Acomoden la casa, que los visitantes no demoran en llegar
- Egbert Lewis ([email protected])
Más de una veintena de equinos que están previstos para competir en la Serie Hípica del Caribe, cuya cuenta regresiva se acelera, deberán pasar por ...
Más de una veintena de equinos que están previstos para competir en la Serie Hípica del Caribe, cuya cuenta regresiva se acelera, deberán pasar por ...
Más de una veintena de equinos que están previstos para competir en la Serie Hípica del Caribe, cuya cuenta regresiva se acelera, deberán pasar por la evaluación veterinaria mañana miércoles.
Según un informe de la organización de la serie, que se realizará entre el 12 y 13 de diciembre de este año, en total son 27 equinos, entre clasificados y elegibles, los que deben comparecer al revisado veterinario para constatar que están en condiciones para afrontar las cinco competencias que durante los dos días mencionados enfrentarán a algunos de los mejores caballos de Puerto Rico, Venezuela, Ecuador, México y Panamá.
Ejemplares panameños como Vicki y Bella Vecina están clasificadas para dos carreras, con lo que el día que venza el plazo para el pago de la cuota de inscripción por $2,500, sus propietarios deberán tomar una decisión definitiva e irrevocable.
Hasta el viernes de la semana pasada se esperaba que, desde ayer lunes, empezaran a llegar a nuestro país 25 ejemplares. De ellos, 4 de Ecuador, 5 de Venezuela, 6 de Puerto Rico y 10 de procedencia mexicana. Si todo se dio según lo programado, a esta hora los equinos suramericanos ya deben estar en el área de cuarentena del aeropuerto de Tocumen y en los próximos días serán alojados en el Vía Caribe, localizada en el sector de establos del Hipódromo Presidente Remón, en donde permanecerán hasta que se les dé el salvoconducto para poder salir a ejercitar en la pista principal de Juan Díaz.
En resumidas cuentas, la Serie del Caribe no tiene marcha atrás y, como dijimos hace una semana, hay que montarse en el barco, porque cuando se trata de un compromiso del país, no caben las divisiones.
Sin embargo, no podemos dejar a un lado los asuntos internos porque la "fiebre del Caribe" es pasajera y después seguiremos con los mismos dolores de cabeza. Sería bueno, como para dar una impresión agradable (aunque sea a simple vista) que la gerencia correspondiente contratara una cuadrilla para que afeite el abundante herbazal que amenaza con tragarse el edificio principal del hipódromo. Lo que se vio ahí, durante el pasado fin de semana, es un homenaje a la desidia. En todos los alrededores, lo que había en común era monte.
Ya sabemos que no hay plata, que tienen menos recurso humano y que no les importa mucho el qué dirán, pero recuerden que la gente que va y pasa por ahí son clientes y potenciales clientes y una forma de atraerlos es darles una buena impresión exterior, aunque sea mero maquillaje.
Valga señalar que, aunque no tenemos un reporte oficial sobre las apuestas, la concurrencia de personas al hipódromo, por lo menos el sábado y el domingo pasado, fue sensiblemente baja. Eso puede atribuirse a múltiples factores como la contención del gasto de muchas personas, la estrepitosa caída del acumulado del 5 y 6, al que no le han dado respiro; las condiciones climáticas, la ceguera de los comisarios, las carreras contradictorias, las actuaciones inconsistentes de muchos jinetes y, por supuesto, lo poco amable que resultan las instalaciones del hipódromo para sus fieles.
Pero nos queda la esperanza de que el orgullo nacional y la necesidad de quedar bien con los visitantes, provoquen en la administración acciones valientes e inmediatas, para que de aquí al 12 de diciembre el 100% de esta columna pueda ser sobre asuntos positivos. Ahí tienen un reto.
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