Nicole Kidman desbarranca a Tom Cruise
Publicado 2000/01/18 00:00:00
Ha tardado más de una década en brillar con luz propia, pero además de lograrlo, la actriz Nicole Kidman ha desbancado a su marido en popularidad y buenas críticas. Su empeño en ser algo más que la señora de Tom Cruise, lo que la obsesionaba y le supuso varias crisis de identidad en los primeros años de su matrimonio, ha visto luz al fin. Hasta los más exigentes comentaristas teatrales ingleses tributaron su admirada sorpresa al elogiar sin ambages, en el otoño de 1998, su interpretación en "La habitación azul", una controvertida obra de David Hare en Londres en la que Kidman representaba a cinco mujeres, con edades comprendidas entre la adolescencia y la madurez, que narraban sus variopintas relaciones amorosas y sexuales. Por si faltaba morbo, la obra incluía un breve desnudo de la bella australiana, así que nadie faltó a la función.
Aquel paso fue decisivo en su carrera, y si bien ya tenía la consideración de muchos críticos, faltaba la del gran público. Porque, al fin y al cabo, ¿quién era esta espigada chica con estilo antes de casarse con la megaestrella Tom Cruise?
LA BELLA AMBICIOSA
Bueno, pues también tenía su miga, o al menos su vocación, porque Nicole Kidman quería ser actriz desde niña. A los 14 años, mientras vivía en Sidney (Australia) con sus padres y su hermana Antonia, decidió que necesitaba un agente: "Cogí el listín telefónico y llamé a todos los de la ciudad, hasta que uno aceptó representarme", recuerda.
A los 18, llena de ambición, como siempre ha reconocido, fue contratada en el filme australiano "Flirting", con un papel de mujer manipuladora y confabuladora , frágil por fuera y acero por dentro. A continuación protagonizó dos mini series televisivas en su país,
"Bangkok Hilton" y "Vietnam", que la convirtieron en el orgullo patrio y en el relevo a la única actriz internacional australiana, Judy Davis.
PRIMERA ETAPA CUMPLIDA: POPULAR EN CASA, DESCONOCIDA FUERA
Las tornas cambiarían en 1989, el año decisivo de Kidman. Fue entonces cuando protagonizó el estupendo thriller "Calma total", junto al actor Sam Neill, una espeluznante historia de secuestro a bordo de un barco. Los radares de Hollywood sonaron al momento,
captando la atención de directores, productores, guionistas y actores, anonadados ante el cuerpo glorioso y el buen hacer de aquella jovencita que parecía tan madura y profesional. Tom Cruise quedó hechizado. Los dados del amor estaban echados.
Semanas después, el actor la contrató como su pareja en "Días de trueno", y claro, se cumplió lo que era previsible: se enamoraron en un santiamén y en diciembre de 1990, en una tranquila ceremonia en Telluride, Colorado (EE.UU), se casaron. Nicole Kidman tenía sólo 23 años, pero decía que había viajado tanto que se sentía como si tuviera 35. Un año antes había sido fotografiada por Lord Lichfield como una de las diez mujeres más bellas del mundo. Segunda etapa en marcha: ya tenía dos pies en Hollywood.
Pero de pronto, la que parecía una carrera prometedora quedó ensombrecida por la fama del esposo, por la imagen de la pareja perfecta y por las malas lenguas que aún creen que esta relación se fundamenta en el interés más que en el amor. El caso es que han pasado diez años y todavía siguen juntos, carantoñas incluidas más dos hijos adoptivos, Isabella Jane, de 7 años, y Connor Anthony, de 5.
MISTERIO Y RAREZAS
La relación, no obstante, ha estado rodeada de misterio y rarezas desde el principio. No es un secreto la exacerbada susceptibilidad de Tom Cruise ante la divulgación de sus asuntos personales. El actor ha demandado a numerosos medios por publicar artículos a su juicio
inexactos o mentirosos. Dichos artículos insisten casi siempre en los
mismos puntos oscuros de la vida del actor: su pertenencia a la secta de la Cienciología (un hecho), los rumores sobre su incapacidad para tener descendencia (su primera esposa, Mimi
Rogers, ha tenido hijos en su segundo matrimonio), cierto vacío intelectual, cierta debilidad de carácter, que si una madre posesiva, que si manías enfermizas...
