Maná, energía positiva
- REDACCION
Tuvieron que defender su identidad en una época en la que predominaban los grupos prefabricados.
Aunque hoy es una de las bandas de rock-pop más reconocida en varios países del mundo, sus inicios no fueron nada fáciles, pero su deseo de triunfar y esa energía positiva que la caracteriza le permitió apoderarse del corazón de miles de seguidores. La historia del grupo Maná se inicia en los años setenta, en Guadalajara, México, cuando cuatro chicos con muchas ambiciones crean la banda llamada “The Green Hat Spies”, que después de un tiempo se convierte en Green Hat, para luego apodarse “Sombrero Verde”, su traducción en castellano.
Es aquí cuando la agrupación empieza a hacer ‘covers’ de bandas que admiraban (Beatles, Stones, Led Zeppelin y The Police), además de componer un rock propio. Fue así como Fernando Olivera y los hermanos Calleros (Ulises, Juan Diego y Abraham), en compañía de Gustavo Orozco, inician su gran aventura.
Como “Sombrero verde” publicaron dos discos: “Sombrero verde” y “A ritmo de rock”, con resultados bastantes pobres en cuanto a ventas. Con este fracaso, el grupo tuvo varios cambios sobre todo con sus integrantes que después quedaron con los siguientes: Fernando Olvera (Fher), Alejandro González (Alex), y los hermanos Juan y Ulises Calleros.
Con esta modificación, también llega el nuevo nombre de la banda, “Maná”, que aunque muchas personas lo relacionan con la Biblia, sus integrantes no lo eligieron por eso. Y es que su origen se debe al significado que tiene la palabra Maná en polinesio, que no es más que “energía positiva”.
La evolución de un sueño.
En 1987, publican su primer álbum, “Maná”, con resultados discretos, y en 1989 el segundo denominado “Falta amor”.
La compañía “Polygram”, con la que el grupo había firmado contrato no estaba muy contenta con el estilo del grupo, pero Maná tiene una identidad que no quiere perder. Es así como sus integrantes continuaron tocando su música en festivales y en pequeños locales hasta que un miembro de la "Warner Music México" los escucha, se interesa por ellos y les ofrece un contrato.
Maná graba su segundo álbum en 1990. Este segundo disco se tituló "Falta Amor", fue su primer éxito, aunque tardó en llegar. No fue hasta un año después de su lanzamiento que la producción obtuvo reconocimientos, gracias a la canción "Rayando el Sol". En 1992, Maná se encuentra ante otro cambio. Ulises Calleros deja la banda, pero para representarlos, y entran en la banda dos nuevos miembros: el tecladista Iván González y el guitarrista César “Vampiro” López. Ese mismo año, y ya con la nueva formación, la banda lanza su nuevo material titulado “¿Dónde jugarán los niños?”, disco que obtuvo más de un millón de ventas sólo en México y en el que se destacaron temas: como “Vivir sin aire”, “Cómo te deseo”, “Oye mi amor”, “Te lloré un río” y “Me vale”.
Con esta producción, inician una gira por toda Latinoamérica e incluso llegan a España. Pero a mitad de ésta, en 1994, por diferencias profesionales y artísticas, Iván González y César López dejan la banda. El trío que queda en el grupo, Fher, Alex y Juan Diego, deciden terminar el recorrido internacional con una grabación que mostró toda la fuerza y energía del grupo en vivo. Esa grabación es el álbum doble “Maná en vivo”.
Con el deseo de formar el cuarteto que antes era, Maná busca guitarrista, es entonces cuando Sergio Vallín entró a la banda. Teniendo la ficha que les hacía falta, lanzan al mercado su cuarto disco, "Cuando los Ángeles lloran", que también se convierte en éxito internacional.
En 1998, la banda lanza el álbum "Sueños Líquidos", que se alzó con varios premios a nivel nacional (México) e internacional. Importantes sencillos como “El muelle de San Blas”, “Hechicera” y “Clavado en un bar” contribuyen a estos triunfos. Pero aunque habían cosechado muchos logros, Maná no había sido capaz de llegar con fuerza a España, por lo que en 1999 presentan al mercado una recopilación de sus mejores temas hasta la fecha, creado especialmente para la península ibérica.
Y el reconocimiento mundial llegó a través de Carlos Santana y de la canción “Corazón Espinado”. Maná colabora con Santana en esa canción que se lanzó en más de 50 países y que permitió que el grupo fuera conocido en países de todo el mundo.
En el 2002, sale a la luz su séptimo disco de estudio, “Revolución de amor”, una mezcla de reggae, funk y alguna pincelada de música afrocubana que contó con la colaboración de Rubén Blades y Carlos Santana.
Un año después es el momento de Maná Esenciales, en el que el grupo resume su música en una colección de discos, Sol, Luna... En el 2006 y luego de 4 años de silencio discográfico, la agrupación mexicana vuelve a estudios para grabar su siguiente producción: "Amar es combatir".
Un año y medio después editan "Arde el cielo", placa que registra lo que vinieron presentando en su gira "Amar es combatir".
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