Las figuras de las olimpiadas de Atenas

Alejandra Gulla de Argentina quien forma parte del equipo de hockey sobre hierba de mujeres toma un descanso durante una sesión de práctica en Atenas. Los Juegos bbbOlímpicos oficialmente arrancan el viernes.
La jugadora china de voley playa Lu Wang devuelve la pelota durante el entrenamiento ayer en el Complejo Olímpico de Voley Playa de Faliro, en Atenas, donde el próximo 14 de agosto comenzará la competición.
La tenista colombiana Fabiola Zuloaga devuelve una pelota durante los entrenamientos que realizó ayer en las pistas del Complejo Deportivo OAKA con vistas a su participación en los XXVIII Juegos Olímpicos.
Las jugadoras brasileñas de Voley-Playa Sandra Pires (izq.) y Ana Paula sonrien tras el entrenamiento de ayer en la tarde en el Complejo Olímpico de Volley Playa de Faliro, en Atenas, donde el próximo 14 comenzará la competición.
La remera chilena Soraya Jadué, que compite en la categoría individual de Scull, se entrena en las aguas del Complejo Deportivo de Schinias en Atenas, donde se prepara para los XXVIII Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Psarra es arquera olímpica y Nasoulas es su entrenador desde hace unos años.
Las atletas chinas son la envidia de sus colegas de otros países: son mayoría en la delegación del gigante asiático.
No es de extrañar, por lo tanto, que a los responsables del equipo chino se les pregunte sobre las razones de este dominio de la mujer, en una delegación en la que 227 deportistas tienen menos de 23 años.
La gimnasta rumana Nadia Comaneci asombró al mundo en los Juegos de Montreal"76 con una actuación tan extraordinaria que se llevó cinco oros, tres platas y un bronce.
La "reina" de Montreal tenía 14 años y desde entonces los seguidores de este deporte creen que todas las gimnastas son menores de edad.
El seleccionador de Judo japonés no se anda con bromas a la hora de elegir medallas. "Sólo vale el oro", comenta Hitoshi Saito, que coloca las ambiciones de su equipo en siete metales dorados.
Parece mentira pero la lucha ayuda a entender la vida, incluso te la cambia hasta el punto de que dejas de culpar a los demás por los errores y dependes de ti mismo. Lo dicen las luchadoras estadounidenses con entusiasmo.