¿Por qué dejar atrás las Fuerzas de Defensa?
- San José
Del libro DEMOCRACIA SIN EJERCITO (La experiencia de Panamá) de Ricardo Arias Calderón. Editado por la Fundación Arias para la paz. Año 2001.
Decisión adoptada, a las 24 horas de la acción militar del 20 de diciembre de 1989. Panamá era un país que había vivido un trauma; un país donde toda la estructura de un régimen militar se había deshecho y se había producido un vacío total de poder, gestándose una anarquía cruda, y se daban brotes de guerrilla urbana.
Había dos caminos abiertos. Primer camino: se eliminan las Fuerzas de Defensa de Noriega y todos los que formaban parte de ella quedan licenciados, y partimos entonces absolutamente de cero. Pero ¿cuál era el precio de esta decisión? Este camino implicaba decirle a los más de 16,000 hombres y mujeres que formaban parte de las FF.DD.: "Ustedes no tiene futuro ni esperanza en un nuevo Panamá". Entonces ¿a dónde la irían a buscar? ¿A la guerrilla que comenzaba, a la anarquía que cundía por todas partes, al vandalismo?
Había un costo adicional. Hubiéramos tenido que decirle a los norteamericanos: "Se tienen que quedar cinco, seis años ocupando nuestro país, mientras se forja una nueva Fuerza Pública. Ni nosotros estábamos dispuestos a solicitarlo ni ellos estaban dispuestos a hacerlo.
El otro camino consistía en eliminar las Fuerzas de Defensa, pero en hacerle un llamado a esos hombres para que redefinieran su lealtad, para que sintieran que también tenían un futuro. En 24 horas vi que no nos habíamos equivocado. La noche del miércoles me tocó hacer por radio un llamado, a nombre del Presidente Endara, y conmigo dos mayores, los primeros con los que hicimos contacto. Los tres hicimos un llamado a todos los que portaban uniforme, de congregarse al día siguiente, en lo que es ahora la sede de la Fuerza Pública. A la mañana siguiente, había 500 hombres respondiendo al llamado. Yo había pensado que 50, 75, hasta 100, pero fueron 500. Cuando iba hacia las oficinas del Tránsito, estuve una hora bajo el fuego de las ametralladoras que se mantenía a pesar de la respuesta del ejército estadounidense y llegué convencido de que no nos habíamos equivocado, porque las fuerzas de la anarquía habían comprendido el significado de ese llamado. Si el Gobierno lograba formar en unos días una Fuerza Pública bajo la autoridad civil, habría democracia en Panamá.
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