Bien, pues parece que las publicaciones se interesan ya menos por la vida de Tom Cruise y mucho más por la de su seductora y audaz esposa, lo que no se sabe si para agrado o no de la pareja o de alguno de ellos por separado. Y es que el background de Nicole Kidman no se parece ni de lejos al de su rutilante marido. Para empezar, proviene de una familia de intelectuales. Su padre era un bioquímico y psicólogo que en su día escribió conocidos libros de autoestima. Su madre, Janelle, ejercía como profesora de enfermería y era una activa feminista. Progenitores de izquierdas y anticlericales frente a la familia católica, conservadora y modesta en la que creció Tom Cruise.
Nicole nació el 20 de junio de 1967 en Hawai, pero debido al trabajo de su padre se desplazó a Australia cuando era niña. Y allí creció, en el acaudalado barrio de Longueville, en las afueras de Sydney.
En algunas entrevistas, la actriz rememora las acaloradas cenas de su niñez, donde la política o los derechos de las mujeres eran los asuntos principales de la conversación. ¿De qué se hablará ahora en las cenas de la familia Cruise-Kidman?
Según la actriz, durante "los tres o primeros cuatros años de mi matrimonio dejé de ser Nicole Kidman, era la esposa de..., mi personalidad estaba definida en relación a él. Tuve una gran crisis de identidad, sentía que era el precio que debía pagar por casarme con un gran actor y una gran estrella de esta industria".
De ahí su obsesión y esfuerzo por demostrar lo que había detrás del rostro hermoso. Su última y archicomentada película, "Eyes Wide Shut", del director inglés Stanley Kubrick, fallecido el pasado marzo, le dado carta blanca para pasear por los cielos de la profesión con el reconocimiento unánime. Fue un rodaje accidentado y largo, dos años en Londres con viajes constantes a Estados Unidos, donde tienen su residencia.
LA CRISIS DE TOM
Todo el mundo sabe que el prestigio de Kubrick era proporcional a sus exigencias y meticulosidades. Incluso al terminar, se planteó empezar desde el principio, para desesperación de todo el equipo.
Sin embargo, Kidman estaba como loca por trabajar con alguien tan extraordinario como Kubrick, y más aún junto a su esposo como coprotagonista, sólo que las mejores críticas han sido para ella. De este modo tan obvio ha desbancado a su marido del podio interpretativo, y algunos dicen que Tom Cruise se siente frustrado por la superioridad de su mujer.
Para Kidman, que se confiesa tenaz y con determinación, la experiencia con Kubrick supuso una nueva forma de ver la vida. "Ya sólo trabajaré en filmes con papeles realmente nutritivos, ya no tengo necesidad de hacer muchas películas, prefiero estar con mis hijos, centrarme en menos cosas pero mejores".
Otra de las películas claves en su carrera fue "Retrato de una Dama "(1996), de la directora australiana amiga suya Jane Campion ("El Piano"), basada en la novela de Henry James y en la que Kidman hacía de papel de una joven e idealista americana sumergida en la decadente aristrocracia europea. Sin embargo, "The Peacemaker" (1997), con Georges Cloney; "Practical Magical" (1998), con Sandra Bullock, pasaron desapercibidas, de ahí que decidiera abandonar temporalmente el cine para subirse a los escenarios ingleses, verdadera prueba de fuego que superó con gloria.
