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El arte urbano se apodera del corazón de París
EFE - Publicado:
Los muros de un abandonado edificio de viviendas sociales junto al río Sena, en pleno corazón de París, se han llenado de color y vida de a mano de un centenar de artistas callejeros que han plasmado en ellos su talento urbano en un monumento efímero que apenas durará un mes, antes de su demolición.Un centenar de "grafiteros" procedentes de 16 países han invadido las paredes, el techo, el suelo y la fachada del inmueble, los 36 apartamentos repartidos en nueve pisos, un total de 4.500 metros cuadrados de arte callejero en estado puro."Torre París 13" es un museo en carne viva, arte al alcance de la mano que solo podrá visitarse el próximo mes de octubre, el tiempo que esta original idea permanecerá abierta, de forma gratuita, como homenaje a un tipo de arte que gana espacio en las ciudades."Este es un proyecto desinteresado, nadie ha cobrado y nadie se llevará dinero", asegura a Efe el galerista Mehdi Ben Cheikh, especializado en el "street art" y padre intelectual de la idea.Habituado a descubrir descarnados muros exteriores para plasmar en ellos obras callejeras, Mehdi se encontró con un edificio situado frente al Sena, totalmente dispuesto a acoger toneladas de pintura en forma de "grafitis".Con el respaldo de las autoridades municipales se lanzó al proyecto de crear el mayor museo de arte callejero del mundo.Con una única condición: Que fuera efímero."La destrucción de la obra forma parte de la obra, es el final de la aventura.Esto está hecho para ser destruido, no para perdurar.Hoy en día hay televisión, fotografía, internet,...no hace falta la obra material.El arte callejero es más hermoso cuando desaparece y queda solo en nuestra memoria", afirma.Entusiasmado con la idea, Mehdi tiró de agenda y logró convencer a un centenar de artistas procedentes de los cinco continentes, desde Arabia Saudí a Brasil, de Australia a Chile, de Argentina a España."El arte urbano es el primero que es totalmente internacional y nosotros teníamos que mostrar lo que pasa en todo el mundo, porque esa es su fuerza, que lo hacen árabes, chinos, latinos,...", señala."Qué le hubiera pasado al cubismo si no solo se hubiera hecho en Europa y América del Norte? Hubiera tenido más potencia, se habría enriquecido con visiones diferentes procedentes de mundos diferentes.Al arte callejero le pasa eso", insiste.Mehdi situó a cada artista ante el reto de crear una obra contenida en uno de los apartamentos del edificio."Con derecho a todo, a mantener lo que allí encontraban, a arrancar el suelo, a derribar muros,...todo estaba permitido", relata.La idea, agrega, "era que cada uno recreara en su espacio su universo artístico, no que pintaran una pared, prefería que envolvieran al espectador con su idea del arte".Con ese impulso, el edificio comenzó a cobrar vida, a lo largo de los siete meses que duró la preparación.El colorido de diferentes interpretaciones del "grafiti", la reconstrucción de una habitación derruida por un bombardeo, el juego de luces recreado a través de lazos, el tiempo detenido en una vieja cocina...tantas interpretaciones como artistas participaron en la obra.La española BToy tardó un par de días en saber lo que quería crear."Nunca me había enfrentado a un reto así, era algo diferente", relata a Efe.Sabedora de que lo que un día fue un inmueble de casas sociales iba a convertirse en un exclusivo edificio de alto "standing" al borde del Sena, la artista catalana dio a su obra un toque existencialista, con los retratos de Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir."Quería expresar los cambios que hay en este momento en la sociedad y que me parecía que estaban plasmados en la historia de ese edificio", agrega BToy, que utilizó pósters encontrados en el edificio, de los años 80, para crear un original mural.El brasileño Ethos tampoco dudó en acudir a la llamada de Mehdi."Es una oportunidad única, un proyecto diferente, debería repetirse más a menudo", dice a Efe.El carácter efímero de la obra es para el brasileño "parte de la misma"."Estamos acostumbrados a pintar sobre otras obras, a que la vida de la ciudad destruya lo que hacemos.Una ciudad se mueve y nuestro arte con ella", asegura.La destrucción será el último capítulo de la aventura.Mehdi promete otro momento de excepción, porque el derrumbe del edificio se hará de forma espectacular; primero caerá la fachada y los apartamentos serán visibles desde el exterior.Todo ello, al igual que el proceso de creación, estará firmado por cámaras de televisión para convertirse en un documental, el único rastro que quedará de este monumento al arte urbano.