El universal Rubén Darío: 104 años después
'Darío revolucionó el lenguaje y el gusto para hacerlo totalmente nuestro', opina la profesora Margarita Vásquez acerca del vate nicaragüense y su poesía universal.
El universal Rubén Darío: 104 años después
En el estudio de la poesía universal es de rigor mencionar a grandes plumas como Homero, Octavio Paz, Gabriela Mistral, Gustavo Adolfo Bécquer, Mario Benedetti, Pablo Neruda, Sor Juana Inés De La Cruz, Alfonsina Storni, Garcilaso de la Vega, Federico García Lorca, José Martí, José Asunción Silva, Amado Nervo, Edgar Allan Poe y, por supuesto, Rubén Darío (1867-1916).
A pocos días para el aniversario 104 de su muerte (6 de febrero de 1916), es menester repasar algunos aspectos de la vida de este genio de la literatura cuyo talento rebasó el tiempo y las fronteras y fue acicate para que otros grandes poetas dejaran también obras trascendentales. Y fueran fuente de inspiración a los que en su momento, como Darío, se alimentaban del aporte de predecesores para darle alas a su creatividad. En su caso, fue influenciado por Gustavo Adolfo Bécquer y Víctor Hugo.
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La belleza y musicalidad de sus versos, extasían al lector. Entre sus más famosos poemas están: "A Margarita Debayle" y "Sonatina". También es bien conocido "Los motivos del lobo", cuyo mensaje, en el decadente mundo actual donde la doble moral es el pan de cada día, cobra una vigencia irrefutable.
Autor de una docena de poemarios (se incluye "Lira Póstuma", Madrid 1919) y 13 libros en prosa (incluyendo "Prosa dispersa", Madrid, Mundo Latino, 1919), el también periodista ("La Nación") y diplomático, es recordado y exaltado año tras año. En Panamá, precisamente la semana pasada la Academia Panameña de la Lengua le rindió homenaje.
Acerca del legado de este gran poeta "trotamundos" nacido en Nicaragua, a quien se llamó "El Príncipe de las letras", cuya poesía lo trascendió, la profesora Margarita Vásquez, también Académica, compartió su opinión con Panamá América.
¿Cómo fue su primer acercamiento a la obra de Darío?
Muy atrás en el tiempo de mi vida, en el quinto grado de mi escuela, fue mi primer encuentro con Rubén Darío. Memoricé el poema "Del trópico".
¿Cuáles son los libros y/o poemas que más disfruta de este autor?
Desde entonces, Rubén Darío me acompaña. Anita Villalaz me puso a aprenderme A Margarita Debayle y se las repetí hasta el cansancio a mis hijos: /Y se fue camino arriba/ por la luna, y más allá/, mas lo malo es que ella iba/ sin permiso del papá/. ¡Qué susto daba aquella idea: ¡irse sin permiso del papá! Y, después, Los motivos del lobo: /El varón que tiene corazón de lis/ alma de querube, lengua celestial/ el mínimo y dulce Francisco de Así/ está con un rudo y torvo animal/. Y, después, Sonatina. Nada, que en aquellos años los maestros nos hacían darnos un banquete de poemas … y aquello nos fortaleció la vida, la memoria y el habla. También la conciencia de ser hispanoamericanos, y así nos aprendimos Caupolicán.
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Cuando llegué a la universidad supe cuál es la grandeza de Darío, a quien ya amaba para siempre: con él aprendí cómo los hispanohablantes nos apropiamos e hicimos nuestras las más bellas y difíciles formas poéticas, y desde los grandes salones franceses fueron adquiriendo nuestro propio ritmo y espíritu. Darío revolucionó el lenguaje y el gusto para hacerlo totalmente nuestro. Hay que repetir con él: /Únanse, brillen, secúndanse tantos vigores dispersos;/ formen todos un solo haz de energía ecuménica/ Sangre de Hispania fecunda, sólidas, ínclitas razas,/ muestren los dones pretéritos que fueron antaño su triunfo./Vuelva el antiguo entusiasmo, vuelva el espíritu ardiente/ que regará lenguas de fuego en esa epifanía/.
Más sobre el poetaDarío, quien es mayormente conocido por sus libros "Azul" (1888), "Prosas Profanas" 1896, "Cantos de vida y esperanza" (1905), cultivó la poesía desde la niñez. Esta lo trascendió.
Visos de la genialidad de Darío (cuyo nombre era Félix Rubén García Sarmiento) se apreciaron desde la primera infancia.
"Precoz versificador infantil, el mismo Rubén no recordaba cuándo empezó a componer poemas, pero sí que ya sabía leer a los tres, y que a los seis empezó a devorar los clásicos que halló en la casa; a los trece ya era conocido como poeta, y a los catorce concluyó su primera obra", se lee en el site Biografías y vidas.
Darío en cuya memoria han sido creados por lo menos seis premios, entre nacionales e internacionales, fue admirador de "Emerson, Poe y Whitman", según registra Wikipedia, que da cuenta de su vida y obra.
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