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La mujer en el teatro
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La evolución del drama y el teatro es una de las historias más entretenidas jamás contadas.El ser humano evoluciona y va dando origen a formas artísticas diversas que culminan con un gran final que es la puesta en escena.El drama es uno de los documentos más importantes en el registro de la evolución humana.En los textos dramáticos, los dramaturgos han contado la historia según las circunstancias del momento que viven.Es así como comprobamos la participación de las civilizaciones en el transcurso de la historia teatral y mucho más aún la participación de la mujer en este proceso.En la antigua Grecia, hombres, mujeres y niños participaban de rituales en honor al dios de la fertilidad con motivo de la llegada de la primavera.Los griegos se lanzaban a las calles con disfraces, máscaras, y ofrendas para entregarse de forma desenfrenada a este intercambio entre hombres y dioses, conocido por los investigadores como "faloforia".El "falo" o pene como símbolo de la fertilidad no limitaba a la mujer en dicha procesión teatral.Sin embargo, cuando el teatro griego evolucionó hacia una forma más académica, la mujer fue eliminada de la escena griega.A pesar de esto, los dramaturgos mantuvieron a la mujer entre sus personajes con la única cualidad que las mismas eran interpretados por hombres.La asistencia de mujeres a los teatros griegos también ha sido motivo de debate.Algunos piensan que las mujeres podían asistir exclusivamente a las presentaciones trágicas mas sin embargo no podían asistir a las comedias y mucho menos a las sátiras por el supuesto carácter sexual de las mismas.Otros estudios demuestran que la mujer no podía asistir bajo ningún concepto.El "theatron", lugar donde se sentaba el público en el teatro griego, era probable que estuviera dividido por tribus en el que solo podían ir los hombres como jefes de las mismas.Esta situación cambia radicalmente con la llegada del Imperio Romano.La mujer participaba conjuntamente con el hombre de los festivales teatrales y de entretenimiento.En el caso de la actuación, surge una forma denominada pantomima, muy similar al ballet, que permitía la participación de actrices.Con la decadencia de Roma no es extraño pensar que esta pantomima lograra ser uno de los entretenimientos favoritos de ricos y pobres al exhibir relaciones sexuales en vivo como parte del espectáculo.Con la llegada de la Edad Media, el teatro desaparece.La iglesia prohibe la práctica teatral y determina sanciones para aquellos que lo realizan o lo ven.Paradójicamente es en el seno de los monasterios medievales donde el teatro resurge.Esta actividad sigue la tradición heredada de los griegos y romanos donde solo los hombres podían actuar.Sin embargo, es en este período donde aparece la primera mujer dramaturga de todos los tiempos: Hrosvitha de Gandersheim.Para sorpresa de muchos, Hrosvitha (935-973 d.C) era canonesa de un monasterio alemán quien escribió seis obras teatrales inspirada en los modelos romanos.Después de la caída del Imperio Romano, la iglesia fue depositaria de los manuscritos de la época por lo que controlaba el conocimiento de los pueblos y el manejo de la lengua.Hrosvitha tomó como modelo las comedias de Terencio y escribió las suyas usando temas religiosos.No se sabe a ciencia cierta si sus obras fueron montadas en su época.Sus textos dramáticos, publicados en 1501, fueron de gran influencia en el desarrollo de la dramaturgia religiosa y didáctica del siglo XVI.Más aún, estas obras tienen un lugar especial en la historia del teatro por ser la primera mujer dramaturga que se conoce; y por representar la esencia de una perspectiva feminista en drama.Avanzando hacia el Renacimiento, Italia retoma los clásicos y se posesiona en la vanguardia de los movimientos teatrales renacentistas.Francia decide ser el líder cultural y político de Europa importando lo mejor de Italia y de las potencias circundantes.En el caso de España e Inglaterra, la tradición medieval continúa.La presencia de mujeres en el escenario no era una práctica aceptable en estos países.Mientras que Inglaterra se mantiene férrea en esta decisión, España abre el compás y permite la presencia de mujeres en el escenario bajo dos condiciones: Debía estar casada con uno de los miembros de la compañía o debía tener chaperona.Durante el Renacimiento, la asistencia a las obras era permitida a ambos sexos, aunque no era propio que una mujer sola fuera al teatro.Las salas tenían ciertas variaciones en el arreglo del público dependiendo de la ubicación, la clase y el sexo.En algunos casos, habían lugares específicamente para mujeres y otros para hombres.En Inglaterra por ejemplo, los palcos recibían el nombre de "Lord´s room".Aquí, además del prestigio de tener un palco privado, el "Lord" podía intercambiar experiencias sexuales con cortesanas o prostitutas que comerciaban con el público del teatro.Con la llegada de la Restauración de la Corona Inglesa hacia finales del siglo XVII, la sociedad de Inglaterra se desborda de forma ostentosa y decadente.Igualmente el teatro.Es en este período cuando surge la profesión de dramaturga y actriz de teatro.Aphra Behn (1640-1689) además de ser la primera mujer inglesa en escribir drama, fue también la primera en ganarse la vida escribiendo poesía y novela, además de teatro.Además de Aphra, otra inglesa, Nell Gwynn (1650-1687) descolla como actriz de teatro.Después de varios años de puritanismo, el teatro de Restauración después de 1660 vino a ser una de las formas de entretenimiento favoritas, mucho más ahora con la introducción de actrices.Nell se inicia como vendedora de naranjas, y prontamente se convierte en amante de varios "Lords" y favorita de muchos.Esta práctica, bastante común en la época, y sumado al hecho del prestigio del teatro, las actrices se convirtieron en las amantes favoritas de los ingleses.Nell se convierte en actriz y rápidamente adquiere fama.A pesar de su ascendente carrera artística, Nell abandona el teatro poco después de convertirse en la amante favorita del Rey Carlos II y madre de sus dos hijos.El teatro sigue su curso paralelo a la evolución del ser humano y de sus formas de pensar.Ambos sobreviven revoluciones y se adaptan a los cambios de las épocas.La mujer continúa haciendo su espacio en el teatro y en la sociedad.En la era de las estrellas del siglo XIX, Sarah Bernahrdt y Eleanora Duse dominaron la escena internacional y dieron gran prestigio a la profesión de actriz de teatro.Incluso, dieron vuelta a la historia teatral al demostrar que ellas también podían interpretar roles masculinos con gran éxito tales como Hamlet.Durante el siglo XIX, la mujer sobrepasó su fama como actriz de teatro y también como productora y gerente de compañías teatrales.En los Estados Unidos, Laura Keene (1826-1873) abrió su propia compañía y la llevó adelante en contra de aquellos que se oponían al ejercicio de una profesión entonces considerada masculina.Ella, además de actuar y gerenciar salas de teatro, fue una de las pioneras en llevar su compañía de gira y lograr fama internacional como una mujer emprendedora y capaz.El siglo XX trae consigo una serie de cambios que permiten la incursión de mujeres en el desarrollo del drama y del teatro.Muchas de ellas han marcado hitos y revolucionado la historia con montajes y textos audaces.Personajes femeninos como Madre Coraje, Nora, Bernarda Alba, Blanche y muchas más, han servido de inspiración para fomentar la tolerancia social y crear un mundo más humano de perspectivas amplias y diferentes en el respeto de la diversidad cultural.Nota: El autor es Director Nacional de Extensión Cultural-INAC