ESPAÑA
Mariano Ozores, el director más infravalorado y el de mayor éxito
- Alicia García de Francisco / EFE / @PanamaAmerica
Mariano Ozores, prolífico director español de comedia, creó un género disparatado. Amado y criticado, recibió un Goya honorífico en 2016 por su trayectoria.

Mariano Ozores durante el rodaje de una película. Foto: EFE / rba
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En los años sesenta y setenta era difícil no conocer el cine de Mariano Ozores, que multiplicaba sus películas para alegría de sus fans y horror de sus detractores, enfrentamiento que rodeó la carrera de uno de los directores españoles más prolíficos y menos valorados, que creó un género tan propio como disparatado.
Hasta 2016 no recibió un Goya, honorífico, por su "sólida y vasta trayectoria dedicada a la comedia" y por haber hecho "reír, con casi un centenar de filmes, a varias generaciones de españoles", señaló la Academia de Cine al anunciar el premio.
"Aunque las críticas a mis películas nunca han sido buenas, me quedo con que el público siempre ha estado a mi favor. Ese ha sido mi verdadero logro: haber mantenido la risa en las salas de cine españolas es una satisfacción que hoy no puede quitarme nadie", afirmó entonces Ozores, fallecido este miércoles a los 98 años en Madrid.
Porque si algo está claro en su trayectoria es que, al igual que Alfredo Landa con el 'landismo' -al que él contribuyó en gran medida- o Berlanga, con lo 'berlanguiano', Ozores fue capaz de crear un género de cine muy específico, tan cómico como absurdo y que limitaba en lo burdo. Pero pese a ser muy popular, no era del gusto de todos, así que no se reivindicó como 'ozorismo'.
Y lo era con todo el derecho. Historias simples, situaciones absurdas, juegos sexuales básicos y muy poca corrección política de la que se lleva hoy en día.
Con eso construyó un imperio cómico del que sus representantes más conocidos son Andrés Pajares, Fernando Esteso y su hermano Antonio, pero por el que también pasaron nombres tan populares como los de Concha Velasco, Alfredo Landa, José Luis López Vázquez, Lina Morgan, Gracita Morales, Juanjo Menéndez, Florinda Chico, Paco Martínez Soria, José Sazatornil e incluso Peret.
Ya desde los títulos, sus películas eran toda una declaración de intenciones: `'Suspendido en sinvergüenza' (1963), 'Objetivo: BI-KI-NI' (1969), 'A mí las mujeres, ni fu ni fa' (1971), 'Una monja y un Don Juan' (1973), 'Dormir y ligar: todo es empezar' (1974), 'Cuentos de las sábanas blancas' (1977), 'Los bingueros' (1979), 'El liguero mágico' (1980), 'La Lola nos lleva al huerto' (1984) o 'Los obsexos' (1989).
Muchas de estas películas serían muy complicadas de rodar en la situación actual. Y es verdad que eran muy machistas y muchas de ellas se inscribían en el llamado 'cine del destape'. Pero también lo es que reflejan la sociedad de aquellos años.
Porque si algo hacía bien Ozores era hacer parodias de la realidad social. Con ejemplos como 'Yo hice a Roque III' (1980), inspirada en 'Rocky', '!Que vienen los socialistas!' (1982), lanzada pocos meses antes de la primera victoria del PSOE en las elecciones generales, u 'Operación cabaretera' (1967), con Gracita Morales y López Vázquez en plan James Bond.
Lo hacía además de forma rápida e ingeniosa, con poco dinero y menos medios. Rodajes de 20 días, entre cuatro y seis largometrajes al año, y muchas risas.
Ese era su objetivo, hacer reír. "Nos divertíamos mucho en los rodajes; yo siempre decía lo mismo antes de empezar: 'Vamos a hacer una película y de paso vamos a divertirnos'. Y nos divertíamos", aseguró a los periodistas en un encuentro con motivo de su Goya de honor.
Aunque también hizo incursiones en otros géneros, como el de artes marciales -'Veredicto implacable' (1987)- o la ciencia ficción, con 'La hora incógnita' (1964), una película que se estrelló en taquilla pero que demostró que Ozores era capaz de hacer mucho más que sus habituales comedias.
Fue una de las pocas películas que Mariano Ozores hizo con su hermano José Luis, fallecido en 1968 y padre de Adriana Ozores, que junto a su prima Emma -hija de Antonio- han continuado la carrera en el mundo artístico que iniciaron sus abuelos, Mariano Ozores Francés y Luisa Puchol.
Tanto Adriana como Emma Ozores se iniciaron en el cine en películas de su tío y fueron ellas las encargadas de entregarle el Goya de honor.
"Todos los que han trabajado contigo hablan de tus películas con una sonrisa de oreja a oreja y repiten 'que bien nos lo pasábamos'", dijo Adriana. Un resumen muy claro de lo que representaba Mariano Ozores para el cine español.
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