conocimientos, la orientación a pacientes y el fortalecimiento de programas ya establecidos, así como la creación de nuevos programas necesarios a nuestro país en su entrada al nuevo milenio."
Añadió que en Estados Unidos el SIDA tiene un serio impacto en la fuerza laboral y que lo mismo acontece en Panamá en otra escala. Pero advierte que hay una diferencia: en las empresas norteamericanas, cuando un alto ejecutivo fallece por SIDA, se consigue el recambio con cierta facilidad por la existencia de numerosos profesionales de primer nivel. Pero en Panamá, donde no existe un nutrido contingente de mano de obra calificada, la situación puede afectar la marcha de la administración del mismo canal y de las empresas en general.
Afortunadamente, la presencia de Adán Ríos como enlace entre la medicina norteamericana y el Ministerio de Salud asegura un nexo excelente para posibilitar la transferencia tecnológica en beneficio de los panameños. No solamente en el área del SIDA y de la oncología sino en muchas más de medicina crítica se podrá obtener resultados que robustezcan la endeble política sanitaria del país, merced a los contactos profesionales de Adán Ríos en Estados Unidos.
Innumerables panameños llegaron y siguen llegando a Houston en busca de tratamiento a sus dolencias y encuentran en Adán Ríos, no solamente a un excelente galeno que abre puertas para obtener pronta atención en el M.D Anderson, o en la clínica donde labora Oncol International Lt. o en otros centros médicos sino a un amigo y paisano, a un ser humano de una gran vocación de servicio que irradia bondad y desparrama optimismo a las personas atribuladas por la enfermedad de un pariente y a éstos mismos.
Por esta y otras razones en la hoja de servicios profesionales y humanos de Adán Ríos es que muchos panameños, humildes y poderosos, sanos y enfermos, consideran que él, que ya era un embajador natural y espontáneo de las causas panameñas, va a hacer mucho por la salud panameña ahora que el gobierno de Mireya Moscoso ha tenido el acierto de nombrarlo Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Promoción de la Salud.
En los muchos años que Adán Ríos Abrego ha utilizado su valioso tiempo atendiendo personalmente a muchos panameños sin ningún interés económico, como nos consta, hemos comprobado en esta tierra panameña cómo admiran a este hombre de corazón de oro que cumple más allá de lo que prescribe el juramento hipocrático y lo asume como un compromiso ante la ley de Dios; hemos comprobado como lo respetan el cuerpo médico, panameños del Chorrillo y de Punta Paitilla, el Shah de Irán a quien atendió en su exilio en Panamá, al campesino Juan Jiménez del interior y en el Palacio de las Garzas, por su calidad científica y humana, por su don de ayuda a sus semejantes. Panamá se honra con esta decisión diplomática.
Porque este médico panameño de brillante prestigio en entidades de reconocida fama internacional como el Centro Médico de Houston, Texas, uno de los centros oncológicos de mayor renombre en Estados Unidos y el mundo, quien reside en Houston, luchando contra el cáncer desde 1975, va a realizar un trabajo de primer orden en apoyo de los programas del Ministerio de Salud. Uno de esos programas tiene que ver con el flagelo del SIDA y tendrá como base de investigación el Instituto Conmemorativo Gorgas, donde en 1975 prestó servicios y en 1984 como consultor honorario.
El doctor Ríos fue uno de los primeros médicos en comprender en Estados Unidos que el SIDA, al principio mal interpretado como una dolencia exótica que sólo afectaba a grupos específicos de la sociedad, iba a convertirse con el transcurrir del tiempo en un flagelo de enormes y graves repercusiones a cualquier nivel.
Venciendo incomprensiones al principio, el doctor Ríos batalló en el génesis de una conciencia antiSIDA en Estados Unidos. Organizó conferencias científicas internacionales a las que acudieron pioneros en el descubrimiento del mal como el médico francés Luc Montaguier, quien viajó de Francia, respondiendo al llamado de Adan Ríos, dictó una charla memorable y al día siguiente tomó el avión de regreso a París. Había cruzado el Atlántico para apoyar la cruzada del panameño Adan Ríos.
Gracias a su amistad personal con el ex - campeón mundial peso pesado George Foreman, el pugilista hizo una importante donación al Centro Médico de Houston, Texas, para apoyar las investigaciones sobre el cáncer y el SIDA. En la ceremonia de entrega del cheque, Foreman dijo: "Me he subido a este ring porque me lo ha pedido Adán."
