Elías Chocrón sigue siendo el monarca

El piloto panameño Elías Chocrón volvió ayer a sacar la casta en la categoría Gran Turismo y se coronó tras un sensacional duelo que mantuvo con su hermano José, en los 500 kilómetros, Copa Jimmy Boyd, corridos en la pista de Río Hato ante miles de aficionados que se dieron cita, pero algunos se quejaron de la poco visibilidad para observar la competencia.
Chocrón, que ganó también el Circuito de Río Hato en 1997, se recuperó en la segunda manga del evento, tras perder la primera su compañero de equipo, Lito Pérez, ante el colonense Gili Obadía, quien hizo dúo con José.
Los ganadores, que manejaron un Oldsmobile Custlass, registraron un tiempo de 85.403 minutos en la GT1 (3001 a 6500 cc), mientras que sus rivales contabilizaron 87.839, también en un Oldsmobile.
Fue la primera vez en la historia del automovilismo en Panamá que dos hermanos se reparten la primera y segunda posición de la categoría GT1.
Esa segunda manga se disputó con mucha intensidad y, de no ser por un desperfecto de último minuto de José, el resultado final quizás hubiese sido distinto.
El problema que tuvo José fue en una llanta. Además de Elías, los pilotos Luis Lochman y Rolando Noly aprovecharon el daño para arrebatarle el segundo puesto de la clasificación general con tiempo de 85.467 minutos, pero triunfaron en la GT2 (2001 a 3000 cc).
"Me dio un par de lecciones en la curva, pero todavía tenía la enciclopedia guardada y la saqué", confesó Elías en clara alusión a su hermano inmediatamente después de culminada la carrera.
Se mostró "muy contento, muy feliz", no tanto por haber alcanzado la victoria, sino por "el espectáculo brindado".
Por su parte, José reconoció que "todavía" su hermano sigue siendo su maestro, pero también estuvo muy contento con la prueba.
Agregó que el "el circuito es un poco difícil y rápido", y espera que se ponga en marcha el campeonato.
Igual opinión tuvo el recordado Dino Cipponeri, quien se adjudicó la división Super Turismo (ST1) en un Porsche sobre la dupla que conformaron Marco Barriga y Enrique Tompson en un Mitsubishi Galant.
Claudio Lopolito se situó en el segundo lugar en la clasificación general de Super Turismo, pero ganó la ST2.
Cipponeri consideró que "el campeonato va a empezar en enero, va a ver dos o tres carreras para que todo el mundo se ponga a tono, como una pequeña pretemporada".
"Hemos dado una batalla muy bonita, me siento muy contento y vamos para adelante", dijo.
El evento de ayer inició con la prueba reservada para los novatos. El chiricano David Carballeda en un Toyota Corolla se alzó con la primera posición, siendo escoltado por Bolivar Degracia (Suzuki Swift), Boris Chen (Toyota MR2), Antonio Reyna (Toyota), Gilmar Martiz en un Toyota Corolla y Oliver Zamora en un Suzuki Swift.
Belco Morrel se llevó todos los honores en una carrera de motos en que sólo terminaron 6 de los 11 participantes.
Siguieron a Morrel, Erasmo Pinilla y Ernesto Chen. Felix García, encargado del operativo conjunto con personal de la metropolitana, explicó ayer que se tomaron "todas las medidas al máximo" para salvaguardar la seguridad del espectador.
"Como han podido observar, tenemos a los espectadores aproximadamente 200 metros de la línea de la pista".
En cuanto a la protección de los participantes, García sostuvo que "esos es un riesgo siempre están corriendo por la naturaleza del evento".
No hubo incidentes que lamentar, salvo la deshidratación sufrida por el piloto Fernado Lang durante la primera manga de la carrera principal de la faena y un accidente de motos.
García explicó que "el participante de la moto #1, Angel De Melo, perdió estabilidad en una recta y se fue contra una de las vallas publicitarias".
"El mismo presentaba golpes en la clavícula, posible fractura, y una herida cortante en la pierna izquierda", detalló.
No obstante, aclaró que el piloto no sufrió contusiones de gravedad al ser trasladado a la Policlínica del Seguro Social por la ambulancia para una futura evaluación.
Algunos fanáticos que se ubicaron en puestos preferenciales se quejaron de la poca visibilidad para observar la carrera, por la extensa distancia (más de 100 metros) que hubo entre la pista y los espectadores.
"Tuvimos que exagerar para que nos aprueben la seguridad a falta de un autódromo", explicó René Gajardo, gerente general de Panamá Motor.
"Hay conversaciones y hay posibilidad de conseguir algo muy en firme que se nos ofreció para hacer cosas distintas y acercar al público con mayor cantidad de seguridad", aseguró.
Rolando Muñoz, director general de los 500 kilómetros de Río Hato, sueña con la celebración en Panamá de una Copa Rotativa: el trofeo llevará el nombre del piloto que salga por la puerta ancha al final de cada año.
De acuerdo a Muñoz, el campeonato se correrá entre 4 a 7 fechas.
Sin embargo, el dirigente está consciente que para hacer realidad ese sueño necesita el consentimiento de las autoridades de Aeronáutica Civil.
"Ellos deberán evaluar los daños causados a la pista y el desarrollo mismo del evento", adelantó Muñoz, quien se mostró optimista por los resultados logrados ayer.
"Hemos manejado esto con la seriedad y responsabilidad necesaria. Recibimos muchas críticas, pero este evento no tiene nada que pedirle a uno internacional, puesto que contamos con calidad de carros y personas preparadas", sostuvo.