Los afrodísiacos: mitos o realidades
Publicado 2004/06/06 23:00:00
- Dra. Geraldine Emiliani
El hombre desde tiempos inmemoriales ha recurrido a determinadas sustancias en su intento de estimular el deseo e intensificar la potencia sexual y, ha incluido plantas, insectos, testículos o cuernos de animales, comida, bebidas alcohólicas, filtros amorosos, drogas o preparados medicinales. La mayoría funciona gracias a la imaginación y actúa sobre el centro nervioso del cuerpo (el hipotálamo) encargado de disponer de la función sexual. Esta teoría fue la que despertó la curiosidad de los hombres, que no han cesado en la búsqueda de nuevos y "prodigiosos" estimulantes. Veamos:
Mito: La raíz de mandrágora o la raíz oriental del ginseng se asemejan a la forma del pene, por tanto actúa como estimulante.
Falso. Ambas sustancias son inductoras del sueño, por lo que no resultan muy estimulantes. Los primeros afrodisíacos se asociaron a alimentos y plantas con formas genitales de ambos sexos. Ése es el caso del nabo, la mandrágora, los espárragos, las ostras, o las almejas.
Mito: el efecto de la mosca española es excitante.
Falso. Es una sustancia altamente tóxica que consiste en una irritación del sistema digestivo y urinario que puede provocar sensaciones parecidas a la excitación sexual y da lugar a ulceraciones y hemorragias de las vías urinarias. Una sobredosis puede llegar a producir la muerte.
Mito: el uso del alcohol aumenta el estímulo sexual.
Falso: Su efecto se basa en la desinhibición que produce, con la consiguiente liberación del deseo sexual, pero no es un verdadero estimulante. El alcohol provoca el deseo pero impide su ejecución ya que ingerido a altas dosis es capaz de inhibir la erección en el hombre y puede causar sopor en la mujer.
Mito: La polenta y el queso mozzarella tienen fama de afrodisíacos.
Falso: Es una costumbre italiana antigua recomendar a los novios en la noche de bodas consumir sustancias carentes de triptófano (polenta y mozzarella), que tienen fama de estimulantes.
Mito: Las fresas, el champán y los alimentos marinos son estimulantes del apetito sexual.
Falso: En la cocina afrodisíaca encontramos multitud de alimentos que son considerados estimulantes del apetito sexual, algunos de ellos tan conocidos como las fresas y el champán y los alimentos marinos: ostras, langosta, aleta de tiburón, caviar, anguila, gambas, o cualquier otro marisco. No tienen efectos a largo plazo, situación que no ha impedido su "fama" de estimulantes. En la mayoría de los casos, los supuestos efectos potenciadores que provocan son más bien producto de la imaginación.
Mito: Los perfumes aromas y esencias suelen ser poderosos estimulantes sexuales.
Falso: Nuestro sentido del olfato está muy ligado anatómicamente con partes del cerebro vinculadas a la emoción. Es por ello que una fragancia puede despertar recuerdos, sentimientos y energía. Estas "pociones olorosas" se disfrazan de jazmines, azahares, rosas, nardos y maderas de sándalo con el único propósito de enamorar y estimular a todo aquel que cree ser cautivado por el aroma natural de la pareja en cuestión.
Mito: Las feromonas humanas es un vigoroso afrodisíaco.
Cierto: El aroma más afrodisíaco es el del propio cuerpo humano. Las feromonas humanas del sexo son sustancias químicas naturales que el cuerpo exhala; no tienen olor y provocan reacciones en la otra persona a través del olfato. Se dice que influyen en las relaciones sexuales entre hombre y mujer y potencian el deseo sexual. Ahora se venden concentraciones de estas feromonas humanas sintetizadas en laboratorios en pequeñas botellas.
Mito: el Viagra y el Viacreme son afrodisíacos.
Falso: El Viagra no es un afrodisíaco, ya que no estimula la apetencia sexual, sólo funciona cuando existe un problema real de disfunción eréctil. Viacreme es conocida como la Viagra femenina cuya finalidad es despertar la libido en las mujeres. Al igual que el Viagra, no es un afrodisíaco, ya que debe existir una estimulación sexual como complemento al uso de esta crema.
El poder de muchos de los afrodisíacos radica en la tradición, las creencias y las costumbres, y no en los hechos. El mejor afrodisíaco es el ser humano a través de la mente y es el instinto el que enciende el deseo sexual. La imaginación y la creatividad de cada uno pueden llevar a conseguir las metas propuestas, mejor que cualquier alimento o sustancia estimulante, aunque éstos pueden servir de aliciente.