La pareja tiene tres confortables casas en Colorado, California y Sidney, donde desea pasar más tiempo en beneficio de sus hijos y detrimento de sus carreras. Sin embargo, los papeles no paran de lloverle y ya está rodando su nueva película, "Birthday Girl", rodada
en Inglaterra y Australia, y en la que interpreta a una novia rusa comprada por un financiero inglés que descubre que ha pagado poco por lo que ha recibido. Y el siguiente proyecto, mucho más arriesgado, viene de la mano de su amiga Jane Campion: producir
e interpretar la versión cinematográfica de la novela erótica "In the Cut", de la escritora Susanna Moore, sobre la vida sexual de las mujeres. Nadie duda de que Nicole Kidman dará mucho más quehablar.
Aquel paso fue decisivo en su carrera, y si bien ya tenía la consideración de muchos críticos, faltaba la del gran público. Porque, al fin y al cabo, ¿quién era esta espigada chica con estilo antes de casarse con la megaestrella Tom Cruise?
LA BELLA AMBICIOSA
Bueno, pues también tenía su miga, o al menos su vocación, porque Nicole Kidman quería ser actriz desde niña. A los 14 años, mientras vivía en Sidney (Australia) con sus padres y su hermana Antonia, decidió que necesitaba un agente: "Cogí el listín telefónico y llamé a todos los de la ciudad, hasta que uno aceptó representarme", recuerda.
A los 18, llena de ambición, como siempre ha reconocido, fue contratada en el filme australiano "Flirting", con un papel de mujer manipuladora y confabuladora , frágil por fuera y acero por dentro. A continuación protagonizó dos mini series televisivas en su país,
"Bangkok Hilton" y "Vietnam", que la convirtieron en el orgullo patrio y en el relevo a la única actriz internacional australiana, Judy Davis.
PRIMERA ETAPA CUMPLIDA: POPULAR EN CASA, DESCONOCIDA FUERA
Las tornas cambiarían en 1989, el año decisivo de Kidman. Fue entonces cuando protagonizó el estupendo thriller "Calma total", junto al actor Sam Neill, una espeluznante historia de secuestro a bordo de un barco. Los radares de Hollywood sonaron al momento,
captando la atención de directores, productores, guionistas y actores, anonadados ante el cuerpo glorioso y el buen hacer de aquella jovencita que parecía tan madura y profesional. Tom Cruise quedó hechizado. Los dados del amor estaban echados.
Semanas después, el actor la contrató como su pareja en "Días de trueno", y claro, se cumplió lo que era previsible: se enamoraron en un santiamén y en diciembre de 1990, en una tranquila ceremonia en Telluride, Colorado (EE.UU), se casaron. Nicole Kidman tenía sólo 23 años, pero decía que había viajado tanto que se sentía como si tuviera 35. Un año antes había sido fotografiada por Lord Lichfield como una de las diez mujeres más bellas del mundo. Segunda etapa en marcha: ya tenía dos pies en Hollywood.
Pero de pronto, la que parecía una carrera prometedora quedó ensombrecida por la fama del esposo, por la imagen de la pareja perfecta y por las malas lenguas que aún creen que esta relación se fundamenta en el interés más que en el amor. El caso es que han pasado diez años y todavía siguen juntos, carantoñas incluidas más dos hijos adoptivos, Isabella Jane, de 7 años, y Connor Anthony, de 5.
MISTERIO Y RAREZAS
La relación, no obstante, ha estado rodeada de misterio y rarezas desde el principio. No es un secreto la exacerbada susceptibilidad de Tom Cruise ante la divulgación de sus asuntos personales. El actor ha demandado a numerosos medios por publicar artículos a su juicio
inexactos o mentirosos. Dichos artículos insisten casi siempre en los
mismos puntos oscuros de la vida del actor: su pertenencia a la secta de la Cienciología (un hecho), los rumores sobre su incapacidad para tener descendencia (su primera esposa, Mimi
Rogers, ha tenido hijos en su segundo matrimonio), cierto vacío intelectual, cierta debilidad de carácter, que si una madre posesiva, que si manías enfermizas...
