¡Muchas gracias papi!
Publicado 2005/06/18 23:00:00
Cuando Eileen Coparropa empezó a nadar a los 6 años de edad, al lado suyo estaba su padre en cada momento. La pequeña creció profesionalmente y en la pileta obtuvo medallas de todos los calíbres. El padre y la hija, juntos en una carrera de amor, de sencillez, admiración y sobre todo de esfuerzo.
PAPI!, cuánto me hubiera gustado estar allá con usted, pero espero que estas cortas palabras puedan transmitir un poquito de lo que siento y pienso en este día tan especial!
Quizás esta sea una oportuna ocasión para, primero que todo, darle mis gracias infinitas por la maravillosa vida que me ha brindado.
Gracias por ser mi padre, por haberme enseñado desde chiquita a levantarme, después de cada derrota que me da la vida, por haberme enseñado a triunfar y hacerlo con honor, por haberme enseñado a ser humilde y agradecer a las personas que me han ayudado en el camino.
Mil gracias por siempre estar al lado mío, no importa si es un triunfo o una derrota, por su serenidad, su orientación y todos los consejos que siempre me ha dado. Si no hubiera sido por usted y mi mamá, no sería lo que soy hoy.
Gracias por educarme y enseñarme lo positivo y bueno que es el deporte; creo que esto valió bastante.
Gracias por enseñarme el amor que uno debe tener por su patria y el honor que es llevar a la patria en el corazón.
Gracias por haberme dado la oportunidad de separarme de usted para seguir mis sueños, gracias por darme alas para volar, empujarme y volar lejos.
Gracias por enseñarme a perdonar..
Gracias por la vida, gracias por ser mi padre y darme el honor de ser su hija.
Gracias por aquella "Oración de Un Padre .. y que plasmó en ese hermoso cuadro para sus hijas :
Quizás esta sea una oportuna ocasión para, primero que todo, darle mis gracias infinitas por la maravillosa vida que me ha brindado.
Gracias por ser mi padre, por haberme enseñado desde chiquita a levantarme, después de cada derrota que me da la vida, por haberme enseñado a triunfar y hacerlo con honor, por haberme enseñado a ser humilde y agradecer a las personas que me han ayudado en el camino.
Mil gracias por siempre estar al lado mío, no importa si es un triunfo o una derrota, por su serenidad, su orientación y todos los consejos que siempre me ha dado. Si no hubiera sido por usted y mi mamá, no sería lo que soy hoy.
Gracias por educarme y enseñarme lo positivo y bueno que es el deporte; creo que esto valió bastante.
Gracias por enseñarme el amor que uno debe tener por su patria y el honor que es llevar a la patria en el corazón.
Gracias por haberme dado la oportunidad de separarme de usted para seguir mis sueños, gracias por darme alas para volar, empujarme y volar lejos.
Gracias por enseñarme a perdonar..
Gracias por la vida, gracias por ser mi padre y darme el honor de ser su hija.
Gracias por aquella "Oración de Un Padre .. y que plasmó en ese hermoso cuadro para sus hijas :
- Dame oh Señor, una hija lo bastante fuerte para saber cuándo es débil, y lo bastante valerosa para enfrentarse consigo misma cuando sienta miedo; una hija que sea orgullosa e inflexible en la derrota; honrada, humilde y magnánima en la victoria.Dame una hija cuyo corazón sea claro, cuando deba erguir el pecho,Una hija que sepa conocerme a mí.. y conocerse a sí misma, que es la piedra fundamental de todo conocimiento.Condúcela te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado, por las dificultades y los riesgos.
Allí déjale aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por los que fallan.Dame una hija cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos; Una hija que se domine a sí misma antes que pretenda dominar a los demás, Una hija que aprenda a reír, pero que también sepa llorar; Una hija que avance hacia el futuro, pero que no olvide nunca el pasado.Y después que le hayas dado todo esto, agrégale, te lo suplico, suficiente sentido del buen humor, de modo que sepa ser seria, pero que no se tome a sí misma demasiado en serio.Dale humildad para que pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera grandeza, la imparcialidad de la verdadera sabiduría, la mansendumbre de la verdadera fuerza.Entonces, yo, tu padre, me atreveré a murmurar: No he vivido en vano!
Qué orgullosa me siento de usted, qué agradecida me siento. ¿Qué he hecho para ganarme a un padre tan perfecto? Cuento los días y las horas hasta que nos volvamos a ver!
Gracias por ser mi Papa y Feliz Día!
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