Venecia y sus palomas recreadas en Las Vegas
Publicado 1999/05/08 23:00:00
Después de Nueva York y Montecarlo, y antes de París, llega la mágica Venecia. El más reciente palacio de Las Vegas, The Venitian, que se presenta como el mayor hotel del mundo, ha recreado en el desierto de Nevada el puente de Rialto, el campanario y la plaza de San Marcos, e incluso sus famosas palomas.
El "Veneciano", que fue inaugurado esta semana en presencia de Sofía Loren, ilustra la nueva tendencia de Las Vegas. Después de flirtear con el turismo familiar, la capital del juego se inclina ahora por el lujo para mantener el
En los últimos meses abrieron sus puertas el Bellagio, una evocación de los lagos italianos, el Mandalay Bay, inspirado en los trópicos con olas artificiales de dos metros de altura y ahora el Veneciano. Entre los tres, estos hoteles representan una inversión de 4.000 millones de dólares.
El Veneciano reproduce casi a tamaño natural el puente de Rialto, el puente de los Suspiros, el campanario y el Palacio Ducal. Cada hora, dos mil palomas especialmente entrenadas levantarán el vuelo. En el primer piso, encima del casino, una galería comercial a imagen y semejanza de una calle veneciana serpentea por un "gran canal" sobre el que navegan 23 góndolas. Cuando la segunda parte del proyecto esté terminada, en el 2001, el canal y la galería, que alberga ya 28 restaurantes, tendrán un kilómetro de largo.
En el `hall" del hotel, los capiteles de las columnas están cubiertos de hojas de oro. Las paredes y el techo están decoradas con obras y frescos en el más puro estilo de Tiépolo, Tintoreto, Veronés y Ticiano. Las esculturas fueron reconstituidas por ordenador para que sean fieles a los originales.
El propio hotel acumula récords: 130 ascensores, 6.000 habitaciones, que lo convertirán en el mayor hotel del mundo cuando se complete la segunda fase, y 17.000 empleados. Las habitaciones más pequeñas, con cuarto de baño de mármol, tienen una superficie de 65 metros cuadrados.
Este proyecto de 2,5 millones de dólares es obra y propiedad de un sólo hombre, Sheldon Adelson, de 65 años, que invirtió 500 millones de dólares de su fortuna en el Veneciano. Hijo de inmigrantes de Rusia y Lania, empezó su vida profesional a los 12 años vendiendo periódicos en Boston.
Desde entonces, creó Comdex, la mayor feria informática del mundo, y hace diez años se instaló en Las Vegas. Convencido de que la ciudad podía convertirse en un importante centro de congresos y convenciones, construyó el "Sand"s Expo".
Se dio cuenta entonces de que los participantes en las convenciones que albergaba "enriquecían a todos los hoteles vecinos". "¿Por qué tendría que hacer a los otros ricos en lugar de enriquecerme yo mismo?, dice para explicar por qué decidió construir el hotel. El Veneciano es ahora contiguo al Sand"s Expo y sus responsables confían en que los participantes en las convenciones no vayan a buscar alojamiento más lejos, sobre todo porque Sheldon Adelson estima que ofrece "las habitaciones más bonitas del mundo". Hasta ahora, la filosofía de los hoteles de Las Vegas era empujar al cliente a abandonar su habitación para que se encontrara en medio del ruido y de la excitación del casino, y sucumbiera al demonio del juego. "Todo estaba construido alrededor del casino", explica Danny Raviv, colaborador de Sheldon Adelson. Pero hoy, "Las Vegas ha perdido su monopolio" sobre el juego y por todo Estados Unidos hay reservas indias con casinos.
La ciudad tiene que reinventarse una imagen y, de momento, el rumbo es hacia el lujo: mejores hoteles, mejores restaurantes, tiendas de las mejores marcas. De momento, reina el optimismo: Sheldon Adelson piensa recuperar los fondos invertidos en un plazo de entre cinco y siete años.
El "Veneciano", que fue inaugurado esta semana en presencia de Sofía Loren, ilustra la nueva tendencia de Las Vegas. Después de flirtear con el turismo familiar, la capital del juego se inclina ahora por el lujo para mantener el
En los últimos meses abrieron sus puertas el Bellagio, una evocación de los lagos italianos, el Mandalay Bay, inspirado en los trópicos con olas artificiales de dos metros de altura y ahora el Veneciano. Entre los tres, estos hoteles representan una inversión de 4.000 millones de dólares.
El Veneciano reproduce casi a tamaño natural el puente de Rialto, el puente de los Suspiros, el campanario y el Palacio Ducal. Cada hora, dos mil palomas especialmente entrenadas levantarán el vuelo. En el primer piso, encima del casino, una galería comercial a imagen y semejanza de una calle veneciana serpentea por un "gran canal" sobre el que navegan 23 góndolas. Cuando la segunda parte del proyecto esté terminada, en el 2001, el canal y la galería, que alberga ya 28 restaurantes, tendrán un kilómetro de largo.
En el `hall" del hotel, los capiteles de las columnas están cubiertos de hojas de oro. Las paredes y el techo están decoradas con obras y frescos en el más puro estilo de Tiépolo, Tintoreto, Veronés y Ticiano. Las esculturas fueron reconstituidas por ordenador para que sean fieles a los originales.
El propio hotel acumula récords: 130 ascensores, 6.000 habitaciones, que lo convertirán en el mayor hotel del mundo cuando se complete la segunda fase, y 17.000 empleados. Las habitaciones más pequeñas, con cuarto de baño de mármol, tienen una superficie de 65 metros cuadrados.
Este proyecto de 2,5 millones de dólares es obra y propiedad de un sólo hombre, Sheldon Adelson, de 65 años, que invirtió 500 millones de dólares de su fortuna en el Veneciano. Hijo de inmigrantes de Rusia y Lania, empezó su vida profesional a los 12 años vendiendo periódicos en Boston.
Desde entonces, creó Comdex, la mayor feria informática del mundo, y hace diez años se instaló en Las Vegas. Convencido de que la ciudad podía convertirse en un importante centro de congresos y convenciones, construyó el "Sand"s Expo".
Se dio cuenta entonces de que los participantes en las convenciones que albergaba "enriquecían a todos los hoteles vecinos". "¿Por qué tendría que hacer a los otros ricos en lugar de enriquecerme yo mismo?, dice para explicar por qué decidió construir el hotel. El Veneciano es ahora contiguo al Sand"s Expo y sus responsables confían en que los participantes en las convenciones no vayan a buscar alojamiento más lejos, sobre todo porque Sheldon Adelson estima que ofrece "las habitaciones más bonitas del mundo". Hasta ahora, la filosofía de los hoteles de Las Vegas era empujar al cliente a abandonar su habitación para que se encontrara en medio del ruido y de la excitación del casino, y sucumbiera al demonio del juego. "Todo estaba construido alrededor del casino", explica Danny Raviv, colaborador de Sheldon Adelson. Pero hoy, "Las Vegas ha perdido su monopolio" sobre el juego y por todo Estados Unidos hay reservas indias con casinos.
La ciudad tiene que reinventarse una imagen y, de momento, el rumbo es hacia el lujo: mejores hoteles, mejores restaurantes, tiendas de las mejores marcas. De momento, reina el optimismo: Sheldon Adelson piensa recuperar los fondos invertidos en un plazo de entre cinco y siete años.
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