Bien, pues parece que las publicaciones se interesan ya menos por la vida de Tom Cruise y mucho más por la de su seductora y audaz esposa, lo que no se sabe si para agrado o no de la pareja o de alguno de ellos por separado. Y es que el background de Nicole Kidman no se parece ni de lejos al de su rutilante marido. Para empezar, proviene de una familia de intelectuales. Su padre era un bioquímico y psicólogo que en su día escribió conocidos libros de autoestima. Su madre, Janelle, ejercía como profesora de enfermería y era una activa feminista. Progenitores de izquierdas y anticlericales frente a la familia católica, conservadora y modesta en la que creció Tom Cruise.
Nicole nació el 20 de junio de 1967 en Hawai, pero debido al trabajo de su padre se desplazó a Australia cuando era niña. Y allí creció, en el acaudalado barrio de Longueville, en las afueras de Sydney.
En algunas entrevistas, la actriz rememora las acaloradas cenas de su niñez, donde la política o los derechos de las mujeres eran los asuntos principales de la conversación. ¿De qué se hablará ahora en las cenas de la familia Cruise-Kidman?
Según la actriz, durante "los tres o primeros cuatros años de mi matrimonio dejé de ser Nicole Kidman, era la esposa de..., mi personalidad estaba definida en relación a él. Tuve una gran crisis de identidad, sentía que era el precio que debía pagar por casarme con un gran actor y una gran estrella de esta industria".
De ahí su obsesión y esfuerzo por demostrar lo que había detrás del rostro hermoso. Su última y archicomentada película, "Eyes Wide Shut", del director inglés Stanley Kubrick, fallecido el pasado marzo, le dado carta blanca para pasear por los cielos de la profesión con el reconocimiento unánime. Fue un rodaje accidentado y largo, dos años en Londres con viajes constantes a Estados Unidos, donde tienen su residencia.
LA CRISIS DE TOM
Todo el mundo sabe que el prestigio de Kubrick era proporcional a sus exigencias y meticulosidades. Incluso al terminar, se planteó empezar desde el principio, para desesperación de todo el equipo.
Sin embargo, Kidman estaba como loca por trabajar con alguien tan extraordinario como Kubrick, y más aún junto a su esposo como coprotagonista, sólo que las mejores críticas han sido para ella. De este modo tan obvio ha desbancado a su marido del podio interpretativo, y algunos dicen que Tom Cruise se siente frustrado por la superioridad de su mujer.
Para Kidman, que se confiesa tenaz y con determinación, la experiencia con Kubrick supuso una nueva forma de ver la vida. "Ya sólo trabajaré en filmes con papeles realmente nutritivos, ya no tengo necesidad de hacer muchas películas, prefiero estar con mis hijos, centrarme en menos cosas pero mejores".
Otra de las películas claves en su carrera fue "Retrato de una Dama "(1996), de la directora australiana amiga suya Jane Campion ("El Piano"), basada en la novela de Henry James y en la que Kidman hacía de papel de una joven e idealista americana sumergida en la decadente aristrocracia europea. Sin embargo, "The Peacemaker" (1997), con Georges Cloney; "Practical Magical" (1998), con Sandra Bullock, pasaron desapercibidas, de ahí que decidiera abandonar temporalmente el cine para subirse a los escenarios ingleses, verdadera prueba de fuego que superó con gloria.
La pareja tiene tres confortables casas en Colorado, California y Sidney, donde desea pasar más tiempo en beneficio de sus hijos y detrimento de sus carreras. Sin embargo, los papeles no paran de lloverle y ya está rodando su nueva película, "Birthday Girl", rodada
en Inglaterra y Australia, y en la que interpreta a una novia rusa comprada por un financiero inglés que descubre que ha pagado poco por lo que ha recibido. Y el siguiente proyecto, mucho más arriesgado, viene de la mano de su amiga Jane Campion: producir
e interpretar la versión cinematográfica de la novela erótica "In the Cut", de la escritora Susanna Moore, sobre la vida sexual de las mujeres. Nadie duda de que Nicole Kidman dará mucho más quehablar.

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