¡Pitufo–Regreso!
- Nicolás Kusmin
Desde estas páginas nos aventuramos a afirmar que no habrá persona que actualmente tenga, entre 30 y 40 años, y no se sienta movilizada por el regreso en muy buena forma de “Los Pitufos”.
Esta vez en formato cine 3D, aunque no como la cándida serie animada de TV que deleitó a pequeños –y no tanto– en los 80.
Todo comienza con mucha nostalgia; los Pitufos míticos aparecen en la gran pantalla. Pitufo-Gruñón, Vanidoso, Tontín, Filósofo, Valiente, Bromista y muchos más.
Hasta que en el marco de esos enormes –para su estatura– hongos que les sirven de casitas, aparece Papá Pitufo en su casa-laboratorio.
Durante una caminata por el bosque para conseguir el ingrediente final para una poción de Papá Pitufo, Pitufo Tontín se topa con el perverso hechicero Gárgamel que consigue de esta manera entrar en Pitufolandia.
Escapando de Gárgamel y su fiel compañero, el gato Azrael, –que logran ingresar a la Aldea Pitufa destrozando todo a su paso–, un grupo de Pitufos (Papá Pitufo, Pitufina, Gruñón, Tontín, Filósofo y Valiente) caen por accidente en la Cueva de las Maravillas. Este no es otro que un portal mágico que los transporta desde sus tierras al mundo moderno: al mismísimo Central Park de Nueva York. Allí, en la Gran Manzana y con la ayuda de un joven matrimonio que espera un hijo, los pequeños deberán encontrar la manera de regresar a Pitufolandia.
El 3D es funcional a la trama, ya que las persecuciones están a la orden del día: en especial se nota el efecto tridimensional en la apertura del portal mágico.
Como ocurrió con el regreso al cine de “El Agente 86” bajo la caracterización de Steve Carell, se recomienda la visión del filme en su versión doblada al castellano, ya que se respeta aquí la mayoría de las voces originales de la serie de TV. La magia de esta manera se mantiene casi intacta.
Pese a que la trama decae un poco hacia los tres cuartos de cinta –se extraña la Aldea Pitufa entre tanto cemento–, el momento más nostálgico para los verdaderos fanáticos es cuando los Pitufos encuentran en una librería de objetos antiguos un ejemplar donde se homenajea al belga “Peyo” (ver más adelante) y sus creaciones, que no son otras que ellos mismos. Un guiño a los mayores y una muestra más de la potencia y libertad argumental del cine.
La película es protagonizada por los poco conocidos, Neil Patrick Harris, Jayma Mays y Sofía Vergara. Se destaca Hank Azaria como Gárgamel, reconocido por sus apariciones en series de TV como fue la popular “Friends” y por ser la voz durante 500 episodios de varios personajes de la serie animada “Los Simpsons”.
Aunque cuesta en un principio adaptar la mirada al formato de animación computada y tridimensional en comparación con el mítico dibujo en 2D, las simpáticas criaturas azules le ponen el pecho a la situación y se ganan a la platea en pocos minutos.
Salvo por la cuestión nostálgica mencionada, el filme es risueño y apunta en su mayoría –incluso con ciertos chistes escatológicos– a los niños más pequeños.
¿De dónde vienen Los Pitufos? Pierre “Peyo” Culliford, fue un artista belga que en 1958 creó los Pitufos para una historieta.
Los “Schtroumpfs” –como los llamó en su idioma– ganaron popularidad en seguida y el editor recibió miles de cartas pidiendo su continuidad y expansión.
Durante los siguientes cincuenta años las pequeñas criaturas azules se convirtieron en un gran fenómeno que ha generado: historietas, libros, series de televisión, videojuegos, programas en vivo y figuritas (más de 300 millones vendidas). En 1980 Brandon Tartikoff, un legendario ejecutivo de la NBC (una de las cadenas de medios norteamericanas más importantes) quedó cautivado por una serie de libros en historieta de Los Pitufos. Así fue que la serie en dibujos animados de TV no tardó en crearse. Se transmitió todos los sábados por la mañana durante 8 años seguidos constituyendo nada menos que 256 episodios.
“Los Pitufos son una analogía para una nación”, afirmó Jordan Kerner, uno de los responsables de la película. “Enfatizan los valores familiares y la importancia de cooperar. Más importante aún, siempre ven lo mejor de la gente primero. Los Pitufos realmente se cuidan y se preocupan unos por otros. El atractivo de los personajes a través de varias generaciones ha aumentado en la actualidad, pues los niños que crecieron con ellos viendo los dibujitos de los sábados ahora son a su vez padres y presentan a los Pitufos a sus hijos por primera vez.
Por su parte, el director Raja Gosnell (realizador de otras películas animadas como “Scooby-Doo I y II”), declaró: “Es una película donde los Pitufos están fuera de su ambiente. Tomamos el código de vida Pitufo y lo interpretamos en la actualidad en la ciudad de Nueva York”.
Nacer y vivir entre “Los Pitufos”.
Véronique Culliford, hija de “Peyo”, contó que su padre creó una historieta universal: “Los Pitufos son muy similares, pero cada Pitufo es único. Todos nos podemos reconocer en ellos. Hay un Pitufo para cada personalidad. Son amables, muy sociables y tienen las cualidades que la gente desearía tener”.
“Peyo” con esta creación hizo realidad un sueño largamente acariciado por Véronique, quien creció entre los dibujos de su padre. “Los Pitufos llegaron en 1958, el año en que nací”, agregó, “han sido parte de mi vida desde el inicio. Siempre he vivido con los Pitufos. Mi padre trabajaba en casa, así que cuando regresábamos de la escuela encontrábamos Pitufos por todos lados y hablábamos lenguaje Pitufo. Para mí es natural tener Pitufos cerca. La familia deseaba preservar el legado de la forma más genuina posible, igual que los realizadores. Lo más importante es que los Pitufos se conserven como Pitufos”, dijo.
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