Los mesones B serían respuesta a misteiro de materia/antimateria
Publicado 2000/08/01 23:00:00
- IPAT
Washington, EFE
Las partículas conocidas como "mesones B" quizá expliquen por qué desde hace unos 13.000 millones de años la materia y la antimateria se contrarrestan cada vez que chocan pero sin embargo sigue habiendo materia en el universo.
Al menos ésa es la esperanza de científicos del Centro Stanford de Acelerador Lineal, en California (SLAC por sus siglas en inglés), el laboratorio Fermilab en Chicago y el Laboratorio nacional de Fisica de Alta Energía (KEK) en Japón, que dieron a conocer el l sus descubrimientos sobre los mesones B.
Según la teoría científica ahora predominante, el universo surgió cuando una "singularidad" (punto matemático donde desaparecen las características de nuestro universo espacial y temporal) eclosionó con energía más allá del límite de nuestra imaginación y, en una fracción de una millonésima de un segundo después, esa energía comenzó a "coagularse" en partículas elementales.
Quizá por aquello del Yin y el Yang, cada vez que la energía se convierte en masa lo hace en cantidades iguales de materia y antimateria.
Es decir, cada partícula de materia tiene una partícula opuesta de antimateria.
Y los experimentos en laboratorios han demostrado que cada vez que una partícula de materia se topa con una de antimateria, ambas se anulan en un torbellino de radiación.
Siempre de acuerdo con la teoría, ha pasado el tiempo suficiente como para que la materia y la antimateria se anularan totalmente desde que empezaron su danza cósmica, y nada debería existir, más que un vacío vibrante de radiación.
Pero no es así: cada mañana comprobamos que la materia sigue existiendo, y hay que tomar el desayuno, y salimos a trabajar, y hay que pagar las cuentas con las que adquirimos más cosas materiales.
La única explicación posible es que el universo es simétrico pero en algunos aspectos es más asimétrico que en otros y, en cierto modo, hay un "favoritismo" por la materia.
Durante décadas los científicos han buscado las pruebas de tal asimetría vigilando la conducta de los hadrones, esto es, pares de partículas de materia y antimateria producidos en las "trituradoras de átomos" en laboratorios muy avanzados.
En 1964 se obtuvo la primera prueba sólida de tal asimetría cuando un recuento de las partículas llamadas kaones mostró que éstos decaían a un promedio diferente de los antikaones por un margen de aproximadamente 1 a 500.
Desde entonces los científicos siguieron buscando pruebas más sólidas y han dado con los mesones B, pares de un quark y un antiquark, así llamados porque los primeros que se descubrieron tenían masas intermedias entre los leptones (partículas ligeras) y los bariones (partículas pesadas).
El mesón B tiene una masa 10 veces mayor que el kaon, y de hecho es unas cinco veces mayor que el protón.Su existencia dura aproximadamente una billonésima de segundo y luego puede descomponerse en muchas combinaciones.
En una presentación conjunta en Osaka, Japón, y en EEUU, los representantes del SLAC y el KEK indicaron el lunes que han encontrado una modalidad de descomposición en la cual, aproximadamente una de cada 10.000 veces el mesón B deriva en dos mesones más pequeños que muestran una asimetría a favor de la materia, según se informó en Stanford.
Las evidencias son ínfimas y se apoyan en algunos centenares de experimentos, pero "sobre la base de nuestras medidas, calculamos que la probabilidad de que ocurra alguna asimetría es del 93 por ciento", según Franco Bedeschi, portavoz del grupo investigador en Stanford.
Hirotaka Sugawara, director general del KEK, dijo que "la incertidumbre en los tres estudios es demasiado grande como para que afirmemos algo concluyente".
Pero lo que se ha logrado en las "tres fábricas de mesones B ha sido sin precedentes y es un logro tremendo", añadió."Esto es apenas el comienzo de la física de los mesones B".
Las partículas conocidas como "mesones B" quizá expliquen por qué desde hace unos 13.000 millones de años la materia y la antimateria se contrarrestan cada vez que chocan pero sin embargo sigue habiendo materia en el universo.
Al menos ésa es la esperanza de científicos del Centro Stanford de Acelerador Lineal, en California (SLAC por sus siglas en inglés), el laboratorio Fermilab en Chicago y el Laboratorio nacional de Fisica de Alta Energía (KEK) en Japón, que dieron a conocer el l sus descubrimientos sobre los mesones B.
Según la teoría científica ahora predominante, el universo surgió cuando una "singularidad" (punto matemático donde desaparecen las características de nuestro universo espacial y temporal) eclosionó con energía más allá del límite de nuestra imaginación y, en una fracción de una millonésima de un segundo después, esa energía comenzó a "coagularse" en partículas elementales.
Quizá por aquello del Yin y el Yang, cada vez que la energía se convierte en masa lo hace en cantidades iguales de materia y antimateria.
Es decir, cada partícula de materia tiene una partícula opuesta de antimateria.
Y los experimentos en laboratorios han demostrado que cada vez que una partícula de materia se topa con una de antimateria, ambas se anulan en un torbellino de radiación.
Siempre de acuerdo con la teoría, ha pasado el tiempo suficiente como para que la materia y la antimateria se anularan totalmente desde que empezaron su danza cósmica, y nada debería existir, más que un vacío vibrante de radiación.
Pero no es así: cada mañana comprobamos que la materia sigue existiendo, y hay que tomar el desayuno, y salimos a trabajar, y hay que pagar las cuentas con las que adquirimos más cosas materiales.
La única explicación posible es que el universo es simétrico pero en algunos aspectos es más asimétrico que en otros y, en cierto modo, hay un "favoritismo" por la materia.
Durante décadas los científicos han buscado las pruebas de tal asimetría vigilando la conducta de los hadrones, esto es, pares de partículas de materia y antimateria producidos en las "trituradoras de átomos" en laboratorios muy avanzados.
En 1964 se obtuvo la primera prueba sólida de tal asimetría cuando un recuento de las partículas llamadas kaones mostró que éstos decaían a un promedio diferente de los antikaones por un margen de aproximadamente 1 a 500.
Desde entonces los científicos siguieron buscando pruebas más sólidas y han dado con los mesones B, pares de un quark y un antiquark, así llamados porque los primeros que se descubrieron tenían masas intermedias entre los leptones (partículas ligeras) y los bariones (partículas pesadas).
El mesón B tiene una masa 10 veces mayor que el kaon, y de hecho es unas cinco veces mayor que el protón.Su existencia dura aproximadamente una billonésima de segundo y luego puede descomponerse en muchas combinaciones.
En una presentación conjunta en Osaka, Japón, y en EEUU, los representantes del SLAC y el KEK indicaron el lunes que han encontrado una modalidad de descomposición en la cual, aproximadamente una de cada 10.000 veces el mesón B deriva en dos mesones más pequeños que muestran una asimetría a favor de la materia, según se informó en Stanford.
Las evidencias son ínfimas y se apoyan en algunos centenares de experimentos, pero "sobre la base de nuestras medidas, calculamos que la probabilidad de que ocurra alguna asimetría es del 93 por ciento", según Franco Bedeschi, portavoz del grupo investigador en Stanford.
Hirotaka Sugawara, director general del KEK, dijo que "la incertidumbre en los tres estudios es demasiado grande como para que afirmemos algo concluyente".
Pero lo que se ha logrado en las "tres fábricas de mesones B ha sido sin precedentes y es un logro tremendo", añadió."Esto es apenas el comienzo de la física de los mesones B".
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.