En conclusión, el único afrodisíaco universal que existe sigue siendo una pareja sexual suficientemente madura en un ambiente agradable y propicio. Sin olvidar que el sexo con amor es mil veces más estimulante.
Mito: La raíz de mandrágora o la raíz oriental del ginseng se asemejan a la forma del pene, por tanto actúa como estimulante.
Falso. Ambas sustancias son inductoras del sueño, por lo que no resultan muy estimulantes. Los primeros afrodisíacos se asociaron a alimentos y plantas con formas genitales de ambos sexos. Ése es el caso del nabo, la mandrágora, los espárragos, las ostras, o las almejas.
Mito: el efecto de la mosca española es excitante.
Falso. Es una sustancia altamente tóxica que consiste en una irritación del sistema digestivo y urinario que puede provocar sensaciones parecidas a la excitación sexual y da lugar a ulceraciones y hemorragias de las vías urinarias. Una sobredosis puede llegar a producir la muerte.
Mito: el uso del alcohol aumenta el estímulo sexual.
Falso: Su efecto se basa en la desinhibición que produce, con la consiguiente liberación del deseo sexual, pero no es un verdadero estimulante. El alcohol provoca el deseo pero impide su ejecución ya que ingerido a altas dosis es capaz de inhibir la erección en el hombre y puede causar sopor en la mujer.
Mito: La polenta y el queso mozzarella tienen fama de afrodisíacos.
Falso: Es una costumbre italiana antigua recomendar a los novios en la noche de bodas consumir sustancias carentes de triptófano (polenta y mozzarella), que tienen fama de estimulantes.
Mito: Las fresas, el champán y los alimentos marinos son estimulantes del apetito sexual.
Falso: En la cocina afrodisíaca encontramos multitud de alimentos que son considerados estimulantes del apetito sexual, algunos de ellos tan conocidos como las fresas y el champán y los alimentos marinos: ostras, langosta, aleta de tiburón, caviar, anguila, gambas, o cualquier otro marisco. No tienen efectos a largo plazo, situación que no ha impedido su "fama" de estimulantes. En la mayoría de los casos, los supuestos efectos potenciadores que provocan son más bien producto de la imaginación.
Mito: Los perfumes aromas y esencias suelen ser poderosos estimulantes sexuales.
Falso: Nuestro sentido del olfato está muy ligado anatómicamente con partes del cerebro vinculadas a la emoción. Es por ello que una fragancia puede despertar recuerdos, sentimientos y energía. Estas "pociones olorosas" se disfrazan de jazmines, azahares, rosas, nardos y maderas de sándalo con el único propósito de enamorar y estimular a todo aquel que cree ser cautivado por el aroma natural de la pareja en cuestión.
Mito: Las feromonas humanas es un vigoroso afrodisíaco.
Cierto: El aroma más afrodisíaco es el del propio cuerpo humano. Las feromonas humanas del sexo son sustancias químicas naturales que el cuerpo exhala; no tienen olor y provocan reacciones en la otra persona a través del olfato. Se dice que influyen en las relaciones sexuales entre hombre y mujer y potencian el deseo sexual. Ahora se venden concentraciones de estas feromonas humanas sintetizadas en laboratorios en pequeñas botellas.
Mito: el Viagra y el Viacreme son afrodisíacos.
Falso: El Viagra no es un afrodisíaco, ya que no estimula la apetencia sexual, sólo funciona cuando existe un problema real de disfunción eréctil. Viacreme es conocida como la Viagra femenina cuya finalidad es despertar la libido en las mujeres. Al igual que el Viagra, no es un afrodisíaco, ya que debe existir una estimulación sexual como complemento al uso de esta crema.
El poder de muchos de los afrodisíacos radica en la tradición, las creencias y las costumbres, y no en los hechos. El mejor afrodisíaco es el ser humano a través de la mente y es el instinto el que enciende el deseo sexual. La imaginación y la creatividad de cada uno pueden llevar a conseguir las metas propuestas, mejor que cualquier alimento o sustancia estimulante, aunque éstos pueden servir de aliciente.
En conclusión, el único afrodisíaco universal que existe sigue siendo una pareja sexual suficientemente madura en un ambiente agradable y propicio. Sin olvidar que el sexo con amor es mil veces más estimulante.
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