Una invitación a amar sin condiciones
Publicado 2000/12/25 00:00:00
- Yessika Valdés
El Panamá América
El amor, como eje social, como sentimiento irrenunciable que enaltece al individuo, como piedra angular del ser y quehacer humano, de la familia, de la pareja, como puente entre la humanidad y entre Dios y nosotros, es tema de una hermosa obra que hemos leído numerosas veces y en cada ocasión nos deleitamos con ella, nos pone a reflexionar y nos hace sentirnos felices de poder sentir amor en sus múltiples manifestaciones.
Se trata de "Unconditional Love/Amor Incondlicional", de John Powell, un libro lleno de mensajes edificantes y enriquecedores, que habla sobre el verdadero significado del amor: entrega, desprendimiento, dar lo mejor de ti para recibir lo mejor del otro.
Vaya si son hermosas las palabras del autor cuando dice del amor verdadero que "Es incondicional, porque, de no ser así entonces no es un regalo, sino un intercambio".
Al respecto continúa afirmando que el regalo de mi amor significa esto: "Deseo compartir contigo lo que sea que tengo que es bueno... no tienes que probarme que eres merecedor de ese regalo. Porque, no es asunto de que lo merezcas o no. No se trata tampoco de que ni tú ni yo seamos la mejor persona del mundo. Ni siquiera supongo que, de todas las personas disponibles, nosotros somos los más compatibles. Estoy seguro de que en algún punto hay alguien quien sería "mejor" para ti o para mi. Nada de esto es el punto. El punto es que yo te he escogido a ti para darme mi regalo de amor y tú me has escogido para amarme. Hay sólo un suelo en donde el amor puede posiblemente crecer. "¡Lo haremos juntos!".
EL MENSAJE ESENCIAL
El mensaje esencial del amor incondicional es uno de liberación: Puedes ser quien seas, expresar todos tus pensamientos y sentimientos con absoluta confianza. No tienes que estar temerosa de que el amor sea llevado lejos. No serás castigado por tu apertura y honestidad. No hay precio de admisión para mi amor...Siéntete libre de ser como eres, de hablarme sobre tus reacciones positivas y negativas, o tus sentimientos. No siempre puedo predecir mis reacciones o garantizar mi fortaleza, pero sé algo y quiero que lo sepas: ¡No te rechazaré! Me comprometo a tu crecimiento y felicidad. Siempre te amaré.
AMOR INCONDICIONAL Y CRECIMIENTO PERSONAL
No hay nada que pueda expandir el alma humana y hacer crecer integralmente al individuo como el amor incondicional. Y es de esperarse que cada persona diga un sí a esta capacidad de crecimiento y enriquecimiento en todas sus facetas como individuo. Pero, hay una serie de pre requisitos, a juicio del autor, para que esto se dé: Y es que alguien debe motivar a la persona a creer en sí y a ser ella misma. Y sólo quien ama sin condiciones es capaz de ello.
Y, entonces, Powell procede a hacer un análisis de los elementos propios del amor condicional, éste que él recomienda dejar de lado: En el caso de las madres y los padres de familia, explica que éste está sujeto a que se porten bien, ganen buenas notas, obedezcan las reglas, hagan que sus padres se sientan orgullosos de ellos y cosas por el estilo. En cuanto a la pareja compete, se juega el juego de hay besos y abrazos para la mujer cuando la casa está limpia y para él si es puntual una cena especial. El amor condicional no es un regalo y peor todavía si se usa para manipular a la otra persona y hacer que sea o actúe como uno quiere aún a costa de su propia identidad personal.
El amor incondicional es liberador. Este da la libertad al ser amado de ser auténtico, real.
Luego de leer el libro de Powell, pensamos que sin duda que en todos los escenarios vitales vemos a menudo muchos ejemplos de cuando la gente se utiliza entre sí o de cuando se cree que porque se cede ante el otro esto es ser débil, es perder y no se colocan en la balanza cosas como el respeto, la comunicación, tolerancia, la responsabilidad compartida de hacer que "la relación funcione" (sea a nivel de madre- padres e hijos/as, esposo y esposa, hermanos y hermanas, amigos, compañeros/as de trabajo, jefes y subalternos, colaboradores, etc.). De cuando se aniquila la personalidad de los demás en aras del bienestar propio, egoístamente, sin tacto, sin concesiones, despiadadamente.
Abundan también los casos de querer privar de la libertad de ser y actuar a otros libremente, porque se les priva de pensar y tomar decisiones, de opinar, son como títeres para "ganar aceptación". Es una miserable condición ésta, sin duda. Para ambos.
DAR Y RECIBIR AMOR
Según los planteamientos del autor, cuando hablamos de la forma en que deseamos que se nos ame, la mayoría de nosotros clara y enfáticamente especificamos que debe ser incondicional. Solemos decir: "No quiero que me ames por lo que puedo hacer por ti o porque lleno tus expectativas. Deseo que me ames, en tiempos buenos y malos, de riqueza y pobreza, de enfermedad y salud, sin ataduras. No puedo dejar de ser yo para comprar tu amor". Sin embargo, sigue diciendo, que sucede que cuando nosotros discutimos qué clase de amor queremos dar, esto no es tan claro, dado que la mayoría de nosotros desea intentarlo, pero con ciertas garantías de que funcionará, pues siente que es arriesgado y temeroso prometer amor incondicional. Los seres humanos desean, pues, dejar una puerta abierta para escapar en caso de que no funcione debido a que es menos amenazante viajar con una tienda que construir una casa permanente, analiza.
Entonces, procede a ver en qué radica este resquemor a amar sin condiciones. Habla sobre los votos de la pareja al contraer matrimonio y al intercambiar anillos. El anillo significa amor eterno. Y, dice que se siente triste porque sólo el matrimonio pareciera ser la única muestra pública de amor incondicional que queda en la sociedad. Y lamenta el sarcasmo de quienes se burlan del amor incondicional y de la institución del matrimonio. Pero, dice, ¿cómo hablar de algo que nunca se ha vivido ni sentido?, refiriéndose a los escépticos o detractores del amor incondicional.
Por otro lado, expresa, "si yo he vivido o experimentado el amor incondicional, conocido de la seguridad que éste conlleva, no necesito ni pruebas ni explicaciones adicionales".
Finalmente, dice Powell que amar incondicionalmente implica ser actor y no reactor, ser responsables de los actos, sentimientos y pensamientos propios. "El principal regalo de amor es el ofrecimiento de un honesto, auténtico, sin secretos".
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