Un artista meticuloso y buen empresario
Publicado 2004/12/28 00:00:00
SUS PAISAJES impresionistas le dieron fama internacional. Pero Claude Monet también era un botánico brillante y un estratega del mercado del arte que sabía muy bien cómo manipular a la prensa.
El Kunsthaus, el prestigioso Museo de Arte de Zurich, expone nuevas perspectivas sobre el arte de Monet en lo que seguramente será el evento artístico más importante de Suiza en esta temporada.
Titulada el "Jardín de Monet"", la exhibición cuenta con 71 obras del artista que cubren las paredes del museo. Las pinturas, saturadas de vivos colores, han sido otorgadas en préstamo por otros museos y coleccionistas privados tanto de Estados Unidos como de Europa.
La exhibición también documenta de forma extensiva los meticulosos esfuerzos de Monet en el diseño de sus cuadros. El artista dijo que siempre trabajó al aire libre, utilizando la naturaleza como su modelo.
En las salas del museo se encuentran cuadros que pintó desde que tenía 25 años hasta el lienzo de nenúfares de 4,6 metros de ancho que completó poco antes de morir a los 86 años, en 1926.
Los documentos que se pueden ver muestran la pasión de Monet por la botánica. A diario daba instrucciones a sus jardineros, tenía planes precisos para plantar y poseía numerosos libros sobre botánica. Unas copias al carbón de facturas de entrega muestran 30 plantas diferentes, algunas bastante caras.
Esta muestra no se trata sólo de arte, sino también de dinero, de la conexión entre los logros artísticos de Monet y su éxito material.
El éxito, no obstante, evadió a Monet al comienzo de su carrera, cuando uno de sus cuadros le dio su nombre al impresionismo. El movimiento, que rechazaba los métodos tradicionales de pintura, sufrió más de una década de ataques y críticas por parte de la prensa conservadora. La situación financiera de Monet estuvo llena de altibajos.
Pero su destino cambió y con ello su fortuna, que le permitió gozar de tres décadas de opulencia hasta su muerte. Contrató a empleadas de servicio, a una cocinera y a seis jardineros. Asimismo, cambió un cuadro por un vehículo lujoso y le encantaban las carreras de carros.
La exhibición muestra la evolución artística, y de cierta forma monetaria, de Monet en los tres períodos más importantes de su carrera. A partir de 1871, él y su familia vivieron con cierta comodidad en Argenteuil, una pequeña localidad cercana a París.
Cuando una recesión golpeó a Francia y el mercado del arte se vino abajo, Monet se mudó con su familia a una casa de muy bajo alquiler en el pueblito de Vetheuil, a orillas del Sena.
El punto de inflexión de su éxito comenzó luego de establecerse en Giverny en 1883. Esta localidad de la provincia de Normandía se convertiría en su centro de operaciones para el resto de su vida.
Monet alquiló una granja de poco más de una hectárea e inmediatamente comenzó a sembrar su jardín, que existe hasta la fecha y es visitado por miles de turistas anualmente.
El pintor era muy meticuloso en su cuidado, como lo muestran algunos documentos exhibidos en Zurich. Monet tomaba en consideración las estaciones y la luz para colocar sus plantas. Un escritor francés, Octave Mirbeau, describió el jardín como un "festín interminable para los ojos"".
En sus pocos contactos con periodistas, Monet cultivó una imagen de artista dado a recluirse y cuyo estudio era la naturaleza. Sin embargo, la mayoría de sus trabajos los hacía bajo techo.
Monet le ordenaba a su agente que incrementara la publicidad de sus obras, y limitaba el número de cuadros expuestos para aumentar la demanda y el precio de sus cuadros.
Monet compró la granja de Giverny en 1890, y su obra aumentó; fue muy productivo hasta poco antes de su muerte.
Sin embargo, el trabajo de sus últimos años fue tildado de irrelevante por muchos artistas de vanguardia. La exhibición concluye el 27 de febrero.
El Kunsthaus, el prestigioso Museo de Arte de Zurich, expone nuevas perspectivas sobre el arte de Monet en lo que seguramente será el evento artístico más importante de Suiza en esta temporada.