Como médico y como panameño al doctor Ríos le preocupa sobremanera el impacto del SIDA en la fuerza laboral. Menciona que cuando el canal pase a la administración panameña y se produzcan contactos humanos cotidianos entre extranjeros y nacionales. "El canal ha estado bajo un régimen ceñido a las regulaciones militares norteamericanas que restringían el contacto humano. Pero Panamá le dará una fisonomía civil al canal. Debemos prepararnos para prevenir los contagios que puedan producirse por ese contacto humano mediante programas de prevención, creando conciencia sobre los riesgos que acechan a los panameños", explicó el doctor Ríos.
Sobre el alcance de su nombramiento diplomático manifestó que "esta posición de Embajador me permitirá consolidar relaciones importantes en el campo científico y médico entre la República de Panamá y los Estados Unidos. A través de los años siempre ha existido un fuerte enlace entre las fuerzas de salud de nuestro país y Estados Unidos. De hecho el saneamiento de las áreas canaleras durante el inicio de la construcción del Canal de Panamá fue tal vez el factor más importante en lograr la culminación de esta importante obra. De allí, que aquéllos que hemos crecido a la sombra de ese gigantesco logro entendamos íntimamente la importante relación que existe entre la salud y el desarrollo económico de una región. Nuestra posición nos permitirá redoblar nuestros esfuerzos y nos dejará expandirlos en una medida importante. La educación médica y el desarrollo de programas de investigación constituyen también elementos importantes de esta labor. Finalmente haremos un esfuerzo muy especial por continuar dando a nuestro país la preeminencia que siempre ha gozado dentro del concierto de las naciones hermanas de la región en cuanto a salud se refiere, dando fiel cumplimiento al lema de nuestro escudo de armas, Promundi Beneficio. Este lema ha definido la esencia de un pueblo que, sin afán ni anhelo de poder, ha dedicado su existencia al servicio de la humanidad".
Conceptúa el doctor Ríos que "estos esfuerzos incluirán: la facilitación de la transferencia tecnológica, el intercambio de conocimientos, la orientación a pacientes y el fortalecimiento de programas ya establecidos, así como la creación de nuevos programas necesarios a nuestro país en su entrada al nuevo milenio."
Añadió que en Estados Unidos el SIDA tiene un serio impacto en la fuerza laboral y que lo mismo acontece en Panamá en otra escala. Pero advierte que hay una diferencia: en las empresas norteamericanas, cuando un alto ejecutivo fallece por SIDA, se consigue el recambio con cierta facilidad por la existencia de numerosos profesionales de primer nivel. Pero en Panamá, donde no existe un nutrido contingente de mano de obra calificada, la situación puede afectar la marcha de la administración del mismo canal y de las empresas en general.
Afortunadamente, la presencia de Adán Ríos como enlace entre la medicina norteamericana y el Ministerio de Salud asegura un nexo excelente para posibilitar la transferencia tecnológica en beneficio de los panameños. No solamente en el área del SIDA y de la oncología sino en muchas más de medicina crítica se podrá obtener resultados que robustezcan la endeble política sanitaria del país, merced a los contactos profesionales de Adán Ríos en Estados Unidos.
Innumerables panameños llegaron y siguen llegando a Houston en busca de tratamiento a sus dolencias y encuentran en Adán Ríos, no solamente a un excelente galeno que abre puertas para obtener pronta atención en el M.D Anderson, o en la clínica donde labora Oncol International Lt. o en otros centros médicos sino a un amigo y paisano, a un ser humano de una gran vocación de servicio que irradia bondad y desparrama optimismo a las personas atribuladas por la enfermedad de un pariente y a éstos mismos.
Por esta y otras razones en la hoja de servicios profesionales y humanos de Adán Ríos es que muchos panameños, humildes y poderosos, sanos y enfermos, consideran que él, que ya era un embajador natural y espontáneo de las causas panameñas, va a hacer mucho por la salud panameña ahora que el gobierno de Mireya Moscoso ha tenido el acierto de nombrarlo Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Promoción de la Salud.
En los muchos años que Adán Ríos Abrego ha utilizado su valioso tiempo atendiendo personalmente a muchos panameños sin ningún interés económico, como nos consta, hemos comprobado en esta tierra panameña cómo admiran a este hombre de corazón de oro que cumple más allá de lo que prescribe el juramento hipocrático y lo asume como un compromiso ante la ley de Dios; hemos comprobado como lo respetan el cuerpo médico, panameños del Chorrillo y de Punta Paitilla, el Shah de Irán a quien atendió en su exilio en Panamá, al campesino Juan Jiménez del interior y en el Palacio de las Garzas, por su calidad científica y humana, por su don de ayuda a sus semejantes. Panamá se honra con esta decisión diplomática.
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