El lenguaje integral
Publicado 2002/08/27 23:00:00
- Guaynabo, Puerto Rico
Esos dulces sonidos que nuestros hijos emiten en su primera infancia, son el principio de la formación de un complejo sistema de comunicación que los acompañará el resto de su vida. Su nivel de lenguaje decidirá su rendimiento escolar y su percepción ante los demás. La Dra. Ruth Sáez Vega, especialista en Didáctica de la Lectura y Escritura, nos dio valiosas recomendaciones para hacer del lenguaje integral algo funcional para nuestros hijos.
Lo primero que sugirió fue estimular a nuestros hijos en términos lingüísticos, hablarles y leerles mucho desde antes que nazcan y cuando son bebés; la lectura de cuentos, de poemas y las canciones de cunas ayudan a los niños a desarrollarse lingüística e intelectualmente.
Los padres tenemos que contestar las interrogantes de los niños y replantearle nuevas preguntas. Por ejemplo, si un niño te hace una interrogante, preguntarle por qué cree que es así, o ¿tú que crees?. De esta manera los niños comienzan a cuestionarse y ven en la lengua oral un mecanismo para comunicarse y divertirse.
Para desarrollar la lengua escrita, Sáez Vega indicó que los niños a quienes se les lee, no necesariamente aprenden a leer más rápido, sino de una manera más efectiva, además reconocen en la lectura un instrumento vital en sus vidas.
"Tenemos que aceptar que los niños están leyendo a muy temprana edad, las etiquetas de los productos que ellos consumen, los conocen muy bien, nadie les ha tenido que decir que ahí dice tal cosa", manifestó. Los niños de las sociedades alfabetizadas aprenden muy rápido acerca de la lengua impresa. Lo que tenemos que hacer los adultos es reconocerlo, aceptarlo, valorarlo y partir de allí.
En opinión de la experta, el mensaje que le dan los métodos tradicionales para aprender a leer es que el lenguaje es segmentado y que no hay que entender, comprender, ni darle sentido a lo que se lee, simplemente tiene que sonar bien y ser preciso.
La doctora reveló que al tratar de ser precisos, los pequeños silabean y leen fragmentando las palabras, aún cuando saben lo que dice allí. Pero como les están enseñando que tienen que sonar cada letra, entonces ellos en ese intento no leen como deben y saben hacerlo.
Si el sistema educativo es tan rígido, ¿qué podemos hacer los padres en casa para que nuestros hijos no queden a la saga?, La Dra. Ruth Sáez Vega respondió que los padres tenemos que ser entes activos en su educación; en los casos donde los padres tienen cierto poder en las escuelas donde estudian sus hijos, hacer lo posible por fomentar el cambio. Si no se tiene ese privilegio, los padres debemos acercarnos y dialogar con los docentes e investigar lo que está sucediendo en el aula, porque en la medida en que lo sepamos podemos apoyar la labor docente y el aprendizaje de nuestros niños. La especialista recalcó la importancia de la integración, el diálogo y de saber lo que está ocurriendo. Leer con los pequeños les va a ayudar muchísimo.
Otra cosa que podemos hacer es ayudarles a que no pierdan la fe en sí mismos, pese a las condiciones de la escuela y su estructura. Tenemos que hacerles ver que pese a lo esté ocurriendo tiene que tener fe en sus ideas y propuestas y aunque sus maestras no los escuchen, tienen que saber que nosotros sí lo hacemos.
Lo primero que sugirió fue estimular a nuestros hijos en términos lingüísticos, hablarles y leerles mucho desde antes que nazcan y cuando son bebés; la lectura de cuentos, de poemas y las canciones de cunas ayudan a los niños a desarrollarse lingüística e intelectualmente.
Los padres tenemos que contestar las interrogantes de los niños y replantearle nuevas preguntas. Por ejemplo, si un niño te hace una interrogante, preguntarle por qué cree que es así, o ¿tú que crees?. De esta manera los niños comienzan a cuestionarse y ven en la lengua oral un mecanismo para comunicarse y divertirse.
Para desarrollar la lengua escrita, Sáez Vega indicó que los niños a quienes se les lee, no necesariamente aprenden a leer más rápido, sino de una manera más efectiva, además reconocen en la lectura un instrumento vital en sus vidas.
"Tenemos que aceptar que los niños están leyendo a muy temprana edad, las etiquetas de los productos que ellos consumen, los conocen muy bien, nadie les ha tenido que decir que ahí dice tal cosa", manifestó. Los niños de las sociedades alfabetizadas aprenden muy rápido acerca de la lengua impresa. Lo que tenemos que hacer los adultos es reconocerlo, aceptarlo, valorarlo y partir de allí.
En opinión de la experta, el mensaje que le dan los métodos tradicionales para aprender a leer es que el lenguaje es segmentado y que no hay que entender, comprender, ni darle sentido a lo que se lee, simplemente tiene que sonar bien y ser preciso.
La doctora reveló que al tratar de ser precisos, los pequeños silabean y leen fragmentando las palabras, aún cuando saben lo que dice allí. Pero como les están enseñando que tienen que sonar cada letra, entonces ellos en ese intento no leen como deben y saben hacerlo.
Si el sistema educativo es tan rígido, ¿qué podemos hacer los padres en casa para que nuestros hijos no queden a la saga?, La Dra. Ruth Sáez Vega respondió que los padres tenemos que ser entes activos en su educación; en los casos donde los padres tienen cierto poder en las escuelas donde estudian sus hijos, hacer lo posible por fomentar el cambio. Si no se tiene ese privilegio, los padres debemos acercarnos y dialogar con los docentes e investigar lo que está sucediendo en el aula, porque en la medida en que lo sepamos podemos apoyar la labor docente y el aprendizaje de nuestros niños. La especialista recalcó la importancia de la integración, el diálogo y de saber lo que está ocurriendo. Leer con los pequeños les va a ayudar muchísimo.
Otra cosa que podemos hacer es ayudarles a que no pierdan la fe en sí mismos, pese a las condiciones de la escuela y su estructura. Tenemos que hacerles ver que pese a lo esté ocurriendo tiene que tener fe en sus ideas y propuestas y aunque sus maestras no los escuchen, tienen que saber que nosotros sí lo hacemos.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.