Titulada el "Jardín de Monet"", la exhibición cuenta con 71 obras del artista que cubren las paredes del museo. Las pinturas, saturadas de vivos colores, han sido otorgadas en préstamo por otros museos y coleccionistas privados tanto de Estados Unidos como de Europa.
La exhibición también documenta de forma extensiva los meticulosos esfuerzos de Monet en el diseño de sus cuadros. El artista dijo que siempre trabajó al aire libre, utilizando la naturaleza como su modelo.
En las salas del museo se encuentran cuadros que pintó desde que tenía 25 años hasta el lienzo de nenúfares de 4,6 metros de ancho que completó poco antes de morir a los 86 años, en 1926.
Los documentos que se pueden ver muestran la pasión de Monet por la botánica. A diario daba instrucciones a sus jardineros, tenía planes precisos para plantar y poseía numerosos libros sobre botánica. Unas copias al carbón de facturas de entrega muestran 30 plantas diferentes, algunas bastante caras.
Esta muestra no se trata sólo de arte, sino también de dinero, de la conexión entre los logros artísticos de Monet y su éxito material.
El éxito, no obstante, evadió a Monet al comienzo de su carrera, cuando uno de sus cuadros le dio su nombre al impresionismo. El movimiento, que rechazaba los métodos tradicionales de pintura, sufrió más de una década de ataques y críticas por parte de la prensa conservadora. La situación financiera de Monet estuvo llena de altibajos.
Pero su destino cambió y con ello su fortuna, que le permitió gozar de tres décadas de opulencia hasta su muerte. Contrató a empleadas de servicio, a una cocinera y a seis jardineros. Asimismo, cambió un cuadro por un vehículo lujoso y le encantaban las carreras de carros.
La exhibición muestra la evolución artística, y de cierta forma monetaria, de Monet en los tres períodos más importantes de su carrera. A partir de 1871, él y su familia vivieron con cierta comodidad en Argenteuil, una pequeña localidad cercana a París.
Cuando una recesión golpeó a Francia y el mercado del arte se vino abajo, Monet se mudó con su familia a una casa de muy bajo alquiler en el pueblito de Vetheuil, a orillas del Sena.
El punto de inflexión de su éxito comenzó luego de establecerse en Giverny en 1883. Esta localidad de la provincia de Normandía se convertiría en su centro de operaciones para el resto de su vida.
Monet alquiló una granja de poco más de una hectárea e inmediatamente comenzó a sembrar su jardín, que existe hasta la fecha y es visitado por miles de turistas anualmente.
El pintor era muy meticuloso en su cuidado, como lo muestran algunos documentos exhibidos en Zurich. Monet tomaba en consideración las estaciones y la luz para colocar sus plantas. Un escritor francés, Octave Mirbeau, describió el jardín como un "festín interminable para los ojos"".
En sus pocos contactos con periodistas, Monet cultivó una imagen de artista dado a recluirse y cuyo estudio era la naturaleza. Sin embargo, la mayoría de sus trabajos los hacía bajo techo.
Monet le ordenaba a su agente que incrementara la publicidad de sus obras, y limitaba el número de cuadros expuestos para aumentar la demanda y el precio de sus cuadros.
Monet compró la granja de Giverny en 1890, y su obra aumentó; fue muy productivo hasta poco antes de su muerte.
Sin embargo, el trabajo de sus últimos años fue tildado de irrelevante por muchos artistas de vanguardia. La exhibición concluye el 27 de febrero.
En una época de vacas flacas, Monet vendió un lote de pinturas por 25 francos cada una, no mucho más de lo que ganaba a los 16 años cuando ofrecía caricaturas a los transeúntes.
Los precios de los cuadros de Monet se han disparado de forma espectacular.
Entre 1999 y el 2002, en subastas en Nueva York, algunas de sus obras han llegado a venderse hasta en 20 millones de dólares en promedio.
Hace medio siglo, sus lienzos se habrían cotizado en 35.000 dólares. Sólo Vincent Van Gogh vendió mejor que Monet en el mercado.
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