El Papa abrirá la Puerta Santa en Navidad

Juan Pablo II abrirá la noche de Navidad la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, inaugurando así el Jubileo del año 2000, el primero en la historia que cierra un milenio e inicia otro.
Más de 1.500 millones de personas --un récord histórico para la televisión-- asistirán al acontecimiento en el mundo entero, ante unos 500 millones de pantallas, según los expertos de la televisión italiana, que se encargará de los enlaces continentales.
Se trata del 26 año santo celebrado por la Iglesia católica desde el primero realizado por el Papa Bonifacio VIII, en 1300.Los Jubileos ordinarios, que evocan el aniversario del nacimiento de Jesucristo, se celebran cada 25 años.
Los Jubileos extraordinarios pueden realizarse para conmemorar la muerte de Cristo y la Redención de la humanidad, según los cristianos, en los años 33 u 83, pero también en ocasión de acontecimientos particulares.
Pío IV celebró un año santo en 1566 para implorar la defensa de la cristiandad contra los turcos, Juan Pablo II proclamó 1987 como año santo en honor de la Virgen.
Se atribuye un simbolismo preciso a la ceremonia, ya que esta puerta, para la iglesia, marca la separación entre lo sacro y lo profano, la división entre el interior de la iglesia y el exterior, el mundo.Según los cristianos, se trata de la "puerta del cielo", que se abre a quienes dejan atrás todo lo que no es digno de Dios.
Se prevén indulgencias para los peregrinos que atraviesan la Puerta Santa.Sin embargo, es necesario cumplir previamente con cuatro obligaciones: confesarse, comulgar, hacer una plegaria al Papa y tener "el corazón puro".
La Puerta Santa que Juan Pablo II abrirá el viernes está cerrada desde hace 16 años por un muro compuesto por 3.800 ladrillos, 3.200 de los cuales fueron "firmados" por los feligreses, que los "ofrecieron" al cierre.
Juan Pablo II será el único Papa de la historia, con Urbano VI en el siglo XIV, en atravesar dos veces la Puerta Santa para un Jubileo.
Durante el año santo, el Sumo Pontífice hará una autocrítica solemne por "los errores, la infidelidad, las incoherencias y la lentitud" en los que incurrieron los católicos a través de los siglos.
La Inquisición y el antisemitismo, dos capítulos sombríos en la historia de la Iglesia católica, serán mencionados por el Papa el primer domingo de Cuaresma, en marzo próximo.